En su segundo día de actividades, la Jornada Académico-Cultural 60 años de la Campaña Nacional de Alfabetización tuvo sede en la Sala Che Guevara de Casa de las Américas, con paneles donde estudiosos y protagonistas de aquella hazaña compartieron sus experiencias. La iniciativa —respaldada por esta institución, por los ministerios de Educación (Mined) y Cultura (Mincult), así como por el Instituto de Historia de Cuba y el Museo de la Alfabetización— rinde homenaje a la declaración de Cuba como territorio libre de analfabetismo hace justamente seis décadas.

Jaime Gómez Triana, vicepresidente de Casa de las Américas, agradeció la posibilidad de rememorar los 60 años de la iniciativa en Casa de las Américas, institución que es sede del festejo de lo que consideró como una de las más grandes gestas de la Revolución cubana.

La directora del Museo de la Alfabetización, Luisa Campos, aprovechó el espacio para reconocer a los alfabetizadores allí presentes, al tiempo que destacó a miembros de la comisión nacional de la Campaña de Alfabetización, entre ellos la doctora Beralda Salavarría, integrante de la comisión que elaboró la cartilla y el manual, y Manuel Moro, encargado de la dirección de propaganda de la Campaña.

“La Campaña de Alfabetización inauguró un diálogo permanente sobre los modos de pensar distintos y, en mi opinión, lo sigue haciendo”.

Asimismo, alabó el rol desempeñado por otras personalidades en aquel momento, donde no faltó el reconocimiento a Raúl Suárez, pastor bautista y director fundador del Centro Memorial Martin Luther King, quien estuvo presente en el acto y mantuvo una actitud militante en aquellos momentos en la lucha contra el analfabetismo.

Como parte del panel intervinieron Rainer Schultz, historiador de la Universidad de Harvard, Marta Núñez, profesora emérita de la Universidad de La Habana y Rafael Hernández, politólogo y director de la revista Temas.

La presentación de Rainer Schultz estuvo marcada por una exhortación a contextualizar la Campaña de Alfabetización. El catedrático expuso la dimensión internacional del fenómeno en el marco de la Guerra Fría, y comentó sobre la poca representación que actualmente tiene dicho acontecimiento cultural en los archivos históricos de los “opositores” al proceso revolucionario. También resaltó los intentos de alfabetización previos a la Campaña y los programas posteriores a aquel suceso, al tiempo que valoró la trascendencia del hecho en un contexto político y social resignificado ante la necesidad de solucionar los problemas más apremiantes del país en el marco de un proceso de transformación más amplio. “La Campaña de Alfabetización inauguró un diálogo permanente sobre los modos de pensar distintos y, en mi opinión, lo sigue haciendo”, destacó.

“Estudiosos y protagonistas de aquella revolucionaria hazaña compartieron sus experiencias”.

En este segundo encuentro de la jornada de celebración por los 60 años de la Campaña de Alfabetización, la socióloga Marta Núñez valoró la significación del proceso de alfabetización para las mujeres y resaltó cómo el impulso de la justicia y el desarrollo social benefició a las mujeres, quienes fueron mayoría en la masa de alfabetizadores y quienes más aprovecharon la flexibilidad de los programas e iniciativas sociales. Con ello las féminas no solo conquistaron nuevos espacios, sino que contribuyeron decisivamente a la transformación del país.

En palabras de Marta, la Campaña fue uno de los espacios de igualdad más radicales en el campo de la educación; constituyó un ejercicio de independencia más fuerte, que no solo tuvo repercusiones sustanciales en los alfabetizados y en los alfabetizadores. La profesora también destacó la trascendencia de la nacionalización de la educación para las mujeres y la conquista de otros espacios de igualdad como la salud pública, la cultura, el deporte y el espacio laboral.

Para cerrar la intervención en el panel matutino tuvo la palabra Rafael Hernández, quien abogó por ver la historia social de la Revolución a partir de la importancia de hechos como el de la Campaña de Alfabetización, junto a los cambios que ello trajo al entramado social del país en aquel momento.

El director de la revista Temas reseñó el impacto de aquel acontecimiento en el espacio público y recorrió diferentes aristas de la realidad socioeconómica de Cuba. El politólogo se refirió, entre otros aspectos, a la militancia, la significación del compromiso cívico y la integración; la justicia social, la democratización de las relaciones sociales y la serie de contradicciones que ello acarreó al interior de aquella sociedad que veía un amplio campo de posibilidades de participación y aspiraciones palpables, en las que, de acuerdo con sus palabras, “hacerse revolucionario era hacerse libre”.

En el encuentro también participaron algunos de los protagonistas de aquel hecho histórico, los cuales resaltaron la importancia que tuvo para sus vidas la participación de la mujer y la necesidad de valorar los antecedentes del suceso y extender su alcance a las nuevas generaciones.