La cultura como bien público global y su dimensión social y económica; los mecanismos y alternativas de cooperación Sur-Sur para el desarrollo sostenible; el papel de las economías creativas y las industrias culturales en las naciones en desarrollo; la gestión integral del patrimonio cultural; y el turismo cultural-patrimonial y su contribución al desarrollo sostenible en los países en desarrollo fueron los temas a debatir por los ministros de Cultura y jefes de delegaciones de los Estados Miembros del G-77 y China, reunidos este jueves en el Palacio de las Convenciones de La Habana. 

“Nuestros pueblos merecen grandes esfuerzos para garantizar posibilidades de un desarrollo sostenible que dé esperanza y prosperidad”.

En un primer momento, Soraya Mouloudji, ministra de Cultura y las Artes de la República Argelina Democrática y Popular, aseguró que su país está comprometido con la cooperación Sur-Sur para el desarrollo sostenible. La representante recalcó que muchas de las políticas e instituciones argelinas se preocupan por atender su patrimonio cultural. A la par, “se desarrollan estudios universitarios y científicos y acciones específicas para la preservación, conservación y restauración, al igual que la salvaguarda y la circulación a nivel social de su patrimonio cultural, tanto tangible como intangible”. 

Por su parte, Luis Enrique Morales Alonso, co-director general del Instituto Nicaragüense de Cultura, incitó a impulsar políticas públicas que cambien y generen desarrollo para los pueblos y comunidades. “Hablamos de equidad de género, sistemas de salud y educación asequibles, viviendas sociales, infraestructura, programas locales que generen trabajo, por supuesto, respetando la identidad y diversidad de cada pueblo”.

“La cultura es una parte fundamental de quienes somos y es nuestra responsabilidad preservarla y promoverla para las generaciones venideras”.

Deben ser valorados en su justa dimensión nuestros pueblos ―agregó el representante―, hombres y mujeres que hacen que la cultura viva en su danza, música, literatura, artes plásticas y artesanías, investigaciones científicas y culturales, cine, audiovisuales, diseño y nuestras industrias culturales en los mercados, plazas y parques. “Nuestros pueblos merecen grandes esfuerzos para garantizar posibilidades de un desarrollo sostenible que dé esperanza y prosperidad. Ellos son los únicos protagonistas de esta cultura que nos representa, de la que nos sentimos orgullosos”.

Morales Alonso convocó al resto de las naciones que integran el G-77 y China a trabajar en conjunto programas de economía creativa e industrias culturales, para dar más oportunidades a los artistas y creadores. A la par, insistió, en que se deben fortalecer las acciones de rescate, investigación y promoción de los patrimonios culturales.

“Salvaguardar nuestro patrimonio cultural es clave para poder brindar esos bienes a nuestros descendientes”.

“La cultura es una parte fundamental de quienes somos y es nuestra responsabilidad preservarla y promoverla para las generaciones venideras. Salvaguardar nuestro patrimonio cultural es clave para poder brindar esos bienes a nuestros descendientes”, aseguró, por su parte, el Dr. Atef Abu Saif, ministro de Cultura del Estado de Palestina.  

En este sentido, dijo que el patrimonio de su nación es parte de la identidad nacional, pero también de sus luchas: “sufrimos el colonialismo, la destrucción de nuestros monumentos. Apoyamos este esfuerzo común para entender el papel de la cultura. Israel no solo nos ha despojado de nuestras tierras, sino que también se han robado nuestros hallazgos arqueológicos y los restos de nuestros difuntos que datan de miles de años. Han eliminado nuestros bailes, nuestra música. Por eso puedo afirmar que en mi país el patrimonio es una fuente de resistencia y resiliencia”.

Por otra parte, Atef Abu Saif denunció que el mercado se lleva muchos de sus elementos originales y los usa como simples mercancías, por eso, exhortó, a desarrollar técnicas de trabajo en conjunto, especialmente en el área de los derechos de autor y sobre la propiedad intelectual.

“El patrimonio es diversidad, y sin diversidad cultural no hay desarrollo”.

“La globalización, así como la modernidad, fracasaron como modelo civilizatorio. El capitalismo hace aguas y, en este momento, tiene el planeta al borde del colapso por su agresión desmedida y sistemática contra la madre tierra, y por la posibilidad de una tercera y, posiblemente, última guerra mundial”, comentó en su intervención Ernesto Villegas Poljak, ministro del Poder Popular para la Cultura de Venezuela.

Por eso, destacó que las culturas tienen que ser de interés de toda la humanidad. El patrimonio es diversidad, y sin diversidad cultural no hay desarrollo. “Se requiere de una convención o algún instrumento de la Unesco para proteger los bienes culturales de los países a los que se les aplican las mal llamadas sanciones o medidas coercitivas, que son en realidad bloqueos usados para estrangular a los pueblos e ir en contra de su identidad cultural”. 

La concentración del capital con el desarrollo de poderes tecnológicos globales y una guerra cultural ―alertó Villegas Poljak―, pretende pintar una parte del mundo como un jardín y al resto como una jungla.  “Hoy en esta jungla, diversa y rica en recursos humanos y materiales, es desde donde se puede salvar a la humanidad de la hecatombe material y espiritual mediante la unidad respetuosa de nuestra diversidad. Juntos y diversos somos una súper potencia cultural para la paz”. 

Li Qun, viceministro de Cultura de la República Popular China, destacó la importancia de la herencia y la innovación, y como se pueden fortalecer los intercambios y la cooperación internacional. “Hay que promover el progreso de la civilización humana y construir una comunidad con un futuro compartido”. 

El representante del gigante asiático aseguró que China apoya firmemente al G-77 promoviendo los intercambios entre los pueblos y el aprendizaje mutuo a través de la cooperación cultural y turística. De esa manera contribuyen al desarrollo sostenible de la sociedad.

Chapeaux: Tristán Bauer, ministro de Cultura de Argentina, solicitó en su intervención que el gobierno de los Estados Unidos ponga de una vez fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto injustamente por Estados Unidos contra Cuba.

“China acomete acciones para ayudar a proteger el patrimonio cultural, proyectos que no solo salvaguardan los tesoros de la civilización humana, sino también brindan un fuerte apoyo al desarrollo social y económico sostenible de todos los países. Además, hemos llevado a cabo durante mucho tiempo la capacitación de recursos humanos, culturales y turísticos entre naciones”, dijo el vice titular.

Tristán Bauer, ministro de Cultura de Argentina, solicitó en su intervención que el gobierno de los Estados Unidos ponga de una vez fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto injustamente por Estados Unidos contra Cuba.

“Frente a los desafíos que nos toca vivir, en un planeta amenazado por el cambio climático y las agresiones contra la madre tierra, las injusticias económicas y sociales, las guerras y las violencias simbólicas, nos comprometemos a trabajar en defensa de los patrimonios por sus valores históricos artísticos, estéticos, políticos, religiosos, sociales, espirituales, naturales, simbólicos, en síntesis, culturales”, enfatizó el titular argentino.

“No hay futuro de bienestar sobre el olvido del pasado”.

Sin una memoria colectiva sobre las violencias, alertó Bauer, no es posible pensar en una cultura para el desarrollo sostenible. “No hay futuro de bienestar sobre el olvido del pasado. Adhiero a todos los postulados planteados en esta importantísima reunión, pero queremos destacar la importancia de los sitios de memoria que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco como el brasileño Muelle de Valongo”.

El ministro argentino agregó que el trabajo con el patrimonio cultural se enlaza con el concepto de cultura de la paz, promovido en varios países de nuestra América. “Ese concepto propone generar nuevas narrativas, imaginarios y símbolos de integración, democracia y equidad; además de superar la estigmatización y el lenguaje del odio en la construcción de sociedades más pacíficas y justas. La cultura es un bien público mundial. Viva la diversidad cultural”, concluyó el destacado cineasta y político.