Trinchera cultural contra lo vulgar y banal

Félix Bolaños Leyva
14/1/2019

El 2018 ya es historia. Ha concluido un año de trabajo para las instituciones y empresas del sistema de la cultura en el país y el momento es propicio para el balance de la gestión durante los 12 meses pasados.


Balance de la gestión de la Egrem, durante los 12 meses pasados.
 

Para la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, (Egrem) el período que concluye se ha distinguido por la producción de fonogramas y audiovisuales con calidad y sobre todo por la diversidad de las propuestas. Así lo avalan las 48 nominaciones a los premios Lucas, donde se alzaron con varios premios en las diferentes categorías; los 14 lauros en el Cubadisco; las tres nominaciones a los Grammys Latinos, con un premio en el apartado Mejor Álbum Tropical Tradicional para el Septeto Santiaguero, y una nominación a los Grammy Awards, para el disco Legado, de Los Van Van.

Pero el objeto social de la Egrem no se limita exclusivamente a la producción de discos y audiovisuales, es todo un grupo empresarial con varias unidades empresariales de base (UEB) repartidas en buena parte del territorio nacional, que se encargan de la representación artística, la gestión editorial, la comercialización digital y de diferentes productos musicales; así como la presentación en vivo de la música cubana en sus ya tradicionales Casas y Centros Culturales de nuevo tipo, —donde el elemento comunitario se erige en importante contribución al desarrollo sostenido de la política cultural cubana—, según informaron sus directivos en la asamblea de balance realizada recientemente en la Plaza Cultural de 31 y 2, en el Vedado capitalino.

El pasado año la Egrem se propuso la producción de 110 fonogramas, que incluyeron géneros como: música popular bailable, balada-canción, folklor, infantil, jazz, pop-rock-electrónica, rumba, trova, música alternativa, entre otros. Lograron concluir 96 proyectos y el resto queda pendiente para el 2019.

En relación con la fabricación de CD´s y DVD´s, la carencia de insumos no permitió igualar la producción del año anterior tal como se había propuesto, solamente se logró el 96,72%. A pesar de que el departamento de fabricación aumentó la cartera de proveedores, se rescató el trabajo con el sector estatal y se hicieron modificaciones en la minifábrica ubicada en los Estudios Areito. Todavía en un buen porciento la Egrem depende de las importaciones para comercializar la música cubana en estos soportes. Para que se tenga una idea, de las 6,210 unidades con que contó el CD Legado, de Los Van Van, 6,000 fueron importadas; el CD A mi qué, del Septeto Santiaguero, 4,955 (3,000 importadas); CD ADN, de Alain Pérez, 4,000 (3,000 importadas).

La producción de música en vivo es otra arista del quehacer de la Egrem, la cual materializa a través de las UEB Musicuba (La Habana) y Son de Cuba, (Santiago de Cuba) quienes participan activamente en eventos, espectáculos públicos y giras nacionales e internacionales, alcanzando sus unidades artísticas niveles de utilidad. Entre los artistas exclusivos de estas agencias sobresalen, además de los ya mencionados: Orquesta Karachi, Ecos del Tivolí, Alain Pérez, Luna Manzanares, Arnaldo y su Talismán, Eliades Ochoa, Isaac Delgado, Leoni Torres, Pedrito Calvo, Raúl Paz y Waldo Mendoza, entre otros. Estas UEB auspiciaron además, los eventos: Piña Colada, Ciudad del Mar, Josone Jazz & Son, Fiesta del Tambor y Chocolate con Café. También produjeron eventos masivos como los conciertos de verano por los barrios de La Habana, (Omara Portuondo y El Niño y la Verdad) y mantienen una presencia sistemática en las fiestas populares que tienen lugar en diferentes localidades del país.

Por otra parte, una importante oferta para el consumo cultural se encuentra a disposición de nuestro pueblo en la red de tiendas y centros culturales, entre los que destacan la propia Plaza de 31 y 2; el Jelengue de Areito; las casas de la música: Miramar, Habana, Artemisa, Varadero y Santiago de Cuba; el Piano Bar Bayam (Granma); el Álbum Kafé Artemisa; la Casa de la Trova, también en Santiago, y el Café Cantante del Teatro Nacional, por solo mencionar algunos de los más conocidos.

En todos estos sitios se han insertado sistemáticamente los catálogos de excelencia, al tiempo que se han creado y consolidado espacios con programaciones variadas y de reconocida calidad, para diferentes segmentos, como la tercera edad, comunidad LGTBI, estudiantes y el público infantil. De igual modo trabajan por una mayor influencia en la comunidad, con la realización de cursos, talleres de apreciación, concursos, en estrecha colaboración con otras instituciones que permiten la presencia del libro, el cine, las artes plásticas, el teatro y la danza.

La rentabilidad económica de la Egrem permite ingresar cada año una cifra considerable al presupuesto del Ministerio de Cultura, que se destina al mejoramiento de otras áreas del sector, sobre todo a la enseñanza artística, tan vital para el desarrollo cultural de la nación. En 2018 el plan de ingreso era de 62,278.5 MP y fue sobre cumplido al 116%.

Entre los retos que se propone enfrentar la Egrem en el año que inicia, se encuentran incrementar la gestión empresarial; actualizar sobre el acontecer musical para sostener los niveles de calidad; insistir en el apoyo al desarrollo de artistas que constituyen íconos de nuestra música, junto a la realización de óperas primas de aquellos que impactan en la escena musical contemporánea; incrementar los convenios con las organizaciones de creadores y las instituciones de la enseñanza artística; dar seguimiento a los contratos de licencias fonográficas y editoriales con las disqueras internacionales interesadas en la música cubana. Crear alianzas con los espacios del sector privado y establecer un diálogo sincero y abierto para la promoción y comercialización de su catálogo, y ampliar el trabajo cultural hacia la comunidad.

En el 2019, que coincide con el aniversario 55 de fundación de la Egrem, será nuevamente esencial su contribución en el cumplimiento de los objetivos de trabajo del Ministerio de Cultura, en tanto defiende, resguarda y promueve lo más valedero del patrimonio musical de la nación; sobre todo en un año en que será decisiva la lucha contra la vulgaridad, los productos banales y la protección de los espacios públicos, con propuestas verdaderamente culturales y enriquecedoras.