Provengo de una generación que entre otros privilegios nos ha permitido ser espectadores, activos en muchos casos, de verdaderos sucesos de la música cubana como ha sido el nacimiento del Movimiento de la Reflexión Libertaria de la Canción en la Revolución, expresado a través de la Nueva Trova. Provengo de la generación que tuvo el privilegio de estar en el meollo de la aparición y apogeo de agrupaciones legendarias para la música popular bailable como Los Van Van, Irakere, Adalberto Álvarez y su Son, el Charangón de Elio Revé y la Original de Manzanillo, entre tantas otras.

Tengo muchas más razones para sentirme privilegiado, pero quizás la más importante es la de haber podido ser durante más de cuarenta años, no solo un espectador más como todos ustedes en lo relativo a la evolución de la música cubana desde aquellos tiempos lejanos, sino que también en esos cuarenta años se me ha permitido brindar nuestro modesto aporte a la realización de programas musicales tanto en la radio como en la Televisión; así como ejercer la crítica musical desde los distintos órganos de prensa  como en las redes sociales.

“En cualquiera de los canales de la televisión cubana, junto a los espacios dramatizados, informativos y culturales en sentido general, tenemos una gran diversidad de programas musicales con propuestas diferentes”.

Les tengo que confesar que después de tanta agua pasada, me siento muy orgulloso del camino que ha tomado en los medios de prensa la promoción de nuestra música en la actualidad. Y lo digo con pleno conocimiento de causa porque al mismo tiempo que era parte de diferentes colectivos de programas, fui testigo en la radio de los 80, de cómo en una ocasión se sacaron del aire programas de música tradicional cubana en favor de poner otros con la mal llevada y traída “música para jóvenes como si estos fueran unos imberbes indolentes que no supieran valorar las profundas esencias de las cosas. Por eso con absoluta satisfacción, no los invito ahora a debatir acerca de las manchas del sol que representa determinado tipo de música sino a reflexionar sobre aquellas otras músicas tan diversas que, desplegadas por todo nuestro entorno sonoro, nos aportan un goce pleno al poder disfrutar de ellas, aquí y ahora.

En cualquiera de los canales de la televisión cubana, junto a los espacios dramatizados, informativos y culturales en sentido general, tenemos una gran diversidad de programas musicales con propuestas diferentes como para dejar bien claro que si importante resulta el oportuno programa para las renovadoras tendencias de la música cubana actual, igualmente necesario es el otro programa con la mal llamada “música del ayer. Esta última en realidad representa un estatus de calidad y de respetabilidad, avalado reconocimiento que muchos todavía tienen que demostrar que son capaces de alcanzar.

“Me pregunto entonces si no tenemos motivos para sentirnos regocijados ante tanto buen arte hecho realidad por encima de tantas dificultades”.

Ello demuestra la voluntad de crear espacios en la actual programación musical para todo lo que vale y brilla en materia de música cubana, ya sea para promover la obra de una orquesta de cámara, un conjunto de música campesina o una orquesta de música popular bailable, por solo citar algunos ejemplos.

Un espacio que demuestra lo anterior es el Canal Clave, imprescindible alternativa no solo para los amantes de la música cubana, sino para toda la buena música en general, pues tienen propuestas para complacer todos los gustos. Y del Canal Clave me quiero detener en los programas Online o Estamos Contigo como se les conoce. Todos los días a las 4 y media de la tarde, se puede sintonizar el canal Clave para disfrutar durante 27 minutos un programa que se repite a las 8 de la noche, con una inusitada propuesta televisiva que —auspiciada por el Ministerio de Cultura, ideada por Josué García y dirigida por Mildred Ruiz, de Producciones La Rueda—, ha acogido más de 500 emisiones hasta el 19 de mayo, con presentaciones de músicos cubanos de las diferentes manifestaciones. Surgido en plena pandemia de la COVID-19 como la alabada solución para que nuestros artistas no dejaran de estar entre nosotros en tiempos de restricción de movimiento y de clausura de conciertos públicos, entre estos más de 500 programas, filmados en todo el país, se ha contado con la presencia de 25 trovadores, 30 agrupaciones de rock, 40 agrupaciones de jazz, 30 orquestas de salsa, 20 agrupaciones de rumba, 12 coros, 10 agrupaciones de rap y 30 orquestas de cámara, entre otras además de contar en dos ocasiones con la Orquesta Sinfónica Nacional.

Entre los videos clips realizados a varios músicos como Pancho Amat, Michel Herrera y David Blanco, también sobresalen los homenajes dedicados al Caballero del Son y a Vicente Feliú.

Como diría alguien inspirado en la sabiduría popular: “el que pida más, es un goloso”. Me pregunto entonces si no tenemos motivos para sentirnos regocijados ante tanto buen arte hecho realidad por encima de tantas dificultades.

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