Subió el telón e inició el Festival de teatro de La Habana

Thalía Fuentes Puebla
21/10/2019

Subió el telón este viernes e inició el Festival de Teatro de La Habana. Ya la euforia se siente entre los amantes de las tablas. Las artes escénicas hablan, proyectan, se sienten.

Dos fueron las obras elegidas para la apertura de la fiesta de las artes escénicas: Misterios y pequeñas piezas, de Carlos Celdrán por Argos Teatro y PIB 2018, de Nelda Castillo por El Ciervo Encantado.

Inició el Festival de Teatro de La Habana. Fotos: Ariel Cecilio Lemus
 

La sala Tito Junco del Centro Cultural Bertolt Brecht, que acogió a la primera puesta en escena, cerró por capacidad y en la sede de la compañía del Ciervo, el público llenó todos los cupos disponibles y otros, para no perderse la obra con función única, optaron por disfrutar el arte sentados en el piso de la sala. Cuando el teatro llama, solo se puede obedecer.

Misterios…, protagonizada por Caleb Casas, Waldo Franco, José Luis Hidalgo, Daniel Romero, Víctor Garcés, Abel López y Yailín Copola, muestra los hilos que unen la locura y la cordura, el amor por el teatro, la pasión por crear y la entrega a una profesión que se ama. Describe a la perfección al teatro, con sus imperfecciones y sus virtudes, al ejercicio del magisterio y las dificultades que conlleva. Por la calidad y factura de esta obra, se merece análisis aparte: Argos Teatro sueña, desea y cumple.

Por su parte, PIB 2018 vuelca su trama en el abandono, la destrucción, la pérdida de códigos y de ética. En este performance no es necesario una gran escenografía, ni montaje; basta ella, con sus excelentes cualidades histriónicas y su dominio de las tablas, para trasmitir ira, despecho, desenfado y en instantes hasta miedo. El vestuario es minimalista, casi nulo, complementado con el maquillaje que logra transformar a Yindra Regüeiferos en un ser despreciable, en la basura, en la contaminación.

La idea de la obra partió de una investigación sobre el reguetón cubano, de cómo y por qué surge, de la vulgaridad de sus letras. PIB 2018 llama a reflexionar, a cambiar las cosas, a transformar(nos).  

La obra infringe lo razonable, y solo con el cuerpo y la presentación “hace reflexionar acerca de la legitimidad del estado presente de la naturaleza física y moral”.

En jerigonzas, la protagonista recita fragmentos de algunas canciones “modernas” de reguetón. Las letras son banales, crueles, pero la mayoría de los presentes en la sala las conocen. En 50 minutos el público se asombra, se consterna, incluso hasta se ríe. PIB 2018 cambia la estética del teatro, su concepción.

 

La fiesta de las tablas continúa hasta el domingo 27. Indague, pregunte, visite, ármese de teatro y llene el alma con arte.