Un nuevo número de la revista cubana Revolución y Cultura fue presentada ayer por su directora Luisa Campuzano en el Salón Primero de Mayo de la Asociación Hermanos Saíz.

A lo largo de 58 años la publicación ha ido renovándose y desde este instante tendrá una frecuencia trimestral con 100 páginas.

Varias son las propuestas culturales tanto nacionales como internacionales, impresas en la revista, entre las que se destaca un dossier dedicado a la trata ilegal de esclavos.

“Miradas que nos desvelan cómo el contrabando era un alivio para la sociedad colonial en medio del férreo monopolio metropolitano; la trata, un odioso medio para el enriquecimiento para las autoridades en contubernio con los negreros y los hacendados; y los enclaves portuarios, la vía expedita para colocar la azúcar al mejor precio en el mercado”, expresó Campuzano.

En su interlocución la directora afirmó además que la publicación sigue siendo una revista de cultura en la que confluyen todas las manifestaciones del arte.

Entre sus páginas el lector encontrará un trabajo sobre un fotógrafo matancero del siglo XIX. Mireya Cabrera autora del artículo “Calixto Ruiz de Castro: los rostros múltiples de una ciudad”, da a conocer facetas de esa figura, de amplio dominio técnico en sus retratos, que se interesó, además, por perpetuar la imagen de personalidades y sucesos trascendentes para Matanzas y la Isla.

A través de Ronald Antonio Ramírez tendremos un análisis crítico y exhaustivo sobre la producción cinematográfica cubana presentada en la última edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

Roberto Medina nos entrega un trabajo interesante sobre el arte digital: lo distintivo de su recepción. En su escrito conoceremos acerca de la nueva manera de expresar y entender el arte. ¿Cómo se transforman los museos, cuál es la nueva concepción, recepción y comercialización del arte? Esta, entre otras interrogantes, nos pondrá al tanto de la nueva vanguardia artística contemporánea.

Con la lectura del artículo “Bracale, Lázaro y Caruso”. “El empresario y los divos en La Habana”, de Enrique Río Prado, nos adentraremos al estudio de la figura de Adolfo Bracale, cuya audacia y conocimiento del mundo lírico le permitió presentar con éxito a las más grandes figuras de la escena en la capital de los cubanos.

El espacio teatral capitalino durante la primera ocupación (1898-1899) es otro tema recurrente de la revista, escrito por Beatriz Combarro Mouriz “Corrían años en que se buscaba definir la existencia de una nación, sus rasgos de identidad, frente a la ocupación norteamericana, y en este proceso el espacio público teatral jugaría un papel primordial”, compartió Luisa Campuzano.

Sobre José María Heredia y los pueblos precolombinos antillanos trata Jorge Lefevre Tavárez en su material. Constituye otra aproximación al tratamiento otorgado por Heredia a los temas precolombinos, en este caso, se refiere a la única mención que hiciera el poeta a los pueblos indígenas antillanos.