Recuerdo que en el Festival Jazz Plaza 2019, en un concierto de Orlando Valle “Maraca” en la sala Avellaneda del Teatro Nacional, llegó José Luis Cortés al escenario —completamente de rojo, incluyendo el sombrero— y dio una magistral muestra de virtuosismo en la ejecución de la flauta. El Tosco era uno de los mejores flautistas de Cuba, arriesgado a la hora de experimentar para buscar su propio sello, el mismo que le impregnó a NG La Banda. A este excelente músico, que despedimos en abril pasado, fue obligatorio regresar en la 38 edición del Jazz Plaza.

El homenaje, en la Sala Covarrubias, fue conducido por el saxofonista Germán Velazco, fundador junto a José Luis de NG La Banda y, antes, su compañero en ese laboratorio de creación musical dirigido por Chucho Valdés que fue Irakere, considerada por muchos como una de las mejores agrupaciones que ha tenido Cuba.

En el homenaje, con el nombre de unas de las frases más icónicas de El Tosco: “Ataca, Chicho”, se conjugaron la maestría de reconocidos intérpretes e instrumentistas con otros más jóvenes como los muchachos de Nube Roja, banda que nació en el 2013 y que defiende la fusión de la música alternativa, la popular cubana, el pop, el funk, el rock and roll y la electrónica.

También fueron parte del homenaje Leo Vera, uno de los cantantes cubanos más versátiles con su extenso registro vocal, que le permite recorrer desde el bolero a la salsa; Moisés Valle “Yumurí”, director de una de las orquestas de música popular bailable más exitosas de Cuba, Yumurí y sus hermanos; y Mandy Cantero, una de las voces líderes de Los Van Van, el tren de la música popular bailable. 

Alexander Abreu fue parte del homenaje a El Tosco.

Alexander Abreu, Roberto Hernández “Robertón”, Will Campa, Maikel Dinza, Dayan Carrera y Yordy Larrazabal también fueron parte del concierto donde se revisitaron parte de las composiciones que realizó José Luis Cortés durante su trayectoria musical. Orlando Valle “Maraca” hizo un solo magistral con la flauta para homenajear a uno de sus paradigmas dentro de la música cubana, y específicamente, en la flauta.

Más que un concierto, el espectáculo pasó a ser una descarga entre amigos. El público bailó y tarareó canciones que han sido parte de su repertorio desde que NG La Banda llevó la timba a un estadio superior. El propósito de Velazco era versionar los temas más representativos de José Luis Cortés, siempre manteniendo y respetando la obra original. Ese disfrute era el que lograba el flautista en cada una de sus presentaciones.

“Más que un concierto, el espectáculo pasó a ser una descarga entre amigos”.

A José Luis Cortés no se le daba bien pasar desapercibido entre la gente. Casi siempre llevaba un sombrero, hacía bromas y, aunque parecía que tenía mal carácter, los que lo llegaron a conocer aseguran que era todo lo contrario. El Tosco dejó a la cultura de la mayor de las Antillas un extenso repertorio al que hay que volver obligatoriamente una y otra vez. Eso sabe el Jazz Plaza; eso lo sabe Germán Velazco; y eso lo sabe la música cubana.