Los destacados escritores colombianos Yolanda Reyes, Celso Román y José Luis Díaz se dieron cita este domingo en el Palacio de los Capitanes Generales para debatir sobre las poéticas y políticas de la literatura infantil, enfocadas en Latinoamérica y especialmente en Colombia.

Enrique Pérez Díaz, narrador, crítico, periodista, editor, investigador de literatura infantil y director del Observatorio Cubano del Libro, condujo el debate y explicó cómo los tres literatos de ese país sudamericano perciben a los niños mediante la literatura.

“La infancia es el lugar más desprovisto de certezas y el de mayor vulnerabilidad”.

“Tuve la suerte de pertenecer a una familia muy numerosa. Mis abuelas nos contaban cuentos y así me fui acercando al universo mágico de la palabra”, contó Celso Román. Yolanda Reyes dijo que los literatos escriben porque están muertos de miedo y hay un lugar junto a las palabras donde están a salvo. “Buscamos siempre el orden en las palabras. Son las huellas que vamos dejando, o las que dejaron los que ya no están. Esas envolturas nos hacen ser escritores. Somos extremadamente miedosos”, consideró Reyes.

La escritora confesó que llegó a la literatura infantil por la necesidad de reconocer que los niños son personas —y no ositos que peluche—, que sienten profundamente las cosas. “La infancia es el lugar más desprovisto de certezas y el de mayor vulnerabilidad. Quería escribir sobre eso”.

Yolanda Reyes asegura que escribir para los niños es uno de los ejercicios más difíciles y reveladores que ha hecho. “Cuando escribo en el periódico una columna de opinión, no tengo la misma presión que con los niños. Desde la primera frase los debo agarrar por la yugular para que no se vayan. Si a los niños no los agarras rápido no quedan tantas oportunidades. Me gusta escribir cosas que no son siempre fáciles y hurgar en los agujeros negros de lo que no fue dicho”.

José Luis Díaz comentó que jamás pensó en escribir literatura para niños. “Me despertaron los demonios de la infancia. Cuando nació mi hija Carolina en el año 1991 me volvió la ternura, pero no para contar cuentos, sino para divertirme con las palabras. Comencé a hacer palíndromos, anagramas y trabalenguas”.

“Los panelistas destacaron la magia de escribir para los niños, pero no con un lenguaje tonto, sino viéndolos como seres pensantes que analizan y sienten el mundo”. Foto de la autora.

Sobre las formas de hacer literatura infantil, Yolanda Reyes aseguró que si bien escribir es un ejercicio literario, surge de una necesidad expresiva que es la misma para todos los géneros: identificar si una historia es o no para un tipo de lector. “No sabemos para quién escribimos, por eso hay que hurgar en las palabras. Cada vez hay menos necesidad de separar fronteras, y eso me gusta mucho”.

“Escribimos desde el fondo de nuestros corazones. Esa es la manera en la que percibimos el mundo”, agregó Celso Román. Los panelistas destacaron la magia de escribir para los niños, pero no con un lenguaje tonto, sino viéndolos como seres pensantes que analizan y sienten el mundo.