Compañeros: que antes de comenzar, nuestro primer recuerdo

Sea para Quilla Valdés, Mosquito Ordeñana, el Guajiro Marrero,

Cocaína García, La Montaña Guantanamera, Roberto Ortiz, Natilla

(Desde luego), el jiquí Moreno de la bola de humo, el jibarito, y más atrás

Adolfo Luque, Miguel Ángel, Marsans,

Y el Diamante Méndez, que no llegó a las Mayores porque era negro,

Y siempre el inmortal Martín Dihigo.

(Y también, claro, Amado Maestri, y tantos más…)

Inolvidables hermanos mayores: dondequiera que estén,

Hundidos en la tierra que ustedes midieron a batazos

En la Tropical o en el Almendares Park;

Bajo el polvo levantado al deslizarse en segunda,

Alimentando la hierba que se extiende en los jardines y es

surcada por los roletazos;

O felizmente vivos aún, mereciendo el gran sol de la una

y la lluvia que hacía interrumpir el juego

Y hoy acaso sigue cayendo sobre otras gorras:

dondequiera

Que estén, reciban los saludos

De estos jugadores en cuya ilusión vivieron ustedes

Antes ( y no menos profundamente)

Que Joyce, Mayacovski, Stravinski, Picasso o Klee,

Esos bateadores de 400.

Y ahora, pasen la bola.