Revista Revolución y Cultura, nuevo número en formato digital

Rubén Ricardo Infante
23/9/2020

En tiempos donde ha sido necesario utilizar de manera real y efectiva las redes sociales y los canales virtuales, algunas de las publicaciones culturales cubanas (La Letra del Escriba y ahora llega Revolución y Cultura) han asumido el espacio digital como vía para la socialización de sus más recientes entregas.

Precisamente, hace unos días y a través de varias plataformas, llegó la agradable noticia de que un nuevo número de Revolución y Cultura, el primero del año 2020, estaba disponible. Las ventajas de que sea esta la vía utilizada nos facilita el acceso y, con la facilidad de descarga del archivo, la posibilidad de leerlo en cualquier momento, aunque sea mediante la pequeña pantalla de un dispositivo móvil.

Foto: Cortesía del autor
 

Y a la lectura de su más reciente número sucumbí. En varias ocasiones he dejado por escrito mi interés por el panorama informativo, crítico y analítico que nos ofrecen las publicaciones culturales. Entre mis favoritas en el escenario editorial cubano se encuentran: Casa de las Américas, La Gaceta de Cuba, La Siempreviva, Temas, Cine Cubano, Tablas, Temas, La Letra del Escriba, ArteCubano y la referida Revolución y Cultura.

Desde su portada, la publicación nos invita a volver a una puesta que fue representativa del quehacer de la compañía Acosta Danza. La imagen de la bailarina Zeleidy Crespo en Impronta, la coreografía de María Rovira, es parte de la temporada Cuerpos, con la cual la agrupación dirigida por Carlos Acosta ofreció “un verdadero canto a la herramienta esencial del bailarín, su cuerpo”, según refiere Reny Martínez en su texto.

En sus primeras páginas, la revista dedica un aparte a analizar con nuevas miradas la obra de tres cubanos excepcionales de fines del siglo XIX y la primera mitad del XX. Mediante estos artículos se ofrecen otras aristas acerca del periodismo cultural desarrollado por Marcelo Pogolotti en El Mundo, de la autoría de Israel Castellanos León; mientras que la doctora María Antonia Borroto Trujillo indaga en Esteban Borrero, y el profesor universitario y crítico Ronald Antonio Ramírez profundiza en la zona política de Miguel de Carrión.

Los textos que abren el número alcanzan profundidad en su concepción, al tiempo que ofrecen nuevas coordenadas de lectura sobre estos temas y autores. La amplitud de la literatura cubana, o mejor, de la cultura cubana, permite que sea siempre un terreno fértil para la realización de investigaciones sobre el pasado artístico de la nación.

Entre los textos que llaman la atención al repasar de manera visual y rápida los contenidos de este número destaca la propuesta de Luz Merino acerca de la revista Artecubano. Ya mencionaba que, dentro del cada vez más escueto panorama editorial impreso, Artecubano es una publicación necesaria. No solo porque permite la promoción y crítica del arte cubano, sino porque refuerza uno de los objetivos de la institución a la que se adscribe: el Consejo Nacional de las Artes Plásticas, mediante la editorial de igual nombre que la revista.

La autora se pregunta, Artecubano es ¿de impacto, de referencia, especializada, arbitrada…? y con ese propósito analiza ese escenario donde confluyen diversos aspectos. Al final de su texto refiere: “… hoy las ediciones suelen combinar la existencia de una copia física y otra digital, pero además Artecubano tiene que competir con las ediciones electrónicas. Hay otros dos soportes significativos para el análisis y conocimiento del arte cubano: los catálogos y las ediciones electrónicas, tanto académicas como de arte. Pero dejemos eso para otra ocasión”.

Otros artículos se incluyen en este número de la revista Revolución y Cultura, dejo al lector interesado la búsqueda del resto de ellos y su futura lectura. El valor de una revista no solo radica en la realización de un balance del presente, sino en su conformación desde el pasado. Creo firmemente que esa es una de las motivaciones que inspiran a seguir construyendo estos espacios de diálogo, y una revista es el testimonio de un deseo y un impulso que vale la pena reconocer.