“La bibliografía es escuela de orden, camino al conocimiento, y tanto las compilaciones como los índices de revistas son instrumentos imprescindibles en el campo de las investigaciones culturales, históricas, literarias y demás. En cuanto a los conocimientos: el bibliógrafo se convierte en especialista de los temas que trabaja”
Dra. Araceli García Carranza

Coincidiendo con el inicio de la Feria Internacional del Libro de La Habana, el premio Catauro, que otorga la Fundación Fernando Ortiz a reconocidos intelectuales cubanos por la obra de la vida, se entregó el pasado viernes a la bibliógrafa mayor de Cuba, Araceli García Carranza.

Un sencillo, pero solemne acto, realizado en el Aula Magna de la Universidad de San Gerónimo de La Habana, materializó la recepción por la ilustre investigadora del importante reconocimiento, el cual han recibido, en ocasiones anteriores, relevantes autores e investigadores de nuestra cultura.

“Ella es la heredera natural de nuestros grandes bibliógrafos: Antonio Bachiller y Morales, Carlos Trelles y Fermín Peraza, entre otros”.

El elogio de la premiada estuvo a cargo del Dr. Félix Julio Alfonso, decano de dicha universidad e historiador adjunto de la Oficina del Historiador de la Ciudad, quien ponderó de manera exhaustiva la vida entregada por completo a la investigación bibliográfica por parte de García Carranza. 

“Araceli cumplió recientemente, en el pasado mes de febrero, seis décadas de ininterrumpido trabajo en la Biblioteca Nacional”.

El orador cubrió la intensa existencia de Araceli, desde sus inicios estudiantiles en su Guanabacoa natal; los estudios universitarios en la Universidad de La Habana, en los que tuvo formidables maestros; sus primeras ubicaciones laborales como maestra de enseñanza primaria, y posteriormente su arribo a la Biblioteca Nacional de Cuba en 1962, hasta el presente. Enfatizó sus logros más relevantes y los altos reconocimientos recibidos a lo largo de su carrera. Araceli cumplió recientemente, en el pasado mes de febrero, seis décadas de ininterrumpido trabajo en la Biblioteca Nacional.

El Dr. Félix Julio destacó de manera abarcadora su historia de vida, y dijo:

En paralelo, y como complemento a su faena en la Biblioteca, Araceli ha sido curadora de la Colección Alejo Carpentier; asesora y miembro de la Junta Directiva de la Fundación del mismo nombre; miembro corresponsal de la Sección de Bibliografía de la International Federation of Library Associations and Institutions; miembro del Tribunal de Categorías Científicas del Ministerio de Cultura; jefa de redacción de la Revista de la Biblioteca Nacional José Martí; miembro del consejo de redacción de la revista Cuban Studies; presidenta del consejo asesor de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, y vicepresidenta de su consejo científico; investigadora titular, y profesora titular de la Universidad de La Habana.

El fruto intelectual de estos 60 años ha sido impresionante, y no se compara con la labor de ningún otro bibliógrafo cubano por la variedad y calidad de las obras realizadas. Casi un centenar de libros y folletos sobre publicaciones periódicas cubanas y varios de los más importantes intelectuales cubanos de los siglos XIX y XX conforman ese magnífico prontuario.

“El fruto intelectual de estos 60 años ha sido impresionante, y no se compara con la labor de ningún otro bibliógrafo cubano por la variedad y calidad de las obras realizadas”.

Araceli ha tenido en los años más recientes distintos reconocimientos a su trayectoria vital. A finales de 2020 se le realizó en la Biblioteca Nacional el espacio El Autor y su Obra, en el que varios conocedores de su trayectoria hablaron autorizadamente sobre ella. Posteriormente, en 2021, recibió la Orden Carlos J. Finlay, la más alta distinción que otorga el Estado cubano en el ámbito de las ciencias, y ahora recibe este premio de la Fundación Fernando Ortiz.

Ella es la heredera natural de nuestros grandes bibliógrafos: Antonio Bachiller y Morales, Carlos Trelles y Fermín Peraza, entre otros. Ha realizado las investigaciones conducentes a las biobibliografías de eminentes autores cubanos como Alejo Carpentier, Elías Entralgo, Eliseo Diego, José Lezama Lima, Eusebio Leal, Cintio Vitier, Lisandro Otero, Carlos Rafael Rodríguez, y otros.

El presidente de la Fundación Fernando Ortiz, el etnólogo y poeta Miguel Barnet, hizo entrega a la laureada del diploma acreditativo. Araceli pronunció unas breves palabras de agradecimiento a la Fundación, al Instituto Cubano del Libro (representado en el acto por su presidente, Juan Rodríguez) y a Félix Julio Alfonso por su elogio. Con la modestia que la caracteriza, agradeció a otras personas e instituciones que han tenido que ver con su desempeño profesional.

“El presidente de la Fundación Fernando Ortiz, el etnólogo y poeta Miguel Barnet, hizo entrega a la laureada del diploma acreditativo”.

Conozco a Araceli desde hace más de 30 años, cuando laboré por primera vez en la noble institución que es la Biblioteca Nacional José Martí. Desde entonces he sostenido una fructífera y sólida amistad con ella, y sé muy bien del enorme prestigio que goza allí. La llamé en otro elogio que me correspondió hacer de ella, “una institución dentro de otra”, que lo es indudablemente. A esa mujer tan extraordinaria es a la que ha reconocido muy merecidamente la Fundación Fernando Ortiz.

Asistieron a la ceremonia distintas personalidades de la cultura, amigos y amigas de Araceli y trabajadores de la Fundación Fernando Ortiz.