Contar con dos Grammy Latinos —en el 2015, por el CD No quiero llanto y, en 2018, por A mi qué. Tributo a los clásicos cubanos— puede ser, quizás, la meta a la que aspire llegar una agrupación, más aún cuando ejerces tu música desde una provincia, al otro extremo del país. Es entendible; lo cuestionable es quedarse ahí. El Septeto Santiaguero, uno de los mayores exponentes de la música tradicional cubana, no cree en puertos seguros o en una línea de meta como destino final, aunque poseen esos dos Grammy y otras nominaciones y premios en certámenes nacionales e internacionales. 

“Este fonograma es un registro de la vida diaria de los cubanos”.

Ahora repiten la fórmula, esa de trabajar siempre al máximo nivel y mantenerse profundamente ligado a la trova santiaguera y la música tradicional cubana, en el fonograma Y sigo palante, bajo el sello de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, Egrem, mezclado y masterizado por el Cerrito Récords y con producción musical de Fernando Dewar, director de la agrupación. El álbum está nominado a los Premios Cubadisco 2023 en la categoría De la Tradición Sonera y Campesina. 

El Septeto Santiaguero, respetando los arreglos originales, renueva con su estilo temas de destacados compositores como Luis Martínez Griñán, Faustino Oramas, Inocencio Heredia, Julio Brito, Antonio Núñez, Rodolfo Cárdenas, José Luis Lozada, Ido Torres, Ignacio Piñeiro, Eduardo Charón, Alain Pérez, Gradelio Pérez, Rudens Matos, Jesús Llanes, Adalberto Álvarez y el propio Fernando Dewar. Sobre la elección del repertorio el director de la alineación comenta a La Jiribilla que hicieron una mezcla entre el repertorio actual del grupo y canciones más antiguas que no se habían grabado con la técnica con la que se mezcla y se masteriza actualmente. 

“Sazonando”, “Me voy pa´ Sibanicú”, “Sigo palante”, “Los mangos bajitos”, “Flor de ausencia-Sé muy bien que vendrás”, “Popurrí del Septeto Santiaguero”, “Vamos a bailar”, “Recuerdos del ayer”, “La acupuntura”, “La fiesta de changüí”, “La jelenguera” y “Cuestiones del amor” integran la lista final de canciones de esta propuesta.

El Septeto Santiaguero, con dos Grammy y otras nominaciones y premios en certámenes nacionales e internacionales, sigue palante.

Como valor agregado están las voces de Mayito Rivera, José Alberto “El Canario”, Maikel Dinza, David Álvarez, Alain Pérez, Waldo Mendoza, Aramís Galindo, Orestes Kindelán, además de la ejecución de Pancho Amat en el tres, Rubén Leliebre en la flauta, David Suini en la percusión, Joan Casanellas, Rafael Casacó y Marcos A. Castro en las guitarras, Eglis Ochoa en las maracas, Jorge Maturell en el bongó, Richard Ravelo en la güira, Tony Rodón en los coros, y las agrupaciones Changüí de Guantánamo y la Conga de los Hoyos.

Los temas que están en el disco, agrega Dewar, abordan todo tipo de situaciones: las letras se relacionan con el baile, la fiesta, las mujeres, el amor, por eso se podría decir que este fonograma es un registro de la vida diaria de los cubanos, porque, en definitiva, los artistas reflejan con su música la cotidianeidad de la gente. “Sobre todo, trabajamos para los bailadores, principalmente los más jóvenes”.

Por eso, en ese mismo afán de mantener un sello y llegar a la mayor cantidad de público posible en Y sigo palante se revisitan géneros habituales que defiende la agrupación como la guaracha, el son, boleros y el changüí.

En este disco trabajamos la música con una sonoridad más cercana al formato de conjunto, más potente que la que tendría un septeto, porque somos continuidad de un conjunto que se llamó Melodías de ayer. Hemos heredado ese sonido y cada vez que vamos a montar un tema o a tocar no nos olvidamos de eso. La música tiene que sonar fuerte, redonda y que sea bailable —explica el director del Septeto Santiaguero—. Quisimos llevar al disco, añade, el sonido que defendemos en vivo.

“La música tiene que sonar fuerte, redonda y que sea bailable”.

Sobre la evolución de la agrupación, Fernando Dewar refiere que en los últimos años la calidad en las producciones discográficas del Septeto ha aumentado favorablemente.

En este álbum fuimos nosotros quienes asumimos la producción musical a partir de un proceso de aprendizaje que requirió mucho estudio. Creo que nadie conoce mejor lo que hace en casa que uno mismo, por eso, aunque participan otras personas, la producción musical fundamentalmente recae sobre el propio Septeto.

“Ahora repiten la fórmula, esa de trabajar siempre al máximo nivel y mantenerse profundamente ligado a la trova santiaguera y la música tradicional cubana, en el fonograma Y sigo palante”.

Dewar comenta que entre los próximos proyectos que tienen en mente está un segundo volumen del disco Tributo a Los Compadres: No quiero llanto. “Ese álbum en principio debía ser un disco sencillo y luego se convirtió en uno doble por la cantidad de temas y composiciones que habíamos revisado, pero quedaron muchas que merecen estar en un fonograma del Septeto Santiaguero”.