Al contrario de lo que se pudiera pensar, hacer critica de música para nada significa que siempre tendrás la capacidad de entregar en tiempo y forma esa oportuna apreciación, para guiar con tus valoraciones a quienes te lean, en torno a un artista o un disco en específico. Por ejemplo, aunque ya he escrito unos cuantos artículos dedicados a la vida y obra de Santiago Feliú, confieso que esta crónica me permite satisfacer la urgente necesidad que tenía de saldar una deuda de gratitud con este gigante de la canción cubana. Y la causante de tal sentimiento es una reciente propuesta de Bis Music en homenaje al desaparecido trovador.

Se trata de la materialización de una idea de Nelson Vila, relevante productor de marca, cuyo afán en esta ocasión consiste en recrear la memoria musical contenida en Vida, el primer fonograma de Santi grabado para la Egrem en 1985. Justamente con este disco: Vida a Vida, Nelson nos ha removido la conciencia al hacernos valorar, desde una perspectiva diferente, la enorme dimensión artística del conjunto de canciones contenidas en aquel disco que él decidió producir hace casi cuatro décadas.

Vida, el primer fonograma de Santi grabado para la EGREM en 1985. Foto: Internet

Quizás porque Santi fue creciendo paso a paso como músico a través de la realización de imponentes obras discográficas como Nauseas de fin de siglo y Futuro inmediato, aquel disco primigenio se nos fue quedando entre la nebulosa del tiempo, sin recibir en su momento los merecidos elogios.

Valga entonces este empeño de Nelson Vila para rescatar lo que fuera el naciente resplandor del Santiago Feliu compositor. Y esto lo logra a través de las voces de ilustres personalidades que se aproximan al aura creativa de Santi, sin imposiciones, bien por el recuerdo de su cantar expansivo, por su intenso guitarrear o por la irreverente impronta de su personalidad en la escena.

“Valga entonces este empeño de Nelson Vila para rescatar lo que fuera el naciente resplandor del Santiago Feliu compositor. Y esto lo logra a través de las voces de ilustres personalidades que se aproximan al aura creativa de Santi, sin imposiciones”.

Desde la primera pieza del disco, Carta y suerte de tener a Gunila, es como si se nos abrieran las puertas de un templo dedicado a admirar la belleza en la poética de Santiago Feliu, en este caso a partir de una magistral interpretación de Pablo Milanés, por la carga dramática que él le imprime. No resulta exagerado afirmar que con esta canción bastaría para reclamar la mayor ovación para el entonces joven cantautor quien, desde este manifiesto discográfico, nos sorprende, y de qué manera, por el inusitado lirismo de unos versos que lo definirían, uno de los rasgos sobresalientes de su brillante trayectoria.

Pero, para llegar a identificar el desbordante código emotivo que subyace en Vida a Vida, no nos podemos limitar a escucharlo como hacemos con los demás discos, puesto que se nos ha pedido recorrerlo con los ojos del corazón. Solo de este modo podríamos decodificar la ternura intrínseca de Amigo dibujo, por Rochy, o la emoción que ampara al conmovido Amaury Pérez en Ayer y hoy enamorado, al igual que la reservada para la imprescindible Liuba María Hevia quien, junto a David Torrens, entonan ese himno santiaguino que representa la canción Vida. De entre esta decena de canciones que nos conducen de un hechizo a otro, es William Vivanco el que detenta el privilegio de compartir con Santi un dúo de maravillas como solo puede suceder con el antológico tema Para Bárbara.

En conclusión, el hecho de asumir al proyecto Vida a Vida como un suceso excepcional en la discografía cubana contemporánea implica, sobre todo, la oportunidad que tenemos de fomentar la espiritualidad de nuestras almas a partir de una inspiradora belleza, como nos convoca la obra de Santiago Feliú en este disco.