“Sigo creyendo con pasión en lo que hago”

Estrella Díaz
25/10/2019

En el Taller del Sol, que es la madriguera creativa de Choco —menos conocido como Eduardo Roca Salazar (Santiago de Cuba, 1949)— y que está encajado en esa emblemática calle de la antigua Habana, se respira en estos momentos un olor no solamente a tintas, barnices y diluyentes, sino una fragancia que mucho tiene que ver con la explosión creativa: y es que este maestro del grabado cubano está enfrascado en su venidera exposición personal, a inaugurarse a finales de diciembre en la reconocida galería Collage Habana.

Eduardo Roca Salazar, Choco, Premio Nacional de Artes Plásticas 2017. Fotos: De la autora
 

En entrevista exclusiva concedida a La Jiribilla, Choco, Premio Nacional de Artes Plásticas 2017, reveló que aunque para la muestra “aún no tiene un título decidido” sí tiene claro el concepto de la misma, y subrayó que incluirá grabado, pintura y escultura porque desea cerrar “el año con brocha de oro: me atrevo a decirlo de esta manera porque muchos amigos me aseguran que la obra es interesante y tiene personalidad”.

Últimamente te has revelado como un escultor con mayúscula, y no solo me refiero a la calidad sino a las dimensiones. ¿Cuáles son las propuestas escultóricas que llevarás a Collage Habana?

Quien me introdujo en la cofradía de los escultores fue mi gran amigo y artista santiaguero, Alberto Lezcay. Los primeros trabajos los hice bajo su tutela, y confieso que desde el principio me sentí seducido, motivado y estremecido con esa manifestación.

Creo que mi obra, con el paso del tiempo, ha alcanzado una magnitud interesante y ahora estoy enfocado en buscar y encontrar la manera de ampliarla: con ese objetivo, la escultura me ha venido como anillo al dedo. He tenido la posibilidad de hacer escultura en varios soportes como el bronce, la madera y la cerámica. Esto le confiere a mi obra un espacio tridimensional y quiero —y voy— a continuar por ese camino porque creo que desde la pintura y la gráfica, y ahora con el volumen, aún tengo muchas cosas que decir.  

 

Escultura colagráfica es un término que has acuñado, ¿de qué se trata?

Una escultura colagráfica está efectuada sobre madera y la realizo con mis propias manos: la diseño de una manera muy artesanal y, luego, la compongo o más bien la revisto con colagrafía. Voy construyendo un collage y van saliendo formas, figuras —algunas abstractas y otras no— que conforman el plano tridimensional. Esa manera de hacer le da una nueva connotación a la escultura en el plano “chocal”, es decir, “chocal” porque viene de Choco.

En una ocasión mi querida y gran amiga Natalia Bolívar me dijo —cuando vino a hacer una colagrafía en mi Taller— que lo que realizaba era “choco-grafía”. Y bajo ese concepto de imprimir mi impronta, primero en la colagrafía y ahora en la escultura, es que deseo continuar trabajando y experimentando.

 

Mencionaste el “hacer con mis propias manos” y de manera “artesanal”. ¿Cuán importante es el hacer con las manos?

Las nuevas tecnologías son una realidad y ofrecen muchas bondades y prestaciones. Pero, sin meterme demasiado en un tema teórico, yo creo profundamente en el corazón: aprecio mucho a los poetas que se inspiran cuando sale la luna llena o a los músicos cuando ven el amanecer o la caída de la tarde; es por eso que cuando los pintores, los gráficos o los escultores hacen algo con las manos, se tienen que sentir igual de inspirados que los otros creadores cuando el sol se esconde en el horizonte.

Si alguien quiere decir que por ese sentimiento estamos viejos, ¡pues que lo digan!; pero lo que tú haces con las manos, con los ojos y con los dientes es la forma más hermosa de la creación en cualquier momento, etapa o circunstancia: creo profundamente en el acto de poner en tus propias manos, tu corazón. Si alguien asegura que mi opinión se torna obsoleta, no me interesa. Mientras tanto y como el primer día, sigo creyendo con pasión en lo que hago.

 

Eres un artista figurativo; sin embargo, al volcarte a la escultura aseguras que aparecen formas abstractas. ¿Cómo ha sido ese proceso? 

Cuando manipulo las obras, pierden la figuración. Lo que sucede es que se componen, se manipulan y se convierten en objetos identificados que, en algunos casos, son peces o instrumentos musicales. Pero cuando observas con cuidado y no te detienes en los contornos, hay un concepto abstracto en la utilización de los colores, de las manchas, de las texturas que sostienen cada una de las obras; hay elementos que pierden la figuración, y se conforman una serie de posibilidades de composición y de armonía que dan un concepto muy diferente a la obra. Sin embargo, cuando lo ves en conjunto, puedes, por ejemplo, identificar una rogación de cabeza o un instrumento musical, que puede ser un bajo.

En tu intensa carrera has atravesado distintos momentos en la manera de emplear la paleta: a veces has sido muy agresivo, otras más parco —con grises reforzados con negros—. Sin embargo, estas esculturas que estás haciendo ahora para la exposición de fin de año son una verdadera fiesta de colores, ¿hay alguna razón especial?

Tienes razón, pero he hecho algunas esculturas que son monocromas. Hay una pieza que se llama “El torso”, que nace a partir de otra pieza que hice en colagrafía en plano bidimensional y luego la llevé a la tridimensión. Esa pieza es en blanco y negro, con todas las tonalidades y todas las armonías que crea el blanco y el negro, porque quería mantener una parte de la obra que había hecho a partir de otras técnicas del grabado como la linografía y litografía. Esas obras tienen el color subjetivo que da el blanco y el negro. Las piezas que estoy haciendo para la muestra de fin de año, son totalmente llenas de colores, aunque también voy a poner alguna que otra técnica mixta que está realizada en blanco y negro… Por otra parte, ¡mi alma está repleta de colores!

 

La muestra incluirá escultura, grabado y técnica mixta. ¿Se apoyarán unas a otras?

Ese es el concepto: quiero darle a la muestra mucho movimiento, refrescar visualmente de una técnica a otra, y así atrapar al público que me quiera acompañar, para que no se aburra y para que salga feliz y, también, estremecido.

2019 ha sido un año muy intenso para ti. ¿Qué es lo más importante que ha sucedido?

Ha pasado lo que ha tenido que pasar: ¡pertenezco a la cuarta edad! Los años se nos vienen encima y uno tiene que darse cuenta. Por eso lo esencial es hacer la obra AHORA y lo digo con mayúscula y con todo el sentido de la responsabilidad que ello implica.

Pero tú has sido, desde edades tempranas, una locomotora que trabaja, trabaja y no descansa…

Es lo que le recomiendo a las nuevas generaciones: que no pierdan el tiempo. Una vez que llegas a hacer la obra, estableces un compromiso contigo mismo, con tu familia, con tus amigos, con tu país; por lo tanto, no tienes el derecho a parar, aunque tengas freno.

Y para el próximo año, ¿qué viene?

Tengo ya algunos compromisos en México y allí voy a incursionar hasta el 2021. Ese año lo cierro en el prestigioso Museo de la Estampa, con el que ya he trabajado anteriormente. Creo que será un gran acontecimiento y desde ahora me estoy preparando para ello. Es otro contexto y otro reto a vencer porque esa muestra tiene que superar ¡con mucho! a la que realicé en esa importantísima institución mexicana que se dedica, exclusivamente, a promover el grabado, es decir, la estampación. Probablemente, haga algunas piezas tridimensionales para apoyar la gráfica.

Años atrás, otro destacado artista, José Omar Torres, quien fue durante varios años director del Taller Experimental de Gráfica de La Habana —donde realizaste una gran parte de tu obra en grabado— me aseguró que, “desde los tiempos de estudiante en la Escuela Nacional de Arte (ENA), te caracterizabas por siempre pensar a lo grande”. ¿Sigue siendo así?

Por supuesto, ahora más que cumplo 70 años; ¡fíjate si pienso a lo grande que me he propuesto llegar a los 120!

Estamos en un año de celebración en el que tu generación, la del 70, está cumpliendo precisamente 70 años: Flora Fong, Ernesto García Peña, Raymundo Orozco, Isavel Gimeno, Paneca… Si tuvieras que realizar un resumen, ¿cómo lo harías?

Ha sido una generación muy generosa, muy agradecida y muy afortunada. Y también muy consecuente con el momento que nos ha tocado vivir. Una generación que no ha perdido su vitalidad, que no ha extraviado sus raíces, que se mantiene con los pies en la tierra, pero pensando en el futuro.

Creo que somos una generación que ha aportado a las siguientes porque todos, en algún momento, hemos sido profesores y maestros de la ENA e iniciamos el Instituto Superior el Arte, es decir, somos formadores del relevo. No tengo dudas al decir que aún mucho se tiene que escribir de mi generación.