Para hablar sin manchas o el idioma como bandera

Félix Bolaños Leyva
17/4/2019

Según cifras divulgadas en internet, la población hispanohablante representa actualmente uno de los segmentos de mayor crecimiento en el mundo. Es el idioma oficial de 21 países y la lengua que algo más de 400 millones de personas hablan, ocupando el tercer lugar, detrás del chino mandarín y el inglés, pero también constituye una parte importante en otras naciones. Por ejemplo, se considera que en el 2050 estarán viviendo en los Estados Unidos de América alrededor de cien millones de nativos del español.

La presentación de El español nuestro tuvo lugar en el espacio Sábado del Libro,
consagrado en esta ocasión al Día del Idioma, a celebrarse el próximo 23 de abril. Fotos del autor

 

Vale recordar que el idioma español se deriva del latín vulgar que hablaban los soldados del Imperio romano asentados en territorio hispano, el cual se fue fundiendo con los dialectos de los pobladores de la península ibérica. Sufrió un largo periodo de mestizaje, en el cual fue tomando préstamos de otras lenguas, como el griego, el árabe, el italiano, el francés, el germano y el inglés. Luego de la conquista de América creció aún más con el aporte de los pueblos americanos.

Naturalmente, la pronunciación y el uso del español a nivel oral varían según el país, pero las discrepancias regionales no son tan importantes como para que el idioma sea incomprensible para los hablantes de las diversas regiones. A diferencia de la creencia popular, no se habla un único español. Hay diferentes variantes debido a la evolución del lenguaje en cada zona, incluso dentro de un mismo país; es así como hay diferencias notables, por ejemplo, entre el español que se habla en la región oriental de Cuba y el de la capital, La Habana.

Justamente del español que se habla en Cuba, y de su defensa, versa el libro El español nuestro, de la autoría de María Luisa García Moreno y que recién acaba de publicar la Editorial de Ciencias Sociales, con una tirada de cinco mil ejemplares.

Portada de El español nuestro.
 

El español nuestro, que se presentó en el tradicional espacio Sábado del Libro —consagrado en esta ocasión al Día del Idioma, a celebrarse el próximo 23 de abril— es una suerte de selección de textos que la autora viene publicando, desde el año 2007, en la sección homónima del diario Granma; en ella aborda, en pocas líneas y con un lenguaje comprensible para todos los lectores, los más diversos temas relacionados con el idioma.

En las palabras que sirvieron de presentación al volumen, el doctor en Ciencias Pedagógicas Jorge Lázaro Hernández Mujica expresó que esta obra constituye la continuidad de un camino trazado por otros estudiosos de la lengua, dedicados a instruir, aclarar, corregir y precisar detalles sobre diferentes aristas del idioma, entre los cuales destacan: José Zacarías Tallet, Elio E. Constantín, Fernando Carr Parúas y Celima Bernal.

Más adelante, Jorge Lázaro explicó cómo María Luisa ha sido hábil para exponer de forma precisa, motivadora y asequible, explicaciones y aclaraciones diversas del castellano. Asimismo consideró que el libro tiene, como común denominador, una vinculación estrecha con los acontecimientos de la realidad cubana, y que el conocimiento del español es parte esencial de nuestra idiosincrasia e identidad nacional frente a idiomas foráneos, especialmente el inglés.

Concebido en dos partes: una introducción, "El español nuestro: ¿un aula gigantesca?", y un cuerpo central único titulado "¿Por qué nuestro?", el libro incluye pizcas de etimología, la cual aporta el conocimiento acerca del origen de diferentes vocablos, curiosidades relacionadas con la lengua, aclaraciones ortográficas, novedades; de igual modo lecciones sobre el uso de los acrónimos, el empleo de parónimos u homófonos, los préstamos lingüísticos, y todo un universo del idioma expuesto desde una perspectiva nuestra, pues la autora se propone la defensa de la variante cubana, como también se afirma en la nota de contracubierta que acompaña al volumen.

Algunas curiosidades que contiene son, por ejemplo, que ya ha sido aceptada en el Diccionario de la Real Academia Española la voz jama, como un coloquialismo, usado en Cuba y Nicaragua, de alimento, pero válido solo en un contexto familiar o amistoso, no en una reunión o evento formal; dos términos que se confunden y en los que incluso personas cultas se equivocan son bimensual y bimestral, el primero alude a lo que ocurre cada quince días y el segundo, cada sesenta; la palabra seviche se puede escribir de varias formas: sebiche, ceviche y cebiche, y el título de Ciudad Héroe, concedido merecidamente a Santiago de Cuba, encierra un error de concordancia, se debe decir Ciudad Heroína o Ciudad Heroica. Son algunas de las curiosidades que los lectores pueden disfrutar en este título.

La lengua que hablamos, asegura María Luisa, nos define como nación y, por ello, debemos protegerla con la misma pasión que defendemos nuestra patria. No se trata, asegura, de impedir la entrada de extranjerismos, y cita a José Martí cuando afirmaba «[…] crearé lo nuevo cuando sea necesario; no hay por qué […] cejar en la tarea de dar palabras nuevas a ideas nuevas […]». «En El español nuestro este tema es constante, porque el idioma es identidad y es esencia, es una bandera», reflexiona la autora.

Aunque García Moreno declara que no va dirigido a especialistas sino a la gente común, este es un libro de consulta ineludible también para los profesionales del habla, pienso en escritores, editores, periodistas y demás comunicadores sociales, y todo aquel que se encuentre comprometido «en la ardua labor de divulgar, proteger y embellecer nuestra lengua».