Esta es una crónica insólita, esdrújula. No sé como escribirla, como ordenarla. La realidad sonó un campanazo a la más desbocada ficción. La sonó fuerte.

Lisandra Gómez, mi colega, me lo dijo, así nomás, al paso. No me he recuperado desde entonces. Ella armó el Big Bang, empujó el caos. Esta chica espirituana se las trae.

Todo comenzó con Martí, con José Julián, con el genio inacabable de Paula. Acaso todo empieza con él. Siempre me pareció exaltada su definición de la música: “La música es la más bella forma de lo bello”. Siempre me pareció deslumbrante su metáfora: “La música es el hombre escapado de sí mismo”.

Enero fue mi pretexto para hurgar.

Y entonces, fui entendiendo. Veintidós años tenía José Martí (1853-1895) cuando asistió a los conciertos de José White (1836-1918). Solo veintidós. La radio, que todo lo puede, se fue con él al Teatro Nacional de México, se fue al decimonónico. El poeta se desborda para atrapar el instante:

“(…) las notas ya no gimen ni resbalan, salpican, saltan, brotan (…) Aquel violín se queja, se entusiasma, regaña, llora: ¡con qué lamentos gime! ¡Con qué dolor tan hondo se desespera y estremece!”.

Veintidós años tenía José Martí cuando asistió a los conciertos de José White.

La radio lo sigue, reconcentra la historia en tres minutos, en algo más. Y este cronista, deja caer su frase, mientras suena el Concierto para Violín de José White, mientras el arco gime: “Si la música tiene notas, las palabras han de tener sonidos”.

Del otro lado del cristal, el realizador de sonidos Alien Fernández Martínez, Alienpro, escucha. Radio Sancti Spíritus está radiando mi crónica “Martí y la música”. El maestro Jailer Cañizares, ha puesto su magia en la musicalización. Ambos son de la camada radiofónica de Lisandra. Otra vez. Todos los caminos conducen a ella.

“Si la música tiene notas, las palabras han de tener sonidos”.

¿Cómo fue ese instante, qué colores tuvo? ¿Cuándo decidió Alien tatuarse esa frase en su brazo? ¿Quién tuvo el detalle de la modulación, de graficar mi voz justo cuando la digo? ¿Quién es este muchacho surrealista de Fomento?

“¿Cómo fue ese instante, qué colores tuvo? ¿Cuándo decidió Alien tatuarse esa frase en su brazo? (…)”.

Serán detalles por abrir, yo sólo anoto. A mí se me ha presentado la obra hecha, el fuego consumado. Se me ha asomado el brazo de un artista que ha grabado mis letras en su carne, que me ha dado el mazazo de mi vida.