Teatro de Las Estaciones hace volar en el Festival de Teatro de La Habana 2019

Violeta Hormilla
23/10/2019

Un niño que “anda en las nubes”, volando junto a su maestra sobre aves que nacen de su imaginación; que juega con cascos ajenos y papeles de celofán que tal perece se ha vuelto loco. Ese resulta el Retrato de un niño llamado Pablo, obra del grupo matancero Teatro de Las Estaciones que se presentó en el marco del Festival de Teatro de La Habana 2019.

La obra tuvo funciones durante el pasado sábado, domingo y lunes en el Teatro de la Orden III en La Habana Vieja.

Retrato de un niño llamado Pablo. Foto: Tomada del sitio web de Teatro de Las Estaciones

Teatro de Las Estaciones, que se encuentra celebrando sus primeros 25 años regalando sonrisas y alegrías, se propuso mostrar a un pequeño diferente al que estamos acostumbrados a ver en los títeres de la agrupación.

En las palabras del programa, Yudd Favier, asesora dramática de Las Estaciones, explica que el repertorio del grupo cuenta con “un extenso catálogo de niños héroes que salen a explorar un mundo ficcional, intercambiando con personajes míticos u objetos mágicos. Sin embargo, el niño de hoy realiza un viaje introspectivo, al interior de su familia, al entramado diario de su vida de niño común”.

Y es que Pablo representa a una gran parte de la infancia que, dentro de sus propios hogares, puede sentirse sola, con padres ausentes, interesados solo en satisfacer las necesidades materiales de los más pequeños sin plantearse las carencias afectivas que les pueden estar produciendo.

Pablo grita en silencio sus pasiones e intereses, reclama tímido que lo escuchen en la mesa a la hora de comer, sin conseguir resultado alguno más allá de un castigo por una semana.

La obra está basada en el cuento “¿Pablo, ¿qué te pasa?”, de la narradora catalana Carmen Fernández Villabol y versionado por Rubén Darío Salazar, quien además de ser director de la agrupación, forma parte del elenco; así como María Isabel Medina, Lucelsy Fernández, María Laura Germán, Iván García, Arlettis González, Javier Martínez de Osaba y Roberto Águila.

Retrato de un niño llamado Pablo es la necesidad de atender a los más pequeños, de dedicarles tiempo. Acercarse desde nuestra realidad agitada y objetiva a sus mundos de sueños y fantasías. Es aprender a escuchar, hacer una pausa a excesivos trabajos y complejas circunstancias para que, con la seguridad que tienen esas primeras edades donde la vida parece ser solo el presente, nos digan: “¡Quiero ser cosmonauta!”.