La Casa de las Américas abrió una vez más sus puertas a la buena y genuina música, a la de nuestros pueblos, para rendir tributo a la cantautora peruana Chabuca Granda, mediante la actuación de su compatriota Victoria Villalobos.

Desde la Sala Che Guevara, Victoria, junto a algunos artistas cubanos, jóvenes y no tan jóvenes, cantó al público que aguardaba por verla, deleitándolo con el magistral manejo de su voz y su peculiar e inconfundible estilo para interpretar emblemáticos títulos de Chabuca.

Chabuca Granda es una reconocida cantautora y folclorista peruana, que ha creado e interpretado un gran número de valses criollos y ritmos afroperuanos muy conocidos más allá del Perú. El legado musical de la cantante y compositora, cuyo nombre real es María Isabel Granda y Larco, ha sido declarado Patrimonio Cultural.

Cada canción encierra una historia, y cada historia un homenaje. La velada de la tarde noche inició con el tema José Antonio, escrito por Chabuca a un criador de caballos de paso justo antes de que este falleciera; le siguió Gallo camarón, dedicado a un criador de gallos del Perú por allá por la década de los 70.

Y es que esta Victoria nació unida a la música desde temprana edad y escuchando las melodías de la canción criolla; su padre, José Villalobos Cavero, era conocido como el “Rey del festejo”, el compositor, el dueño de la mayor producción de música afroperuana. Esta mujer es reconocida por ser una de las pocas intérpretes nacionales que beben de la academia y del canto popular, alguien que ha contribuido al auge de la música peruana en las últimas décadas.

La cantante limeña ya había recorrido algunos países de nuestra América para ofrecer un nutrido repertorio durante sus conciertos en importantes escenarios, que tomaron vida con las canciones de Chabuca Granda.

Esta vez le tocó a Cuba contar con la presencia de Victoria Villalobos quien, desde la Casa de las Américas, confesó sentirse sumamente agradecida por cantar en esta tierra, “un sueño cumplido en una de las salas más importantes de Latinoamérica”. Allí brilló, los aplausos lo demostraron. Se valió de varios formatos que hicieron especial la presentación: una guitarra, un cajón, un piano y un cuarteto de cuerdas.

No solo estuvo acompañada de cajón, violines y guitarra en sus interpretaciones, sino también de músicos cubanos “no escogidos al azar para nada”: la reconocida cantante Lynn Milanés y la vocalista, compositora y arreglista cubana Lindiana Murphy. Por ello, ese “concierto de mujeres”, al decir de Victoria, estuvo marcado por una especial sensibilidad, donde las voces se fundían, por momentos, en una.

Asimismo, Victoria expresó que el concierto también estaba dedicado a dos grandes de la música de la Isla, del mundo: Silvio Rodríguez y Pablo Milanés; además de recordar a la cantautora y folclorista chilena Violeta Parra.

La voz melódica y angelical, las notas afinadas, limpias, la lírica donde crepita la presencia de Chabuca, las ondulaciones de su melodía y el público que aplaude cada canción, todo disfrute. Las palmas tampoco faltaron en el acompañamiento. Victoria interpretaba, disfrutaba y sentía; el público —y su ovación— resultó su cómplice sin dudas.

Los asistentes al concierto también disfrutaron de un excepcional vals tradicional peruano, El puente de los suspiros, que alude a ese lugar andino ícono de los enamorados, en el distrito Barraco, puente desde donde se rinde otro de los muchos homenajes a Chabuca. La tarde noche culminó con las bendiciones para el público y un sentido y reiterado agradecimiento.

Así, la cantante peruana Victoria Villalobos entregó las canciones de Chabuca Granda a Casa de las Américas, desde la complicidad de las voces femeninas, desde su corazón que también está en Cuba.