En sus fragmentos filosóficos Demócrito de Abdera califica a la educación como un ornato para los dichosos y un refugio para los desdichados. Para Rosana Cesaroni, la educación ha sido la labor de su vida. Con más de 30 años como docente, se ha desempeñado como maestra, directora e inspectora de la enseñanza primaria.

Ha participado en talleres comunitarios para la promoción de la lectura y la escritura en el público infantil, posee el Diplomado Superior en Ciencias Sociales de Flacso (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), es operadora en Psicología Social y tiene especialidades en Pedagogía de la Formación Docente y en Pedagogía de la Lectura. También integra la AELAC (Asociación de Educadores de Latinoamérica y el Caribe) Capítulo Argentina, fundó la filial Punta Indio y es miembro de la Cátedra José Martí de la APC.

Ha ofrecido coloquios en el Museo de la Alfabetización de La Habana, la Asociación de Pedagogos de Cuba y el Instituto Superior Pedagógico Rafael María de Mendive, en Pinar del Río. Creó y dirige el programa radial Amigos de Cuba y produjo el documental Berta. Una vida de militancia, el cual relata la historia de cinco profesores argentinos que participaron en la Campaña de Alfabetización en 1961.

¿Qué la trae a Cuba?

En esta oportunidad participé del Congreso de Pedagogía y traje un trabajo desde Argentina. Además de escritora, soy pedagoga, periodista y promotora de lectura. Estudié con Mempo Giardinelli, un amigo de Cuba, precisamente.

Además de participar en el Congreso de Pedagogía, también fui invitada por la Cámara Cubana del Libro a participar de la 31 Feria Internacional del Libro y traigo dos títulos, uno de poemas, Amiga del malecón, con poemas y fotos de mi autoría y Sucedió en La Habana, un libro de cuentos que retrata a personajes de los barrios habaneros para contar de otro modo a la Revolución.

Sucedió en La Habana es uno de los libros que Susana Cesaroni trae a la Feria del Libro. Fotos: Cortesía del autor

¿Cómo ha sido el proceso creativo tras estas obras y qué significación han tenido para usted?

En el caso de Amiga del malecón, estamos ante la tercera edición del libro. Le agregué “siempre” a diferencia de las otras entregas y se renovó el prólogo, el cual fue redactado por la embajada de Argentina en Cuba.

La poesía, en mi caso personal, llegó para evocar lo vivido en Cuba. Cuando estuve aquí siempre viví en Centro Habana, a dos cuadras del malecón. Iba todos los días allí para retratarlo y porque me gusta mucho ese lugar.

Cuando volví a Argentina, comencé a ver las fotos que había hecho y comenzaron a surgir los poemas. Yo no forcé nada. Empecé a sentir la necesidad de contar ese lugar a través de poemas inspirados en imágenes. De ahí el formato del libro y la referencia de ese característico lugar.

“La poesía, en mi caso personal, llegó para evocar lo vivido en Cuba”, dice la autora de Amiga del malecón.

Los poemas surgieron a partir de las imágenes y de pensar. Hay cubanos y cubanas que pasan por ahí habitualmente o están vendiendo algo, y cuando estaba en el malecón siempre te encontrás con alguien y te ponés a charlar para conocer también a la gente. Así, en mi caso, fue pura evocación.

En todos los viajes siempre estoy bastante melancólica cuando regreso a mi país. Eso dura por ahí un mes. Después uno ya empieza con sus actividades y sigue con su vida y eso va quedando guardado en algún lugar. Explorar eso a través de las fotos fue un modo de sobrellevar la angustia y volver a aquel día, a aquel momento. Fue como una estrategia de escritura.

La poesía es muy sanadora, diría. Cada uno percibe y siente con diferentes herramientas, estrategias o de diferentes modos. A mí la poesía me ayudó muchísimo.

En el caso de los cuentos, fue un modo de hacerle pequeños homenajes a grandes amigos en los barrios de La Habana. Todos los personajes son reales, pero están contados desde la ficción. Por ejemplo, hay una alfabetizadora que vive en un barrio, pero yo la ubico en otro, haciendo otra cosa. Hay una amiga, promotora cultural, y yo la ubico en la Habana Vieja como una vendedora de flores. A la dueña de la casa donde siempre vivo en Centro Habana le cambié el nombre, pero le respeté la ocupación: es quien recibe a la narradora de estas historias.

“La poesía es muy sanadora”.

Contar los barrios de La Habana es muy interesante. Todos tienen sus propias lógicas, sistemas de transporte, de agua, de venta en los mercados. A todos los atraviesa la cubanía, pero son diferentes y tienen sus propias características. Todavía no pude cubrirlos todos. No sé de qué modo ni acerca de qué, pero este viaje también va a servir para seguir contando sobre Cuba.

“Contar los barrios de La Habana es muy interesante”.

Como maestra ha emprendido proyectos comunitarios. ¿Qué experiencias de su actividad en Argentina pueden aplicarse en Cuba?

Nosotros tenemos que seguir aprendiendo de ustedes porque son mucho más potentes los proyectos de aquí. Yo estoy vinculada con Cuba desde el año 2007 y pude conocer en profundidad el trabajo en la educación y en la cultura de los cubanos. A pesar del bloqueo que los atraviesa desde hace seis décadas, ustedes sostienen y mantienen el valor de las ideas. Esta batalla de ideas planteada por Fidel, ustedes la hacen, la construyen y continúan cotidianamente.

En todo caso me parece que ambos países se pueden integrar y trabajar juntos. En la Feria del Libro de La Habana del 2014 vine a trabajar al Pabellón Infantil Tesoros de Papel con la Editorial Gente Nueva. Allí participé en un proyecto con niños de las escuelas y estuvimos haciendo un taller de escritura sobre un personaje en especial: las brujas.

Yo había desarrollado un proyecto en la escuela donde era directora. Ese año vine con una propuesta que le interesó a Gente Nueva. Era escribir sobre las brujas, esos personajes tan característicos con su grano en la nariz, su caldero, en donde preparan las pócimas. Pero la característica de estas brujas es la de hacer magia para ayudar a las personas. Ese contenido se trabajó en el taller.

Los niños en Cuba, además de leer el libro Cuentos con brujas, ni tan malas ni tan feas, escribieron historias. A veces, inclusive, se colaban las anécdotas sobre los brujeros de los barrios y ahí entraba la santería. Eso es propio de la cubanía.

“Nosotros tenemos que seguir aprendiendo de ustedes porque son mucho más potentes los proyectos de aquí”.

Mientras hablábamos de personajes imaginarios, muchos niños hablaban de personajes reales que conocen y viven cerca de sus casas. Fue muy interesante ese intercambio y pienso las propuestas con esa naturaleza: proponer y compartir y también llevarme los aprendizajes, como fue en este caso, de los niños participantes en aquel Pabellón Infantil de Tesoros de Papel.

¿Cómo usted ve el diálogo entre el escritor y su realidad?

Martí hablaba de los intelectuales como referentes de su tiempo. Es muy importante la tarea de quienes escriben porque a través de ellos es como podemos entrar en esos otros mundos posibles a los cuales se refería Cortázar.

Es significativo el compromiso de los escritores en cada uno de sus países. Siempre estar del lado de contar esas historias relacionadas con los pueblos, que los personajes también conmuevan y lleven las historias hacia diferentes lugares.

Yo creo que la literatura comprometida tiene una gran tarea por hacer porque a través de la ficción siempre estamos contando realidades. Cualquier escritor, para escribir una novela, se va a inspirar siempre en la realidad que ha vivido, en eso que le ha impactado, en lo conocido, en sus experiencias.

¿Para qué sirve la literatura? Muchos dicen que para nada y, en realidad, la literatura no tiene un fin, no se ha inventado para cumplir con un objetivo principal. Abarca muchísimas cosas.

La literatura es entretenimiento y es esto, comprometernos con nuestro tiempo. Uno, a través de una poesía, puede contar mucho sobre un lugar o sobre una temática a través de un poema. Es un lenguaje que nos permite no solo comunicarnos con los demás sino también poder dejar un mensaje para las nuevas generaciones. En ese sentido escribir nos da esa gran posibilidad de formar parte del tiempo que estamos viviendo.

“La literatura es entretenimiento y es esto, comprometernos con nuestro tiempo”.

¿Qué proyectos ocupan su agenda?

Soy corresponsal del diario digital Resumen Latinoamericano y cubro a Cuba, México y Chile.

Hace diez años que tengo un programa de radio llamado Amigos de Cuba, en una emisora comunitaria. Durante este tiempo ha cambiado dos o tres veces de emisora, pero en este espacio siempre se mantuvo la intención de hablar sobre Cuba, así como sobre Bolivia, Paraguay, Perú, República Dominicana, Venezuela, Nicaragua.

Contamos acerca de Cuba y de su vida cotidiana a través de entrevistas hechas por WhatsApp, las cuales se editan y emiten al aire posteriormente. Entrevistamos a diferentes referentes de la cultura, la educación y la política. Estamos muy bien informados acerca de Cuba y difundimos esa información.

Somos una voz más frente a toda la campaña mediática de falsas noticias y daño permanente que se le hace a este país desde el imperialismo estadounidense. Si bien somos una emisora comunitaria, también aportamos otra mirada desde la voz directa de sus protagonistas. Por supuesto, hay problemas, pero los únicos aptos para solucionarlos son ustedes mismos, el pueblo de Cuba. Nosotros intentamos ser un aporte solidario, un espacio, con diez años en este caso, para defender a Cuba y los logros alcanzados más allá de todas las complicaciones.

Pero también los efectos desde afuera sin dudas impactan en la subjetividad de los cubanos y de los latinoamericanos y en el modo de pensar, y cuando las noticias son falsas y repetidas hasta el cansancio la gente termina por creerlas.

Contra eso hacemos Amigos de Cuba. Una de las secciones del programa se llama Semilla Roja. En ella difundimos el pensamiento pedagógico y político de Ernesto Che Guevara. Escuchar su voz es muy interesante. Lo que él dice lo podemos ver a trasluz de la actualidad. Ese pensamiento latinoamericano y caribeño de nuestro compañero tiene que continuar vigente y debemos traerlo al aquí y ahora de nuestro tiempo.

Hay oyentes que llaman, dejan mensajes y opinan acerca de los contenidos del programa. A veces sorteamos libros y, bueno, los contenidos de Cuba han sido bien recibidos en estos diez años.

También nos hemos ganado enemigos, por supuesto, pero no nos importa, seguimos adelante y creciendo. El programa está hecho desde las lógicas de la comunicación comunitaria y desde la comunicación popular. Nosotros no trabajamos como lo hace la prensa hegemónica, por ejemplo, porque de hecho no tenemos los recursos económicos para hacerlo.

En mi caso soy profesora y vivo de eso, pero el resto de las cosas las hacemos de manera voluntaria y muchas veces ponemos dinero de nuestros bolsillos o salimos a buscar los recursos cuando los necesitamos. Sí contamos con el apoyo de compañeros para redactar una nota, cubrir un evento o comentar una noticia, ya sea en Cuba o en uno de los países de América Latina y el Caribe.

¿Qué importancia le otorga al vínculo entre literatura infantil y educación?

Eso es un punto importante porque está relacionado con las políticas públicas de un país. No se puede concebir la educación sin libros de literatura, por ejemplo. Es necesario enseñar a leer esos mundos en tanto los autores escriben pero después es el lector, así sea niño, joven o adulto, quien termina el libro.

El acceso a la literatura por parte de las infancias es prácticamente un derecho si pensamos la educación como campo ampliado no solo en la formación escolar, sino también en la familia.

“No se puede concebir la educación sin libros de literatura”.

Ahora en este momento en todo el mundo hay muchos problemas con el papel y también está comenzando a difundirse más el libro digital. Es necesario aprovechar esos formatos.

El libro por sí mismo es un objeto con el cual podemos interactuar, pero debemos contar con la mediación lectora, es decir, con alguien capaz de proponernos un recorrido para reflexionar. Ese es el trabajo de los mediadores de lectura.

Es fundamental pensar en el libro como un objeto cultural y también pensarlo de la mano de los promotores. Aquí en Cuba han trabajado muchísimo en esa relación libros-lectores o libros-autores y lectores.

No siempre es tan fácil acceder al libro. En otros países del mundo los textos son muy caros. En Argentina misma, muchas veces una familia tiene que pensarlo bastante para comprar un libro y poder contar con dinero para otros gastos más prioritarios. Sin embargo, el libro debiera ser una prioridad.

“El libro debiera ser una prioridad”.

¿A su juicio cuáles son los retos de la izquierda en el ámbito cultural?

Desafíos hay muchos. Uno de los más importantes debiera ser la búsqueda de la unidad entre los revolucionarios de América Latina y el Caribe. Es un momento muy difícil para todos nuestros países pues la intervención del imperialismo norteamericano se recrudece. Mi país, por ejemplo, está afectado por una deuda externa con el Fondo Monetario Internacional, lo cual dificulta la inversión en políticas sociales porque tenemos que hacer frente a una deuda del gobierno anterior.

En el campo de la pedagogía hay grandes intelectuales en toda nuestra América. Es necesario retomar el pensamiento de José Martí. Ustedes acá lo tienen continuamente, lo están profundizando y enseñándoselo a las nuevas generaciones. A nivel de la integración sería bueno recordar las ideas de Simón Rodríguez, de Pablo Freire. Todo lo relacionado con el fortalecimiento de nuestras clases populares.

Los dirigentes también deben asumir un compromiso importante con sus propuestas, conocer los problemas de sus comunidades y estar comunicados con el resto de América Latina. Eso en el plano sindical está bastante presente. Cuando el Che, Fidel, Martí, Simón Rodríguez, Simón Bolívar pensaban a nuestra región latinoamericana y caribeña, la pensaban porque sabían que teníamos problemas similares y podíamos pensar las soluciones en esta patria grande.

Uno de los retos es denunciar en todos los espacios posibles la política exterior de opresión de Estados Unidos porque está presente en todos nuestros países con diferentes estrategias y estamos sufriendo esas consecuencias permanentemente.

También es necesario seguir estudiando, como revolucionarios, como intelectuales. Es preciso tener más información, más conocimiento para poder comprender la realidad del otro pues muchas veces un dirigente no vive del mismo modo que viven los problemas la gente de determinado barrio.

Es un desafío a seguir profundizando en los revolucionarios de izquierda de nuestra región y estar convencidos de que nada va a venir dado desde ningún lugar, sino que lo vamos a tener que hacer por nosotros mismos.

Como precisamente es una construcción, hay conflictos y momentos de retroceso, pero debemos seguir adelante porque vale la pena defender estas ideas, que son humanistas.

Nosotros ya conocemos cuáles son los valores del capitalismo. Mi país es capitalista y uno permanentemente ve y lucha contra la falta de humanidad y de solidaridad. Ese es el encargo de los intelectuales, el asumir una tarea de pedagogía, de poder escuchar, enseñar y también aprender. Como decía Freire, formarse mientras uno está formando.

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