“Toda sociedad que aspire a crecer, necesita del arte público. Una obra pública pertenece a muchas personas durante muchas generaciones, por eso el diseño es el eje para lograr un resultado eficaz”.
Su naturaleza de hombre del saber y la imaginación se ha proyectado mediante cuatro manifestaciones de la cultura espiritual: la poesía, la prosa valorativa, el diseño informacional y la pintura.
Reseñar el currículo de Pedro de Oráa es, en sí mismo un manifiesto de arte. El creador se burla de esquematismos y nomenclaturas segregacionistas y viene a comprobar que la pluralidad de disciplinas puede estar presente en un mismo autor, sin encasillarlo como literato o pintor a secas. Oráa es todo a la vez.