Venezuela o la vergüenza de Fernando Savater

Antonio Rodríguez Salvador
27/9/2018

Leo que algunas personas, en Facebook, dirigen duros reproches a compatriotas que apoyen al gobierno venezolano. Leo después que Luis Almagro increpa a su partido, el uruguayo Frente Amplio, por defender lo que llama “dictadura en Venezuela”. Por último, leo en el diario español El País, un artículo del filósofo Fernando Savater en el que dice sentir vergüenza de los paisanos que apoyan a Maduro. Al parecer, hoy es día de casualidades.


Savater: “Siento una agobiante sensación de vergüenza cuando veo lo que está ocurriendo en Venezuela”.
Foto: Internet
 

En su regañón y breve artículo, el ilustre filósofo vasco arranca contándonos una anécdota patriotera, extraída de La isla del tesoro, novela de Robert Louis Stevenson. Confiesa no ser un patriota, o al menos no tanto, como el squire Trelawney, para celebrar las felonías de sus conciudadanos. Luego nos brinda ejemplos opuestos y dice que las fechorías cometidas en Perú por el conquistador Francisco Pizarro son responsabilidad de ese señor, no de sus compatriotas. Sin embargo, paradójicamente, luego afirma sentir “vergüenza de los españoles que sean promotores y apologetas de Maduro y el chavismo”, “colegas ideológicos de quienes han dejado a los venezolanos sin medicinas, sin alimentos, sin maestros…”. A los que piensan de ese modo, los tacha de encomenderos —esclavista de indios, para quién no esté al tanto del término—. Y ya. Se acabó el artículo.

Ciertamente, que un conquistador simplifique con tanta exageración problemas económicos, políticos y sociales muy complejos, con idea de demonizar al adversario y justificar rapiñas, ha sido cosa frecuente en la historia. Que acuda a eslóganes, etiquetas, estereotipos, descontextualizaciones, apelación al miedo, falacias y generalidades, no es cosa que sorprenda. Pero que esto lo haga un renombrado filósofo, caramba, eso sí que es primicia.

Pareciera que, de pronto, Savater ha olvidado conceptos básicos de la lógica, la ética, la historia, la metafísica, la ontología y la filosofía política: ¡a dónde habrá ido el filósofo! Como cualquier encomendero de la conquista, nos presenta un mundo ausente de matices. Una lucha dual entre lo divino y lo diabólico, según el más rancio pensamiento maniqueo.

Nada ni nadie es más culpable que Maduro, afirma. De pronto no existe la guerra económica impuesta a ese país por los Estados Unidos y la Unión Europea, en contubernio con ciertos países latinoamericanos. No existe la gigantesca campaña demonizadora, encabezada por El País, diario donde justamente él escribe; y en la que quedarían penosamente cortas aquellas cruzadas donde los pueblos originarios americanos eran tachados de idólatras, sodomitas, caníbales…

Porque el saqueo de nuestros pueblos es cosa del pasado, historia antigua que se terminó con Francisco Pizarro, Hernán Cortés, Diego Velázquez y demás. Caramba. ¡Así que Estados Unidos es un país solidario! ¡El más buena gente y puro gobierno del mundo! Cualquier pétalo de flor que los roce para decir lo contrario, es pura falacia. Una mentira de estos “nuevos virreyes del peor imperialismo, el colectivismo incompetente” —según dicterio que Savater endilga a los que pensamos diferente—.


Texto íntegro de Fernando Savater, titulado Vergüenza y publicado el pasado 22 de septiembre.
Imagen: Captura de pantalla Diario El País, de España

 

Quién puede ignorar que los objetivos históricos no han sido —y, por supuesto, aún lo son—, rapiñar los recursos naturales, allí donde los haya en abundancia, tal como los tiene hoy Venezuela. Que para conseguir esto no se detienen en miramientos, e invaden países, así deban derretir con napalm o fósforo blanco a cientos de miles de personas inocentes. Que luego imponen gobiernos títeres o verdaderas dictaduras fascistas, como aquella de Pinochet, para lo cual hicieron con el gobierno de Allende lo mismo que hoy tratan de hacer con el de Maduro.

Conozco bien la Venezuela profunda. No hay comunidad donde el gobierno bolivariano no haya construido modernas escuelas y consultorios médicos en los que se ofrecen servicios y medicamentos gratis. No hay pueblo o ciudad en los que no se hayan creado liceos, centros de diagnóstico integrales y hasta sedes universitarias. Sin embargo, para el señor filósofo ha ocurrido todo lo contrario. ¿Sabrá él cuánto le cobran, a ese mismo pueblo “reprimido por Maduro”, por una simple consulta en una clínica privada o por cualquier elemental medicamento en Locatel o Farmatodo?

Pero bueno, se nos avergüenza el señor Savater con el compatriota que afirme y divulgue esa verdad. ¿Tendrá realmente vergüenza? Bernal Díaz del Castillo, compinche de Hernán Cortés en la conquista de México, fue más honesto al referirse a su presencia en las Américas. Entonces escribió: “Por servir a Dios y a Su Majestad y también por haber riquezas”. Pero los tiempos cambian y escasea la honestidad.