Otra vez Mick Jagger, el emblemático cantante de los Rolling Stones, nos acaba de reiterar que a menudo encuentra la inspiración en lo que esté pasando a su alrededor más inmediato. Con motivo de que en la Inglaterra post-COVID se está comenzando tímidamente a desarrollar la vida social dentro de un ámbito lo más parecido posible a una relativa normalidad, Jagger apuesta por escribir una canción —según sus propias palabras— “sobre la eventual salida el encierro, con un optimismo muy necesario y espero que este sea el comienzo de un poco más de libertad”. Para este alegato a favor de la vida después de la pandemia, invitó a David Grohl, antiguo baterista de Nirvana y líder del grupo Foo Figthers para que desde Los Angeles se hiciera cargo tanto de la batería como del bajo y la guitarra de su canción “Easy Sleazy”, cuya traducción del slang sería algo así como “Pan Comido”. Sin abandonar el acento irónico que lo ha distinguido como añejado compositor, Jagger celebra el hecho de haberse vacunado a contrapelo de quienes afirmaron que la vacuna era el resultado de una conspiración de los gobiernos para dominar nuestras vidas. Por tal razón hay unos versos donde ridiculiza esta forma de pensamiento reaccionario incluso a quienes niegan el cambio climático cuando afirma que “la Tierra es plana y fría / Nunca se está calentando / Los árticos se convirtieron en fango”. Matizada por la habitual intensidad expresiva de su cantar y una desbordante dinámica del acento rítmico roquero, la canción “Easy Sleasy” es el soporte utilizado por Mick Jagger para rememorar aquellos aplausos grabados en los partidos de futbol sin público, los bailes estúpidos del Tik Tok, la cancelación de las giras de conciertos o el peligro de quedar idiotizado por ver tanta televisión durante la pandemia. Pero al mismo tiempo vaticina un futuro esperanzador ya “que saldremos de la cárcel hacia un jardín de las delicias terrestres”. ¡Todos esperamos que así sea, Mick…!