“No son bombas lo que altera los nervios de la invertida, 
sino ese terrible bombardeo silencioso
al que la someten las baterías del buen pueblo de Dios”.
Marguerite Radclyffe Hall, El pozo de la soledad

Vivo en un pueblo sureño del interior,

que no está en Texas ni en Oklahoma,

pero te rechazan si eres butch, si eres camionera,

si tus modales son anticuados o toscos,

si tomas cerveza a la salida del trabajo

en lugar de salir corriendo a tener niños

o hacerte las uñas o comprar loza nueva,

si no encajas en su molde rectángulo/pastel/frambuesa,

si vas de botas, camisa y el escudo de tu equipo favorito,

pero también te rechazan porque no escuchas rancheras

ni sales a cotillear por las bocacalles contra otros,

ni te abalanzas sobre hechos aparentemente significativos,

ni lanzas cubos de agua y quemas muñecos en fin de año,

ni te bañas/comes/defecas frente al televisor todos los días.

Chica sentada de manera poco ortodoxa bajo una farola,

que vives en un pueblo sureño del interior,

¿tienes alguna perspectiva de esto que hablo?,

¿te sientes aludida?, ¿quebraste ya alguna porcelana?