Viñales, cuna del coctel antiestrés y otras delicias

Elaine Caballero Sabugueiro
10/12/2019

En el mismo corazón del Valle de Viñales, la finca agroecológica El Paraíso tiene la receta de una gustosa bebida (única) patentizada hace aproximadamente cuatro años. Lo cierto es que cualquier visitante queda impactado de tan solo escuchar su nombre: el coctel antiestrés con vitamina R. Así se hace llamar el trago, destinado a aliviar preocupaciones y relajar el cuerpo. Con tan solo un pequeño sorbo quedarás inmerso en su sabor, de una vez y por todas.

Participantes del Primer Festival de Tradiciones Viñales Valle Vivo
degustando del coctel antiestrés. Fotos de la autora

 

La fórmula es sencilla, su base es una piña colada, a la cual se le añade anís, menta, hierba buena, albahaca y caña santa. Contiene además leche de coco, miel y canela. El toque final, la misteriosa vitamina R es el Ron Habana Club Carta Blanca, de forma opcional. Como resultado se obtiene una bebida refrescante, de color blanco y cremosa, pensada para disfrutar de la impresionante vista aérea de la finca-restaurant, establecimiento que tiene como slogan “de la tierra a la mesa”, ya que los cultivos utilizados en los platos son extraídos de sus suelos.

“Ofrecemos una comida totalmente orgánica representativa del 90 por ciento de lo que sembramos. El otro diez por ciento lo donamos a instituciones como el círculo infantil, el policlínico y las escuelas”, precisó Leydier Collera Semino, trabajador de El Paraíso, en un diálogo con los participantes del Primer Festival de Tradiciones Viñales Valle Vivo, evento dedicado a los veinte años de la declaratoria de este sitio patrimonial como Paisaje Cultural de la Humanidad.

Entre siembras de ajo porro, zanahorias, albahaca, habichuela, jengibre, rábanos, berenjenas, piñas y pequeñas plantaciones de café, el visitante llega al establecimiento, una casa colonial de madera pintada en blanco y azul, donde podrá degustar de una deliciosa comida al más puro estilo cubano. Tal es así que cuentan con un certificado de excelencia como parte de sus reconocimientos.

El paisaje panorámico de la finca comprende, entre otros espacios, El Valle del Silencio (denominado así por su tranquilidad), así como un observador de aves y varias casas que sirven como centros de capacitación. Incluso, en temporada de invierno se cultivan fresas, otro de los experimentos del lugar. Al respecto comenta Collera Semino: “son más pequeñas, rojas y no tan dulces, pero se dan”.

Una vista exclusiva de Viñales se aprecia en la finca El Paraíso con el observatorio de aves y el Valle del Silencio.
 

“Toda la comida la hacemos al carbón, le da un sabor diferente”, explica. El mineral se produce en el terreno a partir de la planta aroma, conocida como marabú, aunque la intención es eliminarla por su fácil reproducción en los campos cubanos en general. Asimismo, en el restaurant también se oferta comida vegana, postres caseros, entre otros alimentos.

Las razones para visitar Viñales, en cualquier época del año, son más que suficientes. Descubrir el misterio de sus mogotes es una aventura satisfactoria para quienes disfrutan de la naturaleza sin reservas. Aun así, recorrer esos caminos se vuelve más placentero si antes, aunque sea por breves minutos, realizas una breve parada en la finca El Paraíso (que bien lleva su nombre) para complacer el paladar con recetas de excelente factura, y sobre todo para conocer, con ojos propios, otra dimensión del Valle poco explorada por la mayoría.