Un camino contra la violencia

Narmys Cándano García
10/3/2016

Estoy viva, lo voy a contar es la premisa de cada protagonista de las historias que propone Lizette Vila para nuevamente denunciar la violencia contra mujeres, niñas y niños, y más allá, todo tipo de discriminación social. 

Lizzete Vila y su equipo de trabajo en el Centro Cultural Cinematográfico Fresa y Chocolate. Foto: Narmys Cándano

El documental se presentó como parte de las actividades programadas para festejar el Aniversario 57 del Instituto Cubano de Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC), y también en el contexto de las actividades por el Día Internacional de la mujer, escenario ideal para reclamar sus derechos y libertades en una sociedad que lucha por la igualdad y el empoderamiento femenino.

Bajo la dirección de la propia Lizette Vila e Ingrid León, y la producción del proyecto Palomas, en pocos minutos el audiovisual relata a grandes rasgos, pero con una profundidad conmovedora, la vida de 14 mujeres marcadas por diferentes tipos de violencia, como la sexual, laboral, racial, el rechazo a la homosexualidad, o la negativa a su derecho de vivir en cualquier lugar de su país natal. 

Durante la conferencia de prensa ofrecida en el Centro Cultural Cinematográfico Fresa y Chocolate, el equipo de trabajo resaltó la importancia de que todos los sectores sociales, incluida la familia intervengan en la prevención de la violencia contra la mujer.

Respecto a los criterios de selección de las testimoniantes, explicó Lizette que respondieron a la necesidad de abordar los distintos componentes de la violencia que puede vivir una fémina en cualquier lugar del mundo, y el caso particular de este material —añadió— evidencia la desigualdad que hay en el tratamiento a la mujer que existe entre la capital y el resto del país, de ahí que la mayoría de las entrevistadas sean originarias de la región oriental.

Acerca de los procesos para lograr confesiones tan íntimas como las que aparecen en el documental, Teresa de Jesús, integrante de Palomas y escritora de los textos que se escuchan en el material, precisó que no se hace trabajo previo, sino que las revelaciones comienzan justo delante de la cámara, cuando las mujeres comienzan a contar y a responder las preguntas que magistralmente las realizadoras hacen para lograr un hilo conductor en cada testimonio.

Expresó que cada audiovisual de Palomas “es un ejercicio de ciudadanía que da voz y protagonismo a diferentes miembros de la sociedad, una manera de exigir que las leyes, aunque imperfectas, se cumplan”. Afirmó, además, que cada obra permite darles voz a esas personas que quieren y necesitan que su realidad se conozca. Alertó, que no existe una percepción clara a nivel social de qué es la violencia, por lo que urge educar y empoderar a la población todas las manifestaciones de ese mal desde su nivel más ínfimo.

La doctora Rosa Campoalegre apuntó la falta de una ley contra la violencia, y llamó a que las instituciones acompañen a las sobrevivientes de esas circunstancias, porque —aseguró— existen recursos para resolver esos problemas que muchas veces son mal enfocados o quedan distantes de las políticas públicas.

El equipo de Palomas afirmo que este material forma parte de una serie que servirá para documentar la violencia contra mujeres, niños y niñas en Cuba. También es necesaria una mayor divulgación, mayor cultura de paz de parte de las instituciones, así como que los medios deben permearse de sensibilidad humana.

En ese sentido, subrayó Lizette Vila que la estrategia de Palomas es hacer activismo social desde el audiovisual, para lo que se ha logrado un gran trabajo en equipo, fusión de ideas, y el desarrollo de un pensamiento colectivo que marca una estética propia, de ahí que una de las características más importantes del proyecto sea la democracia que se ha logrado en la creación.

Vila e Ingrid León agradecieron al equipo de trabajo y a todos los colaboradores que hicieron posible el documental, como la Embajada Británica en La Habana, la confederación internacional Oxfam, e instituciones cubanas. Asimismo destacaron la ayuda de esas mujeres que contaron sus historias de vida, y pidieron la colaboración de todos lo que han sido testigos de cada situación a buscar una salida para esos casos. 
Finalmente Lizette Vila anunció que la premier para el público será el 20 de marzo a las 3:00 pm en la Sala Chaplin,  junto a la inauguración de la muestra fotográfica Lo que se ve existe, lo que existe tiene derecho, de Humberto Mayol, Laura Alejo y Javier Rodríguez.

La realizadora expresó su confianza en que la difusión de Estoy viva, lo voy a contar sea otra herramienta de denuncia en manos de la sociedad y los medios de comunicación, una fuerza más para frenar la violencia y promover un mayor empoderamiento femenino que evite que historias como estas se deban volver a contar.