Triana: La perspectiva de un riguroso aliento profesional

Guille Vilar
14/11/2019

El hecho de haber sido junto al crítico Jorge Gómez, partícipe fundacional del programa Perspectiva, en Radio Progreso, preserva intacto el orgullo por semejante proyecto cultural de hace 40 años.

Proponerle al oyente cubano de finales de la década del 70, la inusitada sonoridad en el espectro radial de emblemáticas agrupaciones de la historia del rock, como Jethro Tull y Kansas, nos confirma la validez de esta decisión, que ha incidido en la formación integral de generaciones afines con dicha corriente musical. Todavía hoy, escuchar la música de ese rock de vanguardia significa hacer contacto con una energía expresiva que para nada ha extraviado su vitalidad con el transcurso del tiempo, además de deleitarnos por la capacidad para fundirse con las raíces de un folclor diverso.

Piezas como “Aqualung” y “Songs from the wood” revelan la voluntad de los británicos de Jethro Tull por recrear el entorno de la música celta, mientras que la presencia de aires procedentes de la música clásica en “Nobody´s home” y “Cheyenne Anthem” hacen de Kansas una propuesta verdaderamente inusual en el contexto roquero de los Estados Unidos. Otros nombres de agrupaciones de similar filiación, como King Crimson y Emerson, Lake and Palmer, nos incitaban a conocer cada vez más acerca de la corriente musical clasificada como rock progresivo, cuyos cultores están matizados por un alto nivel profesional como compositores e intérpretes.

Triana, relevante exponente del rock andaluz. Fotos: Internet
 

Envueltos en semejante apropiación cultural hacia finales de los 70, llegó a nuestras manos un disco de Triana, relevante exponente del rock andaluz. Somos del criterio de que el terreno natural para la evolución del rock es el universo anglosajón, del mismo modo que no nos imaginamos una rumba cantada en la lengua de Shakespeare; no obstante, hay excepciones francamente honrosas como el caso de Triana. Y por supuesto, no se trata de cuestionar a estos músicos españoles si deberían cantar el rock en inglés y no en castellano. Es que, en muy pocas ocasiones, hemos conocido de una agrupación no angloparlante que haya asumido semejante propuesta con la coherencia que ha logrado este consagrado trío sevillano. Conformado por el cantante, compositor y tecladista Jesús de la Rosa Luque, Eduardo Rodríguez en la guitarra española y el baterista Juan José Palacios, toman el nombre de un popular barrio de Sevilla como para ratificar la voluntad de cantar en andaluz, y para eso cuentan con emotivas canciones, desbordadas de la sinceridad que distingue al flamenco como singular música de raíz.

Si por una parte es cierto que en Triana encontramos registros tomados del magisterio de agrupaciones como King Crimson y Traffic, a la vez consiguen una personal mística devenida de la fusión del flamenco con el rock. Por tal razón, la obra del grupo en cuestión aparece marcada por la sobriedad propia de grupos anglosajones de primera línea, donde el dominio de los códigos indicativos del género solo puede nacer de una auténtica sensibilidad roquera. Pero el toque preciso que otorga la posibilidad de sentirnos hechizados ante la maravilla del arte de Triana, es sencillamente por haber asumido el enriquecedor entorno cultural del pueblo andaluz.

 

Aunque en sus grabaciones habitualmente aparece un músico como invitado en la imprescindible guitarra eléctrica, “el quejio” flamenco del canto de Jesús de la Rosa, además de recrear la alfombra sonora de los teclados junto a los acordes de la guitarra acústica de Eduardo, nos ubica en el tiempo y espacio de una hermosa música raigalmente española. Solo el expresivo lamento de un auténtico cantaor como Jesús es capaz de dar rienda suelta al imaginario de la conmovedora poética del arte flamenco. Títulos como “Abre la puerta”, “Luminosa mañana” o “En el lago” reflejan semejante voluntad de imponer un estilo propio en las letras del rock hispano; pero es en “Sé de un lugar” donde podemos apreciar con mayor lujo de detalles, las esencias de nuestro punto de vista:

Sé de un lugar, para ti/ Te llevaré a un lugar, donde brotan las flores/ Y así construiremos nuestra casa, que la baña el Sol/ Donde el río y el monte, se aman/Donde el niño que nace, es feliz/Sé de un lugar, donde pronto amanece/Donde juegan los peces, junto a ti/ Donde la lluvia cae y riega la tierra que se nos dio.

La historia del rock en la península ibérica cuenta entre sus anales con los nombres de agrupaciones memorables como para tenerlas en cuenta a la hora de hacer una reseña del género, pero ninguna ha dejado una huella tan profunda en la cultura española contemporánea como el trío que nos ocupa. La muerte de Jesús de la Rosa, víctima de un lamentable accidente de tránsito en 1983, troncha el desenvolvimiento del elogiado grupo. Pero en pleno siglo XXI, la prensa española todavía habla de Triana con el respeto y la admiración que supo labrarse no solo en su país, sino literalmente desde Japón hasta Estados Unidos. La brillante trayectoria de Triana no se merece menos. Se trata del impresionante legado de un grupo fuera de serie en cualquier contexto musical que lo ubiquemos, donde además del talento natural de sus integrantes, hicieron pacto con un rigor profesional que no abunda en estos tiempos.