Un hombre alto, enjuto, de espejuelos pequeños que delataban cierta miopía, llega a Tuinucú, minúsculo poblado azucarero ubicado a unos ocho kilómetros de la capital provincial de Sancti Spíritus, en el centro del país. Enfundado en traje oscuro, apenas podía disimular el calor que le invadía. Entró a Cuba en plena administración de Mr. Charles E. Magoon, enviado por el presidente norteamericano Roosevelt para “proteger” al país. Era la gran oportunidad para la llegada de contratistas norteamericanos a Cuba. Transcurría el año 1908.

El inusual personaje recién llegado a Tuinucú acude a las oficinas del central donde se le esperaba. Un apretón de manos y la presentación oficial fue suficiente para que a Frank Howard Jones se le aceptara en el batey azucarero. Venía como supervisor del sistema eléctrico del central The Tuinucú Sugar Company de la localidad administrada por la familia Rionda. Por su rango, se le aloja en una de las espléndidas casonas de madera de tipología norteamericana construidas en el lugar. Desde ese día se siente atrapado por el paisaje natural que rodea al central azucarero.

Actual casa donde viviera Frank Howard. Foto: Rubén Pareja / Cortesía del autor

Por sus modales y acento extranjero bien pronto se gana el apelativo de “El Americano”. Era ingeniero eléctrico, venía de Chicago y apenas contaba con 30 años de edad. Los primeros días se dedicó a recorrer el batey, famoso por sus áreas verdes bien cuidadas con su variedad de flores y plantas que lo convertía en espacio paradisíaco. A ratos, visitaba La Reguera,un placentero lugar de esparcimiento de las familias tuinucuenses dotado de una típica casona campestre de mampostería, donde se disfrutaba de la naturaleza y las bondades del río cercano con sus botes y abundantes peces. Con el tiempo, crecerían también en el batey los barrios marginales habitados por gentes humildes que garantizaban con su fuerza de trabajo la zafra azucarera.

La casona misteriosa

Apenas han trascurrido tres años y “El Americano” se convierte en centro de atención del batey. Sobre él circulan rumores acerca de unos experimentos que realiza encerrado en su habitación, donde se escuchan silbidos agudos prolongados en horas de la madrugada. Se comentaba que había traído de su país unas piezas extrañas, según habladurías de la ama de llave. Eladio Serrano Pareja, su joven ayudante, bien conocía de aquellos artefactos. Eran válvulas, bobinas, condensadores y tubos, construidos por los inventores norteamericanos Thomas Alva Edison y Lee de Forest, quienes experimentaban con diversos componentes electrónicos.

Eladio Serrano delante del equipo de transmisión radial. Foto: Cortesía del autor

Los largos meses de secretos experimentos nocturnales llegan a su fin. Eladio ayuda a Frank en la instalación final de la planta de chispas de dos kilovatios y seis alambres de unos 200 pies de largo que hacía el recorrido de la torre de enfriamiento del central hasta la antena situada en la casona de donde salían los silbidos inexplicables. Dentro de su habitación, “El Americano” exhibe con orgullo una gran caja que contiene los artefactos misteriosos conectados entre sí. Toma el pesado micrófono y transmite un mensaje de salutación desde el minúsculo lugar de la geografía cubana donde reside. El historiador local Santiago Serrano, hijo de Eladio, registraría después el acontecimiento como la primera transmisión radial de onda corta hecha en Cuba con carácter experimental en 1912.

“Por estos días que la emisora provincial Radio Sancti Spíritus cumple 60 años de fundada, se le recuerda como el adelantado de la transmisión radial en Cuba”.

A partir de aquella memorable transmisión radial Tuinucú se convierte en centro de atención del territorio espirituano. El norteamericano aplatanado en la zona, donde llegó a tener familia,[1] logró crear en 1923 su propia emisora CMJK, que llegaba a las costas de Estados Unidos y Canadá. Desde su estudio de radio ubicado en una de las habitaciones de la casona que habitaba, creó programas deportivos, culturales e informativos. Allí se daban cita agrupaciones y trovadores de la época para interpretar música espirituana y comentaba los más disímiles temas que pudieran resultar de interés público. Aquella voz inconfundible por su acento extranjero identificaría la estación de radio tuinucuense, reconocida por la canción tema escrita por él׃ Tonada en Tuinucú, que iniciaba las transmisiones. Un año antes, en 1922, Luis Casas Romero crearía la estación de radio capitalina con la planta 2LC y se le reconocería oficialmente como fundador de la radio cubana.

Tarja conmemorativa develada por Radiocuba. Foto: Rubén Pareja / Cortesía del autor

Las imágenes televisivas

El inquieto Mr. Jones continuaría con sus experimentos. Un viaje a Estados Unidos le permite conocer los nuevos adelantos tecnológicos. Compra componentes electrónicos de última generación. Al regresar a Tuinucú vuelve a hacer vida noctámbula en la habitación convertida en estudio de radio. Por la madrugada los vecinos escuchan, a intervalos, voces extrañas pronunciadas en inglés salidas de aquella casona misteriosa.

Por vez primera en Cuba, Frank H. Jones había logrado captar señales televisivas emitidas desde la estación norteamericana de la General Electric de Schenectady. Aquel suceso extraordinario apareció registrado en el magazine Hemisferio,del Diario de las Américas,el 27 de junio de 1964, cuando se publicó la foto del rústico televisor y un pie de grabado que dice׃ “Primitivo receptor de televisión de sincronización mecánica ideado por el Sr. Frank H. Jones y que usó en sus experimentos originales en el año 1928. Con él captó las primeras señales de video recibidas en Cuba desde la estación de la General Electric de Schenectady, en Nueva York”.

Al morir “El Americano” en Tuinucú, en 1941, dejaba para la historia de los adelantos tecnológicos del país el haber sido un adelantado de dos grandes aportes: la radio, en 1912, y la televisión, en 1928. Las transmisiones radiales sostenidas se conocerían en la capital del país con la estación de Luis Casas Romero; mientras que la televisión, sería por la década del 50 del pasado siglo. Sus restos descansan en el cementerio de la ciudad de Sancti Spíritus dando fe de su condición de buen cubano. Por estos días que la emisora provincial Radio Sancti Spíritus cumple 60 años de fundada, se le recuerda como el adelantado de la transmisión radial en Cuba.

Fuentes:

Diario de las Américas,27 de junio, 1964.

Revista ilustrada El Fígaro׃ “El batey de Tuinucú es un paraíso”, No. 13 y 14, 1919.

Pedro de la Hoz׃ “Compañía e identidad”, Granma,22 de agosto, 2012.

Santiago Serrano Reyes׃ Tuinucú, ayer y hoy,1999. Texto inédito conservado en la biblioteca Melanio Hernández de Tuinucú.


Notas:

[1] Con su esposa Hilda tuvo tres hijos׃ Stanley, Leonard y Vicent, este último nacido en Cuba, quien fuera director de la emisora CMJK La voz del camagüeyano,devenida en Radio Cadena Agramonte.