La época más luminosa del año, en Cuba, está acompañada afortunadamente por el Festival de Verano, pausado durante los últimos dos años, y que ahora, en su quinta edición, ofrece un resquicio de entretenimiento tal vez provechoso, como la proyección de las tres sagas, La guerra de las galaxias, El Hobbit y El señor de los anillos, en la Cinemateca, o una serie de ciclos pensados para los principales cines de la capital, comprometidos mayormente con géneros como la fantasía, la aventura y el horror. Este texto se concentra solo en los estrenos, dentro o fuera de estos ciclos, y en las propuestas que me parecieron más edificantes y artísticas, o menos vistas últimamente, y que merecen una oportunidad, porque el Festival tampoco intenta, por suerte, poner en stop el imperativo de crecimiento intelectual durante dos meses.

Sin movimientos bruscos, dirigido por Steven Soderbergh. Imágenes: Tomadas de Internet

Concentrémonos entonces en elegir títulos valiosos, que abundan, en la programación de las principales salas habaneras, a partir de la segunda semana de julio, es decir de este mes hasta el 28 de agosto. En el Yara, en la segunda semana de julio, se estrena el filme de suspenso, con hampones y marginales, ambientado en 1954, Sin movimientos bruscos, dirigido por Steven Soderbergh, quien vuelve a colaborar con dos de sus actores fetiches: Benicio del Toro y Don Cheadle, protagonistas de otros filmes en los que Soderbergh se aproximaba al thriller y al cine criminal como Tráfico, y la saga integrada por Ocean’s Eleven, Ocean’s Twelve y Ocean’s Thirteen, en las cuales participaron ambos histriones.

Después, el Yara acoge un ciclo de cine de horror, con un título por día, y entre julio y agosto, durante dos semanas, llega la muestra de cine español contemporáneo, que se comparte con el cine Chaplin (y por tanto comento cuando escriba sobre la programación de ese cine), y un ciclo de cine biográfico musical con filmes dedicados a María Callas, Judy Garland, Elvis Presley y James Brown. Agosto culmina con otros dos estrenos: la road movie Cry Macho (2011) de y con Clint Eastwood, que interpreta a una estrella de rodeo, retirado, que se encarga de liberar a un niño de un problema enorme, y un filme español de horror, Veneciafrenia, la más reciente película del especialista en este tipo de cine que siempre ha sido Álex de la Iglesia.

El cine Charles Chaplin programa, en julio, un ciclo de filmes basados en hechos reales (destaca el thriller político El Mauritano), luego está el ciclo llamado “Historias fantásticas para una tarde de verano”, donde destaca esa prolongación del universo Harry Potter que es animales fantásticos: los secretos de Dumbledore, y para agosto se alternan semanalmente los estrenos de Esperando a los bárbaros (2019) del colombiano Ciro Guerra, la española Elisa y Marcela (2019, Isabel Coixet) y la iraní Un héroe (2021) del multipremiado Asghar Farhadi, con dos ciclos, uno dedicado al cine de horror (a destacar Midsommar y La bruja) y otro que se consagra a las aventuras medievales y nos ofrece una oportunidad de volver a ver, en pantalla grande, el filme histórico Enrique V (1989, Kenneth Branagh) un auténtico lujo visual que fuera reconocido con tres nominaciones al Oscar y seis al BAFTA.

Esperando a los bárbaros (2019), del colombiano Ciro Guerra.

Y como la sola mención de los títulos apenas es suficiente para motivar al espectador que solicita otros referentes, pues sucintamente quiero apuntar que Esperando a los bárbaros representa el debut en inglés del consagrado Ciro Guerra (El abrazo de la serpiente, Pájaros de verano) cuenta con Johnny Depp y Robert Pattinson en el reparto, y se inspira, bastante literalmente, en la importantísima novela homónima del premio Nobel de literatura sudafricano J. M. Coetzee, que desarrolla temas trascendentales como la xenofobia, la inmigración, el odio y la conquista de países subdesarrollados. A finales del siglo XIX acontece la historia real de dos mujeres que se hacen amigas y se enamoran, y luego hicieron parte del primer matrimonio homosexual registrado en España, un matrimonio ilegal en su época pero que las autoridades no cancelaron, en Elisa y Marcela.

Este texto se concentra solo en los estrenos, dentro o fuera de estos ciclos, y en las propuestas que me parecieron más edificantes y artísticas, o menos vistas últimamente, y que merecen una oportunidad, porque el Festival tampoco intenta, por suerte, poner en stop el imperativo de crecimiento intelectual durante dos meses.

Por otra parte, el título más reciente de Farhadi ha sido saludado mundialmente con la usual catarata de premios que acompaña a casi todas sus películas; Un héroe ostenta, como siempre, un guion perfecto, sin fisuras, que le permite al espectador acompañar las desventuras y calamidades de Rahim, que está en la cárcel por una deuda que no ha podido devolver y trata de convencer a su acreedor, en un permiso de dos días que le conceden en la prisión, para que retire su reclamación de desembolso. Al igual que en obras precedentes del maestro iraní, como Una separación, El viajante o El pasado, se encuentra el suspenso y la intriga en la exploración de secretos y mentiras de personajes carismáticos, atractivos, en un contexto social retratado con realismo absoluto.

En el cine Acapulco alternan tres estrenos estimulantes: la australiana El poder del perro (2021, Jane Campion), y las norteamericanas El escándalo o Bombshell (2019) y The Batman (2022, Matt Reeves) con sendos ciclos dedicados a diferentes temas, como el primero, que se consagra a personajes de la tercera edad y se titula “Nunca es tarde para vivir” (merecen destaque las argentinas El cuento de las comadrejas y El hijo de la novia) y el segundo se consagra a revisar ciertas películas del extraordinario Willem Dafoe; vale recomendar, especialmente, por nueva y por muy notable, la italiana Pasolini, dirigida por el cineasta de culto Abel Ferrara y que se concentra en las últimas horas del célebre cineasta, asesinado el 2 de noviembre de 1975.

Drive My Car (2021, Ryûsuke Hamaguchi).

Deconstrucción de la masculinidad canónica en el oeste legendario, El poder del perro o The Power of the dog (2021) describe, primero, el romance que concluye en matrimonio entre el hacendado George Burbank y la tabernera Rose (Jesse Plemons y Kirsten Dunst) y luego se concentra, en un devenir lánguido, casi observacional, en la relación extraña, de atracción/repulsión, entre Phil Burbank, un cowboy hermano de George, y el endeble y afeminado hijo de Rose. En la película jamás se acepta de manera explícita y directaque el machazo Phil Burbank sea homosexual, pero hay varios indicios que lo revelan: sobre todo la inexplicable atracción que ejerce sobre él la delicadeza agresiva de su sobrino político. Benedict Cumberbatch se ocupa de interpretar con extremada sutileza a este rudo cowboy, con un lado sensible, amoroso, incluso femenino, un lado que intenta ocultar ferozmente, aferrado como vive a índices de hombría heredados de generación en generación y que lo vuelven hosco, reprimido, abusador. El poder del perro ganó 12 nominaciones al Oscar, y triunfó solo en cuanto a la mejor dirección, que ya es bastante.

En el Multicine Infanta, sala 1, se anuncian los estrenos, en la segunda y en la última semana de julio, de dos descomunales películas japonesas, ambas dirigidas por el muy de moda Ryûsuke Hamaguchi: Drive My Car (2021, Ryûsuke Hamaguchi) laureada con el premio al mejor guion en Cannes y con el Oscar, el BAFTA y el Globo de Oro a la mejor película de habla no-inglesa, y la también premiada, con el Oso de Plata Gran Premio del Jurado en el Festival de Berlín, La ruleta de la fortuna y la fantasía (2021), que parece ser la tradicional película antología, de cuentos, pero posee la singularidad que le confiere Hamaguchi, que cuenta tres historias protagonizadas por personajes femeninos vistos entre sus elecciones y arrepentimientos. Drive My Car, además de aludir con este título a una canción homónima de Los Beatles, tiene que ver con el hecho de que el protagonista de la película, un actor y director de teatro marcado por un drama personal, asiste a un festival donde le asignan como chofer a una joven reservada con la cual establece una relación que los obliga a enfrentar el pasado.

La época más luminosa del año, en Cuba, está acompañada afortunadamente por el Festival de Verano, pausado durante los últimos dos años, y que ahora, en su quinta edición, ofrece un resquicio de entretenimiento tal vez provechoso.

Además de esa joya del cine japonés contemporáneo que es Drive My Car, hay una muestra de cine japonés que tendrá lugar en la segunda semana de agosto, en la misma Sala 1 del cine Infanta, y el Festival de Verano cierra, en este espacio, con el estreno de La hija oscura o The Lost Daughter (2021, Maggie Gyllenhaal), beneficiada por una muy notable actuación de Olivia Colman en el papel de una académica importante, en viaje de vacaciones, y las contemplaciones de una madre y su hija, también de vacaciones, le despiertan dolorosos recuerdos sobre la maternidad, el abandono de los hijos por necesidades de realización personal. Polémica y bien contada, esta película reflexiona sobre el mito de la madre perfecta que impone la sociedad patriarcal, y también sobre el agobio que puede representar la maternidad.

En la Sala 2 del cine Infanta alternan los estrenos de Muerte en el Nilo (2022, Kenneth Branagh), Red Rocket (2021, Sean Baker), La tragedia de Macbeth (2021, Joel Coen) y Licorice Pizza (2021, Paul Thomas Anderson) con los ciclos nombrados “Samurais: sombras y sangre” (integrado por cinco títulos indispensables de Akira Kurosawa: Los siete samuráis, Rashomon, Yojimbo, Trono de sangre y Kagemusha, la sombra del guerrero), “Divas de ébano” (que incluye las biografías fílmicas de Aretha Franklin, Billie Holiday, Tina Turner, Nina Simone y Ma Rainey, apodada La madre del blues) y “This is América”, con un grupo de películas muy críticas con la política norteamericana o el modo de vida en aquel país, como A sangre fría (1967, Richard Brooks) o Sacco y Vanzetti (1971, Giuliano Montaldo).

Respecto a los estrenos mencionados en el párrafo anterior, unas pocas palabras sobre cada uno: Muerte en el Nilo se basa en la famosa novela de Agatha Christie, versionada lujosamente en 1977, y cuenta las consecuencias criminales de un amor obsesivo, todo ello recreado en un glamoroso barco de vapor que lleva a turistas adinerados, en los años treinta, a lo largo del Nilo. Red Rocket habla sobre Mikey Saber, una estrella del porno en decadencia que regresa al pueblito de Texas donde nació y allí intenta establecerse a despecho del maltrato generalizado.

Este breve repaso por algunos de los estrenos incluidos dentro de la programación del Festival de Cine de Verano nos invita a ver en pantalla grande los títulos más recientes a nivel internacional. Oportunidad para escoger, entre la variedad de géneros, poéticas, temáticas…, el cine que usted quiere ver.