Silvio, Los Pocitos y un mensaje de amor

Thalía Fuentes Puebla
17/9/2019

Cuando Silvio canta alegra el alma. Cuando Silvio llega hasta los lugares más recónditos de La Habana lleva consigo un mensaje de amor y tranquilidad. Silvio, con una guitarra llama a pensar como país, a darle la mano al extraño, a ser sobre todo solidarios, a ser cubanos.  

Silvio Rodríguez en el concierto número 104 de su gira por los barrios. Fotos: Ariel Cecilio Lemus
 

El sitio escogido fue la comunidad Los Pocitos, en Marianao, justo en el concierto número 104 de su gira por los barrios, un proyecto que empezó hace nueve años y tiene ya un largo recorrido. Según Silvio “el propósito es sacar la música momentáneamente ―nuestra y de algunos otros que se brindan de voluntarios― de los teatros y llevársela a sus barrios, a sus casas, a sus rincones, a los lugares donde viven”.

El artista cubano añadió que generalmente se eligen barrios apartados de los lugares céntricos de La Habana, porque son de difícil acceso a los teatros, cines y centros culturales.

Concierto en la calle 128 B, esquina 71.
 

Hasta la calle 128 B, esquina 71, llegaron los seguidores nacionales e internacionales de un hombre que ha dedicado su vida a calar sentimientos en quien lo escuche, a defender la nueva trova de conjunto con músicos de la talla de Pablo Milanés, Noel Nicola y Vicente Feliú.

El trovador cubano, aseguró que el concierto estaba dedicado a los 30 años de trabajo en Cuba del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), institución que durante décadas ha tratado de brindar protección y apoyo a los millones de refugiados y desplazados internos de todo el mundo. “Este es un tema eterno pero que en los últimos años tiene un peso extraordinario en el mundo, producto a las guerras, a la desertificación, al cambio climático, a los problemas que no acaban de resolver los países más pobres”, dijo.

También estuvo presente el Proyecto Comunitario Akokán de Los Pocitos.
 

Allí estaban presentes también el Proyecto Comunitario Akokán de Los Pocitos, término que en la religión afrocubana significa “De Corazón”, y surge de una experiencia de trabajo en la comunidad, como extensión universitaria.

Las pinturas y grafitis de este proyecto fueron fiel ejemplo de cómo potencian los espacios de participación, la conservación del patrimonio, la identidad cultural, la protección del entorno y la capacitación a los comunitarios como agentes facilitadores de las transformaciones sociales.

Las pinturas y grafitis complementaron el concierto.
 

El invitado especial del concierto 104 fue Oscar Sánchez, un trovador que no solo se hace acompañar de instrumentos de cuerdas cruzadas sino también de una marímbula. “Lo he visto en las redes cantando con mucha energía, textos muy personales y por eso lo invité”, aseguró Rodríguez.

Seguido, Michel Sánchez anunció la donación de libros infantiles realizadas por el Sello Ojalá, Casa de las Américas, Editora Abril y Ediciones La Memoria del Centro Pablo, destinada a la biblioteca comunitaria del proyecto Akokán de Los Pocitos y a la Escuela Primaria Manuel Fajardo de la Comunidad.

Artistas invitados al concierto 104 de Silvio.
 

También fueron protagonistas de la velada Niurka González (flauta y clarinete), Jorge Aragón (piano), Jorge Reyes (contrabajo), Jorge Oliver (batería y percusión) y Emilio Vega (vibráfono y percusión). Junto a Silvio dieron vida a “Reparador de sueño”, “Yo te quiero libre”, “Tu soledad me abriga la garganta”, “Tonada para dos poemas” de Rubén Martínez Villena, “Eva”, “Tonada del albedrío”, “América”, “Día del Agua”, “De pronto la tatagua”, “Te amaré”, “Óleo de mujer con sombrero”, “La era está pariendo un corazón”, “Ángel para un final” y “Ojalá”.

 

Y así, entre música, coros y un mensaje de resistencia el barrio de Los Pocitos abrazó a Silvio, con la firme convicción que la única forma de salir de los problemas es dando amor.