La edición 36 del Festival Internacional Jazz Plaza sesiona de forma digital, ante la situación epidemiológica que enfrenta Cuba, y como parte de las actividades del evento se efectuó un coloquio donde se homenajeó la vida y la obra del director de orquesta Armando Romeu González, en conmemoración de los 110 años de su natalicio.

El encuentro estuvo conducido por Pedro de la Hoz y contó con los testimonios del cantante y compositor Bobby Carcassés y con las apreciaciones del musicólogo Miguel Ángel García.

En la sesión se resaltó la trayectoria y el legado de Armando Romeu en el panorama de la música cubana, con énfasis en su paso por la Orquesta Cubana de Música Moderna y por la orquesta de Tropicana, así como las lecciones en el magisterio y el legado que dejó en varios jazzistas cubanos, tanto en la elaboración de un nuevo concepto de armonía como en la confección de un método braille para músicos invidentes.

Bobby Carcassés reseñó las enseñanzas del maestro como inolvidable, al tiempo que resaltó su humildad, su calidad humana y la capacidad para inculcar, sobre la base del ejemplo, cualidades que lo posicionaron como un excelente transcriptor, arreglista y saxofonista: “Siempre vi en Armando una persona exquisita, capaz de ayudar a cualquier persona que lo necesitaba”.

Pedro de la Hoz, a su vez, destacó la capacidad del homenajeado para no dejarse subyugar en el exterior, en un contexto marcado por la confrontación, donde las concepciones maniqueas limitaban la apreciación de la música norteamericana, pero no impidieron el rencuentro y la conjugación de la tradición norteña de jazz con las raíces criollas en piezas como “Pastilla de Menta”, “Bob City Mambo” y “Mambo a la Kenton”.

El también vicepresidente de la Uneac lo calificó como un líder en la tarea de aunar voluntades y resaltó su trabajo en la orquesta de Tropicana por la retroalimentación que tuvo con presentaciones de Estados Unidos, lo cual contribuyó a convertir a ese cabaret en uno de los centros del espectáculo en el mundo.

Miguel Ángel García, por su parte, calificó a Armando como un genio criollo y resaltó su honestidad y el trabajo que efectuó en la Orquesta Cubana de Música Contemporánea como creador de una pauta para las futuras generaciones, ya no solo en tareas de dirección, orquestación, instrumentación o composición, sino también para concretar las ideas de los músicos con diferentes pensamientos y formas de concebir la música.

El tributo concluyó con una exhortación a las jóvenes generaciones para recrear la obra de este destacado compositor, tras lo cual se exhibió un documental sobre su trayectoria.