El deseo de evocar a Miguel Hernández por los ochenta años de su muerte, este 28 de marzo, nos condujo a repetir un formato ya probado en 2020 a propósito del centenario de Eliseo Diego.
Convocamos, desde la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, a varios poetas para, en cada caso, compartir una lectura en diálogo entre un poema del gran autor español y una pieza de autoría propia.
La respuesta de todos resultó confirmación de la palpable huella —poética, íntima, ética— del autor de “Nanas de la cebolla” en la poesía cubana de sucesivas generaciones.
A la iniciativa de la institución se sumó, por derecho, el Centro Pablo con un generoso aporte de aquellas producciones que en el tiempo han registrado la permanencia de la obra hernandiana en la Isla.
Y para prolongar en el tiempo los ecos de esta conversación, La Jiribilla ofrece el “Recital poético para Miguel Hernández”.
Defensor de la República española e inmerso en la guerra civil, fue condenado a muerte; pero lo mató en realidad la cárcel franquista. Sin embargo, ocho décadas después, sus versos se constituyen, gracias a su renovada grandeza estética y humana, en rayos que no cesan para clamar junto a su voz: “dejadme la esperanza”.

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