Aurora Bosch, Premio Nacional de Danza 2003 y una de las Cuatro Joyas del Ballet cubano, cumplió 80 años, la mayoría de ellos dedicados a practicar, enseñar y cultivar esta manifestación de las artes escénicas. Coincidiendo con esta fecha y con el Día Iberoamericano de la Danza, a celebrarse el próximo 21 de diciembre en homenaje a Alicia Alonso, fue presentada este viernes la Revista Todaladanza No. 9, en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.

Aurora aseguró que es imprescindible salvaguardar el legado de los fundadores de la Escuela de Ballet cubano: Alicia, Alberto y Fernando Alonso. Y exhortó a los jóvenes a ser siempre profesionales, aunque bailen otra cosa que no sea ballet.

Grettel Morejón, primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba, al presentar la publicación señaló que hablar de Aurora Bosch es imprescindible si se trata de esta manifestación de las artes escénicas en Cuba. Bosch —según Morejón—ejecutaba a la perfección cualquier movimiento, y convertirla en un ejemplo de buenas prácticas debe ser tarea de orden para cualquier bailarín.

“Aurora despliega algunas de las características de la Escuela Cubana de Ballet y hace una reseña especial de pasos determinados que, de otra manera, nosotros no pudiésemos saber como ejecutarlos (…) Hizo un ballet difícil y nuevo. Le aportó a la danza una mirada renovada, desde el gusto y su sinceridad como artista”, subrayó la bailarina.

“Circunscribir la carrera de la maestra Aurora Bosch a algún espacio determinado, sería un ejercicio más que vano e incluso inmerecido. Aurora ha dejado huellas en tantos salones, escenarios, teatros, academias y bailarines, que su carrera hace mucho tiempo traspasó los límites formales de un currículo para formar parte del imaginario de la historia de la danza cubana y universal”, aseguró, por su parte, Dani Hernández, primer bailarín del Ballet Nacional de Cuba.

“Aurora sigue siendo un pilar, y me atrevo a decir, no solo del ballet cubano, sino del ballet universal”.

Asimismo, destacó la elegancia de Bosch en la escena, su seguridad, entrega, virtuosismo y pasión. “Aurora sigue siendo un pilar, y me atrevo a decir, no solo del ballet cubano, sino del ballet universal”.

El destacado bailarín agregó: “De manera muy inteligente, Aurora Bosch ha resumido un consejo esencial para nuestra época y el futuro del ballet cubano. Contar hoy con ella es tanto un privilegio como un sueño. Le deseamos mucha salud y felicidad, maestra, para que nos siga iluminando con su sabiduría de Joya”.

En la cita entregaron flores a la homenajeada el Teatro Nacional de Cuba, el Teatro Martí, la Escuela Nacional de Arte, el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso y el Consejo Nacional de las Artes Escénicas.

“Aurora despliega algunas de las características de la Escuela Cubana de Ballet y hace una reseña especial de pasos determinados que, de otra manera, nosotros no pudiésemos saber cómo ejecutarlos (…) Hizo un ballet difícil y nuevo. Le aportó a la danza una mirada renovada, desde el gusto y su sinceridad como artista”.

Al finalizar la ceremonia, en declaraciones a La Jiribilla, Aurora Bosch aseguró que es imprescindible salvaguardar el legado de los fundadores de la Escuela de Ballet cubano: Alicia, Alberto y Fernando Alonso. Asimismo, exhortó a los jóvenes a tener siempre en cuenta la profesionalidad, aunque bailen otra cosa que no sea ballet. También deseó muchos éxitos a todas las compañías de baile de Cuba, y “que innoven y busquen ideas para que sigan creciendo, y que la danza cubana continúe siendo un paradigma en el mundo”.

Aurora de los Ángeles Bosch Fernández hizo su debut escénico en 1954 como paje de la reina madre en el estreno continental de la versión completa de El lago de los cisnes, con el Ballet Alicia Alonso, hoy Ballet Nacional de Cuba. En 1956 bailó en Matanzas, en Las Sílfides, el que se considera su verdadero debut profesional.