Usualmente los narradores solemos afirmar que nuestras historias nos dicen cuándo quieren ser escritas. Es un reclamo sentido más que escuchado. Una vez la historia toma la decisión de nacer, se abre paso con tenacidad, se impone y nos domina. Entonces, no queda más remedio que escribirla, aunque no queramos; aunque, en un vano intento por planificar algo tan misterioso como puede ser el acto de fabular, hayamos comenzado otra, o la estemos terminando, o pensemos que, simplemente, no es el momento adecuado para llevarla al papel o al documento Word.

Entre las propuestas que la Editorial Extramuros pone a nuestra disposición en la 30 Feria Internacional del Libro de La Habana se encuentra el volumen testimonial La historia que nunca quise escribir, de la reconocida escritora Nieves Cárdenas. Con edición y corrección de Yenia Silva Correa, y el diseño de portada y la composición a cargo de Damaris Rodríguez Cárdenas, el volumen, tal y como reza su título, contiene una historia que la autora no pensó escribir, siendo la propia historia quien le pidió ser escrita. Nieves cedió a sus cantos de sirena, a su necesidad de voz, y la hizo palabras, la trajo al mundo.

En su afán por llegar a España, el joven Luis viaja de Moscú a Angola, de ahí a París y, por último, a la península ibérica.

Cárdenas ha incursionado en la biografía, la narrativa para niños y la narrativa para adultos. Es la típica autora que ve en la escritura el medio ideal para expresarse, conjurar demonios, saldar deudas, crecer y evolucionar. Entre sus obras cuentan Juanico, el rey de las aguas dulces, Los hijos del sol, Una flor y nada más (biografía de Gabriela Mistral), Desnudos bajo la luz, Sosabravo, el color que da nombre y Pirataperro. En todas, belleza y cubanía, sensibilidad y rigor literario e investigativo, constantes en el trabajo desarrollado por esta reconocida escritora galardonada con los premios La Edad de Oro, Abril, Abdala, Luis Rogelio Nogueras y Benito Pérez Galdós.

“Por suerte, la voluntad del escritor debe, en ocasiones, plegarse a la voluntad de las historias”.

Si el escritor es, por lo general, un vehículo para que algo se manifieste, ahora Nieves ha puesto manos y espíritu en función de otra persona, de otro universo, permitiendo que dicha otredad se exprese mediante La historia que nunca quise escribir. Libro personal y emotivo, se centra en los avatares de Luis, joven cubano, hijo de la autora, que, en su afán por llegar a España, viaja, con escala en Moscú, a Angola, de ahí a París y, por último, a la península ibérica. Por consiguiente, el volumen está centrado en el tema de la migración, visto desde la perspectiva del protagonista y narrado en primera persona, en tiempo presente, lo cual le confiere una notable actualidad.

Nieves recurre a un lenguaje claro, aderezado con un fino sentido del humor. Los avatares del protagonista nos atrapan desde un primer momento: los disímiles peligros que cercan al emigrado, la diaria lucha por la supervivencia, las precariedades sufridas en Angola, la aventurera huida del aeropuerto parisino, los malentendidos lingüísticos, los conflictos entre paisanos, la necesidad de preservar la identidad, la búsqueda del amor aun en las peores circunstancias y la constante presencia de la maternidad, faro y ejemplo, fuente de consuelo y de esperanzas para el emigrado… La historia que nunca quise escribir es una propuesta emotiva y sincera enfocada en una problemática universal que afecta, y mucho, a la realidad cubana más inmediata, signada en su cotidianeidad por las consecuencias directas de la diáspora.

Puede que Nieves no haya querido escribir nunca este libro. Por suerte, la voluntad del escritor debe, en ocasiones, plegarse a la voluntad de las historias que le seleccionan para abrirse paso en la realidad. Disfrutemos, hoy, de esta, concebida desde el dolor y la nostalgia, la angustia y la separación de personas, de cubanos, semejantes a tantos otros dispersos por el mundo, que contrarrestan con amor, apoyo y comprensión los tristes efectos de la emigración.

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