A debate el concepto, la técnica y la dirección teatral

Ernesto Cuní
25/10/2019

La manera de asumir la puesta en escena, su filosofía e intención, constituyeron puntos fundamentales en el panel Concepto, técnica y dirección, acontecido en la sala Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) como parte de la sección teórica del 18 Festival Internacional de Teatro de La Habana 2019.

De izquierda a derecha, los directores de teatro Carlos Celdrán, Jorge Ferrera,
Carolina Bianchi y Aravind Adyanthaya. Foto del autor

 

Desde miradas y latitudes múltiples, los panelistas revelaron el proceso particular de cada uno de ellos en la creación. Los directores de teatro Carolina Bianchi, de Brasil; los cubanos Carlos Celdrán y Jorge Ferrera; y el puertorriqueño Aravind Adyanthaya, ofrecieron sus visiones al respecto.

Para Bianchi, la dramaturgia acontece desde los espacios oníricos y poéticos. Allí, según su punto de vista, se debe transformar la línea del tiempo y la sinergia que acompaña a este, constituir un personaje más. Consideró, además, que “la historia tiene ciclos eternos inevitables como el tormento”. En lo semántico valoró de provechoso lo fantasmagórico, “atraviesa el tiempo y los rostros”, dijo.

Por su parte, Aravind estimó la importancia de violentar las realidades. Para él es importante crear entramados entre lo interior y lo exterior, no solo de los personajes, sino del entorno. Le suma el lenguaje, en su apreciación vital para lograr que “el teatro sea inalienable en su libertad”.

El actor cubano Jorge Ferrera, director de la compañía El Puente, será recordado en este festival por su genial interpretación en Peer Gynt, versión suya en unipersonal de ese clásico de Henry Ibsen. Vive y trabaja en España, aunque ha trabajado en varios países. Le interesa, de manera especial, el material humano con el que aspira a trabajar. No es igual en naciones distintas, “la forma de asumir el concepto cambia a nivel de sentido y lenguaje”, dijo. Aprueba, y es punto cardinal en su abordaje sobre las tablas, la investigación.

Por último, el aclamado dramaturgo y director cubano Carlos Celdrán, habló sobre sus herramientas en los tópicos referidos. Para él es importante la trasparencia, tanto a nivel actoral como en la intención filosófica de la obra. Igualmente lo es despojarse del artificio teatral y del barroquismo actoral. La acción y el sentir del actor junto al personaje son claves en su trabajo.

“Me interesa el rostro y no la máscara. Prefiero el ojo del actor, entrar por este a la raíz del personaje, al origen de su impulso. Es importante el sentir y no la representación. El peligro de esta es que te ‘coma’ lo real de la persona que lo interpreta. Hay que abrir la posibilidad de la persona que hay detrás. Debe haber dinámica entre representación y realidad, que sea un acto vivo y no un estereotipo”, afirmó.

Otros términos importantes definidos por Celdrán fueron la complejidad, vinculada, según su apreciación, a la dramaturgia, al texto. La intuición, el diálogo y la persistencia, son armas que suma también al complejo entramado de una puesta en escena.