“Ha sido una bendición haber completado mi maestría en Música, en performance contemporáneo y producción musical, en Berklee College of Music. Una hermosa experiencia haber compartido con personas tan maravillosas y talentosas de todo el mundo. Otro desafío superado, otro proyecto de vida logrado, otro sueño cumplido…”.

Tiene razón Zule Guerra. Este ha sido otro de los retos que, como profesional que ha querido crecer en el mundo de la música, se ha trazado. Y lo ha superado. De vuelta a Cuba, ansiosa por concluir con proyectos que ya andaban dando vueltas, me asegura que, aunque sean miles las experiencias que la vida te coloque en el camino, lo importante es sacar de ellas lo más provechoso para crecer como persona, en primer lugar.

“Hace dos años inicié el proceso. Tuve que prepararme mucho para la audición, la cual me concedieron después de haber enviado mi carpeta, o sea, una especie de resumen de mi trabajo hasta esa fecha. Luego de realizar la audición, me concedieron la beca y agradezco entonces también al Instituto Cubano de la Música que me apoyó en esto.

“Mi interés particular fue incrementar los conocimientos sobre la producción musical, vital para los artistas. Conocer las dinámicas de la industria, cómo internacionalizar nuestro trabajo, dominar ampliamente herramientas y procesos que facilitan el progreso en el mercado musical. Fue una experiencia necesaria para mí en este momento de mi trabajo, y fue grandioso establecer relaciones profundas con otros que, como yo, tienen sus inquietudes en el ámbito creativo”.

Después de deleitarnos con tu proyecto Sesiones de Vitrola, estoy al tanto de un nuevo disco que pronto tendremos en mano.

Sesiones de Vitrola fue mi homenaje a esa época gloriosa del feeling, después de escoger temas que me gustaban mucho y arreglarlos a mi manera, o sea, colocarlos en mi sonoridad, más contemporánea, más cerca del jazz.

“El concierto fue increíble. Tuve a César López, a Vania Borges, a Eduardo Sandoval, a Anais Abreu, a José Portillo en el piano, Omar González en el bajo, Víctor Benítez en el saxofón, Hugo Cruz en la batería, Degnis Bofill en las congas… Lo grabé en El Ciervo Encantado.

“El nuevo disco está listo. El Viaje es el título, por dos motivos: La vida es un viaje que debe disfrutarse durante todo el trayecto y no solo esperando llegar al final, y es también un viaje musical porque, aunque tiene una unidad sonora, posee elementos de la música cubana de diferentes géneros, como el montuno, la canción afrocubana…, con sutilezas, swing, rythm and blues, es mágico.

“La producción es de Ernán López-Nussa, y coincidimos en que debería ser un álbum centrado en mi trabajo para mostrar mi crecimiento profesional hasta ese momento.

“Quise una colaboración para cambiar la sonoridad ya conocida, y por eso cambié el formato y sumé la guitarra, con Héctor Quintana. En los arreglos colaboró Jesús Pupo, joven pianista con mucho talento y a quien me unen muchas empatías musicales. Tuve a Samuel Burgos en el bajo, a Marcos Morales en la batería, a Jesús Pupo en el piano, a Degnis Bofill en las congas y a Emir Santa Cruz en los metales.

“Es un disco suave, con armonías frescas, temas de mi autoría, todo un experimento. Lo grabamos en PM Records y saldrá bajo el sello discográfico EGREM. Ya estamos pensando en el arte final del disco, las estrategias de lanzamiento, videos, imágenes…Ya te avisaré”.