¿Qué pintó Luis Fonsi en la inauguración de Lima 2019?

Paquita Armas Fonseca
7/8/2019

Quienes disfrutamos de la ceremonia de inauguración de los Juegos Panamericanos Lima 2019 esperamos por su espectáculo de clausura, aunque casi nunca apertura y cierre tienen similares empaques en las grandes citas deportivas.

 La inauguración fue un derroche de expresión de las culturas latinoamericanas, desde sus orígenes.
Foto: Telesur

 

Realmente, la transmisión durante las 24 horas por el Canal Tele Rebelde, y una buena parte por el Canal Cubavisión Plus, es un esfuerzo del ICRT y del Estado. Los deportes que no han sido transmitidos en directo fueron filmados para dar la información. Más allá de que sigo pensando que la narración deportiva puede ser mejor, en esta oportunidad no he sido testigo de desaguisados espeluznantes.

Ahora bien, estas líneas no tienen que ver con Cuba, sino con Perú. Todas las opiniones coinciden en que la organización de los juegos, la cantidad de países y atletas participantes, incluso glorias deportivas de varias naciones, merecen un aplauso de quienes amamos el deporte y sus confrontaciones.

Pero Lima 2019 también ha sido una muestra de lo que representa el mercado en el arte para imponer banalidad y tontería.

La inauguración, un espectáculo concebido por Vania Masías, directora de coreografía y el músico y compositor Lucho Quequezana, fue un derroche de expresión de las culturas latinoamericanas, desde sus orígenes.

Alucina Perú, nombre del gran show de cerca de tres horas que llevó más de diez meses de preparación, tuvo desde el propio escenario una referencia al patrimonio cultural peruano. No podía faltar el Nevado Pariacaca, la montaña más sagrada de Lima que tuvo una interpretación desde la escultura.

La escenografía en conjunto representó los acantilados de Lima, el Amazonas, tanto al Pacífico como el lago Titicaca, líneas que de alguna manera tienen que ver con el 49, número de gran significado en el Perú pues es la cantidad de lenguas existentes en el país: el castellano y 48 lenguas indígenas.

La exhibición de grupos de caballos de paso, animal declarado Patrimonio Cultural de la Nación, y que de alguna manera participaron en el baile de la marinera, realizado por parejas humanas, fue un bello número.

Foto: Xinhua
 

En el desfile, los portadores de pancartas con el nombre de cada país, representaban ekekos “espíritu que simboliza la abundancia y prosperidad en el folclor de la gente del altiplano”.

Juan Diego Flores, tenor que se da la mano con los grandes del mundo, montó un dueto con la voz de Chabuca Granda (1920-1983) en la reconocida canción Bello durmiente, de 1956 y dedicada al Perú. También de Chabuca interpretó La flor de la canela, una suerte de himno no oficial de Lima. La música fue ejecutada por “Sinfonía por el Perú, un proyecto musical para niños en situación de riesgo”.

Casi dos mil personas trabajaron para la fiesta inaugural como elenco artístico, 1 860 fueron voluntarios que tuvieron que cumplir con los ensayos. El equipo de producción tuvo 230 integrantes de 17 naciones.

Aplausos para ese descomunal despliegue en una velada cultural que rendía honor a nuestros antepasados. Entonces, ¿por qué Luis Fonsi en el cierre?. ¿Cómo es posible que su Despacito terminara un espectáculo por encima de Bello durmiente, y La flor de la canela?

Esa canción, que también fue un fenómeno en Cuba, en agosto de 2017 rompió récord en Youtube, fue la primera en toda la plataforma en rebasar los 3 000 millones de vistas. Al mes siguiente hubo dos millones más de registros.

Luis Alfonso Rodríguez López-Cepero (Luis Fonsi) no es peruano, sino puertorriqueño que estudió y ha desarrollado su carrera en Estados Unidos. ¿Cuánto cobraría por actuar en Lima? En el contexto del espectáculo, su manera de cantar sobraba.

Fonsi es un producto del mercado, una figura vendida en los últimos tiempos por su éxito en las redes, especialmente en Youtube. No se coló solo en la inauguración, sino que en la transmisión de no pocas competencias se escucharon sus canciones. También para acompañar a gimnastas que, en vez de utilizar ritmos de sus países usaron de otras nacionalidades. ¿Por qué?

Para la clausura se anunció a Gian Marco quien, según un experto en música, no en deportes, hace un tiempo se escuchaba más o menos, pero que ya nadie se acuerda de él. Uno más de los intérpretes que, a fuerza de publicidad, han tenido brillo artificial durante un tiempito. Aunque este cantante, por lo menos, es peruano.

Es un crimen que una ceremonia donde brillen (con la luz de los ancestros) los cantos y bailes autóctonos de nuestra región, se incluyan intérpretes armados a base de promoción, de la tradicional o en la web, que solo son reflejo de los vaivenes del mercado.