La Jeringa, proyecto cultural que nació, como muchos otros, por las inquietudes y deseos de jóvenes universitarios, llegó este 3 de febrero a su III aniversario. La cita fue dada en el Taller Chullima, estudio del artista visual Wilfredo Prieto, ubicado en Calle 6 No.905, entre 9 y 11, Playa, La Habana.

El principal objetivo del proyecto es inyectar, metáfora que da alusión a su nombre, sobre todo acontecer artístico nacional, brindando espacios de difusión de todas las manifestaciones del arte.

A las cuatro de la tarde se nos permitió la entrada con música a cargo del DJ Leonardo Milano de Cuba, músico, DJ, productor que lleva más de 20 años de carrera artística, quien apuesta por una sonoridad distintiva, una mezcla de cultura tradicional, donde se aprecia el ritmo afrocubano, varios sonidos típicos como el güiro, tambores y a su vez se identifica con un sello de música electrónica.

“El principal objetivo del proyecto es inyectar, metáfora que da alusión a su nombre, sobre todo acontecer artístico nacional, brindando espacios de difusión de todas las manifestaciones del arte”.

El horario de inicio de la fiesta por el tercer aniversario, no fue impedimento para la asistencia, de a poco fueron llegando todos los invitados hasta conformar, con toallas en el césped, música y reflectores, un ambiente apto para el disfrute de una tarde de viernes.

La cocina del Taller Chullima, tuvo bajo su sello la inauguración de Gourmet, exposición bipersonal de las gemelas Gabriela y Greta Reyna, la cual se puede apreciar hasta el día 3 de marzo. A la entrada nos recibió un vestido hecho de retazos junto a la proyección del proceso que llevaron a cabo las hermanas Reyna.

El servicio de coctelería estuvo a cargo de La mixóloga: marca cubana que propuso un menú para esta ocasión tipo ready to drink. Junto a Jíbaro: restaurante de comida y coctelería tradicional e internacional.

A las seis de la tarde, horario previsto para la presentación No.0 en físico de la revista La Jeringa, se centró la atención a tan magnífico acto. Como moderadora estuvo, nerviosa según confesó, la curadora y productora general María Victoria Pérez, quien agradeció por la aceptación que el público ha tenido con el proyecto en general y con el III aniversario en particular.

Dando paso al prologuista de la revista, Joaquín Borges Triana, periodista, quien comenzó agradeciendo a Annette y al equipo por la invitación a escribir las palabras del prólogo.

La cultura cubana viene de una tradición de revistas, (…) y ellas son un perfecto termómetro y barómetro de la realidad. Esta edición especial de la revista ofrece una mirada panorámica de lo que hoy son y quieren ser en el futuro, con una perspectiva ecuménica del arte y la cultura del presente. He ahí un sueño hecho realidad.

La revista No.0 ha sido un compendio, difícil según todo el equipo, de la colaboración y la entrega de muchos. Pocos ejemplares han visto la luz en físico, pero el equipo quiere seguir aportando y no solo se merecen la felicitación por el III aniversario sino por el trabajo que realmente han llevado a cabo durante todo este tiempo.

“La cultura cubana viene de una tradición de revistas (…)”.

Luego de la presentación del No. 0 de la revista, tuvo lugar un performance, que lleva en sí una comunicación distinta, y esta vez en manos de los hermanos Lázaro y César Saavedra, se vio un intercambio con el público. La historia contaba con una excelentísima interpretación la lucha de clases que se desató con la colonización de España en América. Una interacción con el público reflejó cómo personas externas pueden invadir nuestros espacios, como en aquellos años que los españoles llegaron a cambiar la realidad de los habitantes de América. Hubo un desarrollo del tiempo, efímero, hasta la hora de la reconciliación.

“El horario de inicio de la fiesta por el tercer aniversario, no fue impedimento para la asistencia, de a poco fueron llegando todos los invitados hasta conformar, con toallas en el césped, música y reflectores (…)”.

El cierre del evento, luego de una rifa que realizó el equipo, estuvo a cargo del grupo Iroyé, agrupación con vida joven y un espíritu cubano hermoso, puso a todos a disfrutar de su estilo. Integrado por nueve músicos, con formato: voz principal, tres voces femeninas, flauta, guitarra, piano, bajo, congas, percusión menor, drums y timbal.

El arte cubano joven, junto con el proyecto La Jeringa, tiene un espacio para su divulgación. Muchos de sus colaboradores agradecen poder jeringar, desde su pequeña forma de expresión en un lugar no solo seguro, sino que representa una familia.

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