Yipsi Moreno y un pueblo que la quiere

Ernesto Cuní
17/10/2018

Es cerca de las 3:00 p.m. y el calor intenso del ambiente se desvanece en el recinto climatizado que ocupa el Centro Cultural Cinematográfico Fresa y Chocolate, es la tarde del sábado 13 de octubre.

La penumbra del sitio se vincula sin artificios a las personas allí reunidas, algunas con el entrecejo fruncido, otras descansan sobre su mano la barbilla, mientras la mirada, esa que refleja el interior del alma, hurga en los laberintos del pensamiento.


Beijing 2008, lo mejor del lanzamiento del martillo femenino reunido en esa ciudad para los Olímpicos.
Foto: Internet

 

Están a la espera, a la expectativa de lo que van a vivir instantes después, seguros tal vez de que la ocasión y el motivo son válidos para tal experiencia. Pronto queda despejada la duda, hace su entrada intempestivamente al salón, ante la vista de todos, la martillista y multicampeona olímpica Yipsi Moreno, una inmensa ovación la recibe.

La mujer, locuaz, simpática, como se dice, cubana de a pie, pero de gran temple y férrea voluntad en el deporte, está allí, sonriente, afable y presta a narrar episodios de su vida.

Es el espacio La Sabatina, conducido por el historiador Ernesto Limia, quien ha querido dar homenaje a esta inmensa camagüeyana, dueña absoluta de la simpatía de más de 11 millones de cubanos que la siguieron en su vida deportiva.

Los inicios y los contras

Yipsi, niña traviesa y retozona que en 1991, pleno periodo especial, se acercó al lanzamiento del disco, pero sus características físicas no eran las más idóneas para esa modalidad, “quería pertenecer al equipo nacional de disco, pero no fue así”, planteó. Pasaría a la modalidad de lanzamiento del martillo.

Sin querer, solo el destino lo sabía, comenzaba una larga cadena de obstáculos que solo la voluntad y tesón que la acompañan podían vencer.

Llegaba el nuevo siglo y con él, comenzaría su carrera profesional. A pesar de ser favorita para ganar, la inexperiencia le jugó una mala pasada en los XXVII Juegos Olímpicos de ese año, —Sidney, Australia—, no superaría a sus contendientes más cercanas, pero “esa espinita me dio fuerzas para seguir superándome”, señaló.

La edición del 2004 en Atenas, encontró a una Yipsi presionada, obligada a ganar por la ubicación general de nuestro país en el medallero, y el líder de la Revolución la veía desde un televisor, “no disfruté la competencia, era tanta la presión que me eché a llorar luego del lanzamiento, sentí que le había fallado al pueblo y a Fidel”, explicó con lágrimas en los ojos.

Sin embargo, obtendría una de las mayores recompensas para toda su vida, según confesó: el abrazo y la alabanza de Fidel.

Mundial Helsinki 2005 sería otro momento difícil, famoso su tiro en la última oportunidad, sacado del alma, adiós nuevamente el oro y la plata al cuello a pesar de dos años consecutivos como titular mundial. La suerte la acompañaría luego y le entregaba el oro al ser descalificada por dopaje la ganadora, la rusa Olga Kuzenkova, su eterna rival.

Beijing 2008, lo mejor del lanzamiento del martillo femenino reunido en esa ciudad para los Olímpicos. Rivales, pero amigas todas, Yipsi una más, favorita entre 6 mujeres titulares del momento, y los mejores registros en sus manos.

Todo el rigor del entrenamiento y mucho más, incluso, la fe en nuestras más autóctonas creencias, al fin y alcabo, convencimiento, pero la plata otra vez tocó a la puerta de la deportista.

Casi diez años después, cambiaría de color esa medalla, nuevamente el dopaje hizo mella en la atleta ganadora, la bielorrusa Aksana Miankova, y justicia a la constancia de la camagüeyana. Momento de alegría, pero también de dolor, porque el día que recibía esa noticia acababa de enterrar a su padre, su mejor promotor e impulsor.

El retiro y nuevas funciones: “hay que valorar lo que tenemos”

La decisión de ser madre, momento crucial  y añorado por toda mujer, la alejó de la pista. Ya era próximo el retiro, sin embargo, es llamada para integrar las filas del equipo que representaría a Cuba en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Veracruz, México, 2014. Se alistó en apenas seis meses, sin depreciar el papel del joven relevo preparado para la ocasión.

Y la gloria le sonrío al obtener el primer lugar. Luego llego el retiro. Ahora desempeña su labor como comisionada nacional de atletismo, tarea que realiza con amor, junto a la de diputada nacional y miembro del Consejo de Estado.

En su opinión, el atletismo cubano está resurgiendo de un mal momento tiene mucho que ver con “la falta de compromiso y agradecimiento de los atletas”. Ella, como otros de su época, “sudaban por la camiseta”, hoy ha cambiado esa percepción y a pesar de ofrecer mayores beneficios para los atletas, priman otros intereses.

Cuba es un país que prioriza esta actividad, “estamos protegidos, somos presupuestados, tenemos un lugar principal para el deporte, hay que valorar lo que tenemos”, dijo.

Me retiro con el convencimiento, no a priori, de que no siempre la cima dicta la gloria, “disfruten todo en la vida, la enseñanza que nos da, te recompensa hasta dónde eres capaz de sacrificarte; no dejen que nadie te apague las ilusiones, hay que darle valor y disfrutar”, espetó Yipsi y resuenan sus palabras en mí.

1