Un abrazo a la distancia

Lázaro Benítez Díaz
24/6/2017

La impronta de Alberto Alonso en la danza cubana se recuerda con intensidad. Para celebrar el centenario de su natalicio se encontraron amigos y colaboradores, investigadores y estudiantes de danza. Sonia Calero, bailarina y compañera de vida del coreógrafo, estuvo al tanto de la organización del Coloquio Alberto Alonso, por cien años en la danza.


Alberto Alonso con Dulce María Loynaz, Sonia Calero  y otros. Fotos: Internet

A petición de la profesora Marilyn Garbey, organizadora del evento que tuvo lugar el 19 de mayo en la Casa del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, contacté vía Facebook con Sonia Calero. Aquí van algunos fragmentos del intercambio que me permitió conocer a una mujer que, me cuentan,  estremeció los escenarios con su belleza y su pasión por la danza. Ha sido un honor acercarme a la obra de Alberto Alonso a través de la mirada transparente de quien fue su musa inspiradora, acompañante hasta el último minuto de la trayectoria de quien es considerado por muchos el coreógrafo cubano del siglo XX.

 

Lázaro M Benítez Díaz

Hola, querida Sonia:

No sé si ha recibido mi mensaje. Una vez más le escribo, pues ya estamos próximos al Coloquio dedicado al Centenario de Alberto Alonso. Queremos que su legado no sea olvidado.

Por ello, si usted pudiese escribir algo para la ocasión, aunque sea pequeño, le dará el tono especial que necesitamos. Espero que comprenda y que pueda ayudarnos. Un gran abrazo, Lázaro Benítez Díaz.

 

Sonia Calero

Mi saludo desde mi casa en Miami, a ti Lázaro y a ese pueblo maravilloso que es Santa Clara. Agradecida por el homenaje póstumo a Alberto Alonso, quien será recordado por su gran aporte a la cultura y el legado que nos dejó. Gracias de nuevo y éxitos en su proyecto.

 

Lázaro M Benítez Díaz

Hola, querida Sonia:

Escribirle cada día se vuelve un placer. Seguimos con los preparativos por el centenario de Alberto Alonso. Este fin de semana estuve viendo algunos documentales que se le realizaron en vida y me provocó una sensación extraña, indescifrable; verlos ahí en una combinación de amor, esfuerzo, trabajo y dedicación forjaron las palabras que hoy le envío.

foto de Alberto Alonso y Sonia Calero
Alberto Alonso y Sonia Calero 

Gracias por las palabras que me envió, pero si no le es mucho pedir me gustaría que las ampliara. Es que quisiera leerlas ese día, estará lleno de amigos, alumnos y personas que han querido y quieren a Alberto Alonso, por ello desearía que su voz esté, a pesar de la distancia.

No tienen que ser necesariamente palabras de agradecimiento, puede evocar tiempos pasados o lo que guste.

 

Sonia Calero

Hola Lázaro:

Alberto era un artista siempre con ideas muy avanzadas. Cuando empezó a dar clases de ballet con las niñas, los amigos se burlaban, incluyendo a su hermano Fernando. Cuando regresó después de trabajar con el Ballet Ruso de Montecarlo, quienes lo criticaban empezaron las clases de ballet.

Es cierto que Carmen cumple 50 años. Se lo pidió en Moscú Maya Pliséstkaya y así nació. Después se hizo en Cuba, bailado por la gran Alicia Alonso. También ese mismo año hizo El güije con una temática  muy cubana,  donde yo participé no solamente bailando, sino hablando. Alberto siempre fue un innovador. Por ejemplo, en Carmen hay un momento en la coreografía con los pies hacia dentro, las manos en la pierna en alto (esto habría que mostrarlo, claro), pero se trata de que él estaba preocupado por el desarrollo de un estilo cubano de ballet y lo logró. Fue un gran coreógrafo, maestro y conocedor del mundo artístico. Aprendí mucho, diría que todo, de él. Fui muy feliz a su lado.

Yo no sé escribir. Ojalá supiera para hacerlo mejor.

 

Sonia Calero

Lázaro: me gustó muchísimo lo que vi y le agradezco este sentido homenaje a Alberto. En verdad, Lázaro, hicimos química y me encantaron estas comunicaciones que redundaron en el éxito del evento por el centenario de mi amado Alberto.

Espero seguir en comunicación.

Un abrazo a la distancia.