Los eventos científicos proporcionan disímiles ganancias y valores añadidos, en tanto contribuyen a la socialización diversa y en diferentes niveles, de los conocimientos y la información que se produce por autores en solitario o colectivos de investigación.

Convocado por FLACSO-Programa Cuba y la Red de Políticas Sociales de la Universidad de La Habana, tuvo lugar los días 2 y 3 de diciembre de 2021, en modalidad híbrida, el 1er Seminario internacional Interseccionalidad, equidad y políticas sociales, con el propósito de debatir sobre los aportes teóricos y metodológicos del enfoque interseccional; sistematizar críticamente resultados de investigación obtenidos a partir de este enfoque y valorar sus aportes prácticos en proyectos de desarrollo, experiencias de transformación local-comunitarias, políticas institucionales y políticas públicas. En esa ocasión, se presentaron a debate un total de 45 trabajos, de la autoría de 75 especialistas de Alemania, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, España, México y Perú.

Como resultante, y bajo la coordinación de la Dra. María del Carmen Zabala Argüelles y la Dra. Geydis Fundora Nevot, se conformó el texto: Interseccionalidad, equidad y políticas sociales, que reúne en sus 325 páginas, 32 de los trabajos expuestos en el evento. El libro cuenta, además, con la edición de quien les habla y la maquetación y diseño de la Lic. Anabel Falcón Peñate.

Interseccionalidad, equidad y políticas sociales, prologado por la Dra. Zabala, fue estructurado en 5 apartados, de acuerdo con los ejes de reflexión y debate que guiaron al evento. El número de artículos de cada apartado, responde a la cantidad de ponencias recibidas en cada eje y a la anuencia de sus autoras y autores para su publicación.

El primero de los apartados: Aportes teóricos y metodológicos del enfoque interseccional, contiene 2 artículos: “Interseccionalidades más allá del occidentalismo”, de Julia Roth y “Sociología e interseccionalidad: apuesta desde la teoría social”, de Teresa Muñoz Gutiérrez. El texto de Roth, según sus propias palabras, se acerca a la historia del concepto de interseccionalidad que, como todo conocimiento, se ha visto en un proceso de circulación desigual del mismo, pero que hoy goza de una amplia aceptación dentro los estudios sociales, sobre todo en aquellos referidos a los feminismos y al género. Por su parte, Muñoz, apuesta por la necesidad de la teoría dentro de los discursos que se construyen en el ámbito de las Ciencias Sociales, específicamente desde la Sociología. Alude, como desafío intelectual, a la puesta en práctica de un pensamiento crítico para estas elaboraciones, que reclaman ser explicadas a partir de las nuevas condiciones en que se construye el conocimiento y de las tradiciones que se conservan.

Un segundo apartado titulado: Territorio, localidad y trabajo social comunitario, reúne 8 artículos, de diferentes geografías: Cuba, Perú y México.

El artículo de las autoras cubanas Celia Marta Riera Váquez e Idalsis Fabré Machado, aborda las características en las que hoy se desarrolla el trabajo social en el país, con miradas que llevan desde el enfoque preventivo en aras de potenciar el principio humanista y dignificador del sujeto, hasta la necesidad de ir más allá de etiquetas contentivas solamente del riesgo que presuponen las categorías de vulnerabilidad, desventaja social y exclusión social.

Por su parte, Wilder Naranjo Sánchez y Dayma Echevarría León se enfocan en las respuestas que pretenden dar las políticas dirigidas a la protección social en un contexto latinoamericano con significativos retrocesos que tienen como base, en gran medida, la reducción de gobiernos democráticos de izquierda y el impacto de la COVID-19 en la precarización del trabajo. El artículo particulariza el lugar que ocupa el territorio dentro de los ámbitos productores de bienestar y sus efectos posibles, en mujeres cubana que experimentan, de alguna u otra forma, situaciones de exclusión.

El colectivo autoral conformado por Yelineis Pacheco Suárez, Yarlenis Pacheco Suárez y María Magdalena Suárez Milian, colocan en valor el trabajo y el desarrollo comunitario, tomando como base el equilibrio con el medio ambiente, la preservación y fomento de la cultura local, la consolidación del sentido de pertenencia y la identidad, todo ello desde el enfoque interseccional, considerando los aportes que a ello pueden hacer las dimensiones de clase, género y raza.

Para Lucrines Azcuy Aguilera y Yamila Roque Doval, el núcleo fundamental de su artículo descansa en la visión que ofrece la interseccionalidad a las políticas sociales de carácter local, específicamente, aluden a una política social local orientada a las personas mayores del municipio Placetas, en la central provincia de Villa Clara, uno de los más envejecidos de Cuba, que evidencia asimetrías en su puesta en práctica.

Tema de profundo interés lo colocan Yansa Terry Araujo y Yenisei Bombino Companioni, a partir de un acercamiento a las juventudes rurales cubanas, desde resultados de investigaciones realizadas en el decenio 2011-2021 bajo la óptica de la interseccionalidad. Atendiendo a este enfoque, se revelan los retos de rejuvenecer el espacio rural, si se espera implementar una estrategia de desarrollo social a largo plazo en el país, la que debe contemplar ejes discriminantes como género, sexo, edad, procedencia social, sector de ocupación, trayectoria laboral, niveles de capacitación y de ingresos.

Para cerrar los artículos asociados al contexto cubano, Clotilde Proveyer Cervantes y Magela Romero Almodóvar muestran la interrelación entre la violencia de género y aquella que se ejerce contra niñas, niños y adolescentes en el país, así como algunas reflexiones estratégicas para la protección de sus derechos.

La peruana Guisella León Torres también nos trae el territorio como eje diferenciador y de análisis y la COVID 19 como contexto generador de desigualdades. Apunta la utilización de herramientas tecnológicas para identificar cómo se adaptaron los espacios habitados física y virtualmente, desde los cuidados de la vivienda hasta las participaciones políticas desde la virtualidad. Resultaron ser métodos de investigación que parten de lo cualitativo para visibilizar los cambios identificados por la pandemia desde el territorio.

Tania Alejandra Ramírez Rocha trae a colación el conocimiento que tienen niños y niñas de dos localidades del estado mexicano de Morelos acerca de los territorios donde habitan. Y aunque en ambos se constata la religión como un componente esencial de sus escenarios sociales, los elementos simbólicos culturales que delimitan el territorio y la experiencia de vivirlo, entendida como la territorialidad, son distintas para las niñas y niños de una y otra localidad.

Un tercer apartado dedicado al tema de la Educación, concentra 7 artículos. La exposición la abre Yulexis Almeyda con el artículo: “El paradigma interseccional: una metodología pertinente para el análisis de las desigualdades sociales en el campo de la educación superior”; se enfatiza en la utilidad de esta perspectiva analítica para captar diferentes dimensiones de las intersecciones entre marcadores de diferencias, que pueden representar desventajas injustas, que indican brechas entre diversos grupos sociales para aprovechar las oportunidades de acceso a la enseñanza universitaria.

Beatriz País Fernández concentra su memoria escrita en el acceso a la Educación Superior en el contexto cubano actual, y aplica el enfoque interseccional a una cohorte de estudiantes en la Universidad de La Habana. Los resultados muestran que, no obstante las políticas educativas del proyecto sociopolítico cubano, subsisten en la educación superior brechas de desigualdad, muchas de las cuales están atravesadas por construcciones culturales de género y raza y que para lograr un acceso basado en los principios de equidad e igualdad de oportunidades para todos los jóvenes, sin distinción, debe reconocerse que existen disímiles condiciones de partida que los ubican en posiciones diferentes para poder alcanzar éxito en dicho nivel de enseñanza.

Las chilenas Verónica Lizana-Muñoz y Valentina Catalán-Retamal son las autoras del artículo: “Políticas de equidad de género en las instituciones de Educación Superior”. Su contenido alude a la diversidad de instituciones de este nivel de enseñanza en Chile, que requieren de macro y micropolíticas que consideren perspectivas teórico-prácticas relativas a sus visiones, misiones y propósitos estratégicos, así como llevar a vías de hecho la prevención de la violencia dentro de las comunidades educativas.

El colectivo autoral compuesto por Tania Caram León, Mayra Tejuca Martínez, Geydis Fundora Nevot, Niuva Avila Vargas, Danay Díaz Pérez y Jagger Álvarez Cruz propone un diseño curricular de un curso para docentes universitarios sobre las estructuras y dinámicas de inclusión y exclusión que acontecen en espacios educativos del tercer nivel de enseñanza.

El mismo colectivo de autores socializa su artículo: “Esa carrera es de machos… Condicionantes de género en carreras de la Universidad de La Habana”, donde se ofrece un resumen de la investigación orientada a identificar los factores que influyen en los diferenciales de género de las carreras masculinizadas de la alta Casa de Estudios, tanto en el alumnado como en el profesorado y donde se demuestra el carácter sexista y la presencia de las desigualdades de género en todos los ámbitos de la vida de las personas y, en particular, en la educación superior.

Un sexto artículo corresponde a las “Desigualdades en los aportes privados a la educación: un análisis desde el enfoque interseccional”, de Niuva Avila y Gissell Hernández y aborda los gastos familiares en materia educativa, de un grupo de estudiantes universitarios matriculados en la Universidad de La Habana. Los resultados evidenciaron un vínculo entre el éxito educativo de los jóvenes y el color de la piel, el género, el territorio, los ingresos en sus hogares, el nivel de escolaridad de sus grupos familiares y también, con sus puntos de partida y de condiciones de vida.

Cierra este apartado el artículo: “Línea de investigación antirracista-sexista: Cambios de mentalidad”, de Isabel Damaris Castañeda Pérez y Gonzalo Rubio Mejías, quienes apuestan por la creación de una línea de investigación interseccional, que tribute a los programas de estudio, a la vez que divulgue los conceptos y acciones necesarias para guiar e inculcar el combate a la intolerancia misógina y racista en el estudiantado universitario.

El apartado: Desigualdades y políticas públicas, cuenta con 12 artículos. El primero de ellos revela la incidencia del género en la interrupción del embarazo en adolescentes cubanas; su carga desigual sigue atribuyendo a las mujeres, sin importar edad ni otra condición, la máxima responsabilidad en la protección del embarazo. Sus autoras, Natividad Guerrero Borrego, Dianela de la C. Milán Ricketts y Raida Semanat Trutie apuestan por el fortalecimiento de la educación integral de la sexualidad, de los servicios de Planificación Familiar y de la atención integral a la salud de los adolescentes para disminuir las brechas en esta área.

María del Carmen Zabala Argüelles es la autora del artículo: “Las desigualdades sociales desde una perspectiva interseccional en el contexto cubano”, cuyos resultados presentan un análisis interseccional de las desigualdades identificadas en grupos y ámbitos específicos, con el propósito de analizar: los entrecruzamientos entre múltiples ejes de diferencia en contextos determinados y sus interacciones en diferentes niveles, que producen múltiples formas de inequidades; la identificación de grupos sociales en los cuales se concentran desventajas y discriminaciones; la incidencia de las políticas y programas sociales en la situación actual de equidad; y la propuesta de enfoques integrados e intersectoriales que actúen sobre las desigualdades múltiples. 

Geydis Fundora Nevot, en su artículo: “Las desigualdades de clase y sus intersecciones: retos para las políticas públicas”, reconoce que, en sentido general, el enfoque interseccional no ha sido privilegiado entre los referentes teórico metodológicos para los estudios sobre desigualdades y estratificación en Cuba, a pesar de su potencial explicativo para comprender por qué, aún con la aplicación de leyes igualitarias, políticas universales y programas especializados en la atención a poblaciones vulnerables, persisten situaciones de desventaja social racializadas y feminizadas.

 “Aportes del enfoque interseccional al estudio de la representación plástica de la mujer negra” es la contribución de Mercedes Cuesta Dublín. La autora hace referencia a la situación de inferioridad a que históricamente ha sido sometida la mujer en las sociedades de tradición patriarcal, lo cual se conjuga y sobredimensiona con la segregación social derivada de las desigualdades por la noción de raza. El abordaje integral de la raza, el género y la clase social como marcadores sociales de diferencia, condujo a una interpretación cabal de las maneras de representación simbólica de las mujeres negras en la pintura, al reflejar la convergencia de los sistemas de opresión históricos de que han sido víctimas.

Elvira Edwards Vázquez, a través de su artículo: “La interseccionalidad ante el reto de la mujer negra: constituirse sujeto de la trayectoria de su vida”, intenta construir un marco epistemológico que permita develar significados y sentidos que emergen de las voces de diez mujeres negras de la Cuba de hoy quienes, desde sus imaginarios, necesidades y valores, identifican los caminos que las separan de sus condiciones subalternas de vida.

“Juventudes: Articulaciones de las desigualdades intra e intergeneracionales”, es la propuesta de Elaine Morales Chuco, Beatriz Drake Tapia, Isys Pelier Alvarez, Naisvel González Herrera, Lannerys Díaz León y Dinella Alicia Valdés Martínez. A partir de resultados de investigación sobre percepción de exclusión e identidades en personas jóvenes, se muestra la articulación de las desigualdades económicas, territoriales y por color de la piel, las cuales emergen para diferenciar y distinguir a las juventudes habaneras. Estas conexiones denotan la existencia de complejas desigualdades intra e intergeneracionales en la población joven y confirman la necesidad de actualizar las políticas de juventud.

De la autoría de Danay Díaz Pérez, Yiglén Salazar Cisneros y Willy Pedroso Aguiar, el artículo: “Desigualdades sociales en la movilidad urbana: propuesta metodológica para un análisis interseccional”, devela la heterogeneidad del proceso y las múltiples desigualdades que pueden generarse en esas experiencias. En este sentido, entre las brechas de equidad están las de género, que se acrecientan cuando se interseccionan otras variables como la edad, la condición de discapacidad y el territorio. Considerar estas categorías en conductas tan cotidianas y habituales como los desplazamientos diarios, tanto en zonas urbanas como rurales, se torna esencial en el estudio de los patrones de movilidad de las personas.

Julita Morales Arencibia, Belkis Rojas Hernández y María Isabel Romero Sarduy proponen el artículo: “En los caminos del poder: el caso de las mujeres en el punto de mira de la interseccionalidad”, que toma como punto de partida los cambios económicos acontecidos en Cuba a partir de 2011, y abordan, desde el pensamiento crítico, el poder de las mujeres en el contexto nacional, considerando experiencias de emprendimientos de titulares féminas en el sector cuentapropista y los impactos generados en tiempos de pandemia.

Por su parte, “La división sexual del trabajo en la dinámica familiar como violencia estructural de género”, de Yasely Abella Soto, reflexiona acerca de la impronta de la violencia estructural de género en las relaciones que se establecen en las dinámicas familiares, donde persisten desigualdades en tanto se sea hombre o mujer, visión que es incorporada durante el proceso de formación de la identidad genérica.

Yisell Aguilar Pino y Deborah Rodríguez Ravelo son las autoras de: “Proyecto de cambio por la equidad de género”. En su artículo exponen y analizan los resultados del proyecto El futuro empieza ahora: adolescentes por la equidad de género, propuesta educativa desarrollada desde el Centro de Estudios Sobre la Juventud con la colaboración del Fondo de Población de las Naciones Unidas.

Cierra este apartado el artículo: “Las mujeres cubanas. Marianas de ayer, hoy y siempre”, de Martha Elsa Reyes Companioni, Adalberto Díaz Corbea, Tahimí Martínez Toledo y Sergio Martínez Rojas, donde se realiza un somero recorrido por el desempeño de la mujer cubana en diferentes períodos de la historia nacional.

El quinto y último apartado responde a Riesgo, vulnerabilidad y crisis, y atesora tres experiencias provenientes de México, Cuba y Ecuador.

Arturo Guzmán González narra en su artículo: “Construcción social del riesgo en La Yerbabuena, México. Un análisis desde la interseccionalidad”, la decisión del gobierno del Estado de Colima de reubicar a las 57 familias de La Yerbabuena como medida de prevención de desastre, ante el incremento de la actividad eruptiva del Volcán del Fuego. Sin embargo, hay siete familias que se quedan en resistencia. El autor aboga por un análisis interseccional que contribuya a la comprensión no parcelada del proceso de construcción social del riesgo en La Yerbabuena.

“Interseccionalidad: un enfoque para el análisis de las percepciones del riesgo ante incendios forestales”, cuenta con la autoría de Liannet Roxana Infanzón Ibañez y Virginia Hardy Casado, y describe las particularidades socioculturales de las comunidades asentadas en la cuenca del río Matamoros del municipio Holguín, se evalúan los riesgos y se caracterizan las percepciones del riesgo ante incendios forestales. Se realizó con el objetivo de desarrollar una estrategia con enfoque de interseccionalidad para elevar las percepciones de riesgo ante incendios forestales. Permitió ampliar conocimientos sobre la relación entre la gestión de riesgo, las percepciones de riesgo, los incendios forestales y el enfoque de la interseccionalidad. Este último, posibilitó comprender la interacción de las categorías sociales y su implicación en los procesos de gestión y construcciones sociales de las personas.

Cierra el libro el artículo: “El camino de la opresión: mirada interseccional a la ATAPY ‘San Vicente’ de Bijahual, Ecuador”, de Hernán Humberto Caballero Vera y Celia Marta Riera Vázquez. La ATAPY se conformó solo con mujeres rayanderas, para promover el “empoderamiento” de las mismas, teniendo como criterio subyacente la ganancia resultante de la producción y comercialización del almidón —área del que quedaban excluidas las mujeres—. Se constata que las diferencias de partida dentro de las mujeres socias —estado civil, edad, escolaridad, cantidad de hijas e hijos, etc.— incidieron en la organización jerárquica de las mismas, en los conflictos entre ellas dentro y fuera de la asociación, así como en la reproducción de lógicas patriarcales en sus modos de actuación e imaginarios.

El libro: Interseccionalidad, equidad y políticas sociales puede ser descargado en la biblioteca virtual del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) mediante el enlace: http://biblioteca.clacso.edu.ar

* FLACSO-Programa Cuba

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