Vanvanéate

Jesús Jank Curbelo
28/8/2018

 Orquesta Los Van Van en el Salón Rosado de la Tropical. Foto: Ariel Cecilio Lemus

 

A la entrada del VIP, tras el parqueo, patrullas, una ambulancia, policías, gente que fuma y que conversa y bebe. Un papel en la puerta: Cover VIP, 15 CUC. Un cartel en la puerta: Salón Rosado de La Tropical. Son las 9:30 p.m. Dentro, una barra, 50 mesas llenas bajo un toldo: Víctor Mesa, Pedro Calvo, David Calzado, la presidencia de CubaRon, carteles de Reservado en medio de las mesas. Desde el balcón: el escenario. Antes, en la plaza, hay, fácil, mil personas que bailan, se aglomeran, suena timba y una pantalla proyecta videos. Estructuras donde van las luces. Luces que se proyectan en el público, tanto que a veces ciegan a los que ocupan las primeras mesas VIP.

Hay una plazuela detrás de la reja por donde entra la gente que no paga los 15 CUC, sino que paga tres, que es lo que cuesta la zona del tumulto. En la plazuela, un árbol plantado sobre una especie de espira donde se sienta gente, par de bancos, cervezas, ron, cigarros tras una barra y algunas mesitas, ocupadas todas, debajo de un toldo junto a la barra. El tumulto y el VIP son más o menos lo mismo. En el VIP casi nadie alcanza mesas, aunque hay más mesas. En el tumulto hay pocas. De todos modos, casi todo el mundo permanece de pie. Una escalera que da a una plaza alta con baranda y otra escalera que lleva a la plaza principal. Promociones de la Heineken. En el escenario un hombre con micrófono dice cosas del cierre del verano, gozadera, ay, ay, ay, mi gente linda, y que hoy domingo lo que hay es Van Van.

Álvaro Sarmientos Soto, gerente general de Clave Cubana, me explica que este evento es por los 20 años de esa agencia de representaciones artísticas y que estaba pensado para tres noches: el viernes, Havana de Primera; el sábado tocaba la Charanga Habanera, pero la lluvia hizo que se cancelara, y hoy, dentro de un rato, toca Van Van. La Charanga lo hará el próximo sábado.

10:20 p.m. “Para ustedes, la orquesta número uno de Cuba, el tren de Cuba”. Y bulla. Los del VIP bailan junto a las mesas o se pegan a la baranda y levantan las manos. Dice Robertón, chaleco, sombrero, que es una noche mágica, calurosa, pero mágica, y que hoy tiene ganas de que todo el mundo se divierta. Lo dicho. Una rubia con vestido de flores da cintura en redondo y se toca el pelo, la próxima vez que la veo está dando vueltas de la mano de un hombre con camisa. Un temba bebe pegado a la pared y cuatro o cinco personas que están sentadas se van levantando, poco a poco dan su poco de cintura. Montón de aplausos entre un tema y otro. Abajo se respira difícil y se camina difícil entre las pequeñas ruedas de casino que hacen giros apretados, complejos. En el escenario, batería en medio, detrás de ella, a la izquierda del público, la sección de metales, los violines a la derecha, pianos a ambos lados, el contrabajo y el guayo a la izquierda y a la derecha de la batería las tumbadoras. Vocalistas al frente. Se escucha la hermosura que se escucha de Van Van desde que Van Van existe y todo el que quiere salud, obligado, trata de tocar el cielo con las manos.