A medio siglo de su muerte. Gonzalo Roig, compositor de melodías eternas

Leonardo Depestre Catony
10/6/2020

Se cumple medio siglo de la partida física del maestro Gonzalo Roig, que falleció el 13 de junio de 1970. Tenía el maestro 80 años y hasta poco antes se le había visto en la calle y activo. Era una gloria de la música cubana, un ilustre representante de la cultura nacional. Cincuenta años después, la gloria se ha convertido en memoria viva, y su música perdura.

El autor de “Quiéreme mucho” y de la zarzuela emblemática del teatro musical cubano, Cecilia Valdés, nos legó otras muchas composiciones quizá no tan conocidas como las citadas, pero que a la luz del tiempo transcurrido prevalecen y revelan cuán integral fue su trayectoria de compositor.

A Gonzalo Roig “no le quedó nada por hacer en el mundo de la música, su obra está vigente
y el recuerdo del maestro permanece vivo”. Foto: Radio Cadena Habana

 

Quien redacta tuvo el honor, treinta años atrás y en compañía del colega Eladio Blanco, de tomar escaleras arriba hasta el domicilio de Roig, en el primer piso del número 404 de la habanera calle Amistad, edificación lamentablemente colapsada tiempo atrás. Allí entrevistamos a quien fuera su viuda, Zoila Salomón. En aquel modesto hogar, Zoila, emocionada, nos comentó: “Muchas veces lo vi sentarse ante el teclado y tocar. Entonces yo le decía: ‘¡Pero esa pieza yo no la conozco!’ Y es que él la acababa de crear, pues se inspiraba ante el piano”.Y a continuación nos reveló acerca de sus gustos personales: “Le encantaban los perros, desde los satos hasta los de raza. También gustaba de la bebida. Tomarse un ron y fumarse un tabaco. Fumó mucho hasta que enfermó y el médico se lo prohibió. Como conversador era muy ameno, hombre jacarandoso, un cubano criollo, y de vasta cultura. Los amigos venían por media hora y se pasaban cinco”.

Talentoso y exigente ante el trabajo, los detalles de su biografía han sido abordados con exhaustividad por la investigadora Dulcila Cañizares en más de un libro. Se trató de una personalidad compleja y a un tiempo atractiva, que se sintió a sus anchas en el ejercicio de la composición.

Gonzalo Roig Lobo nació en la céntrica calzada de San Lázaro, en La Habana, el 20 de julio de 1890. Fue violinista de orquestas en algunos teatros, pianista de cines y contrabajista de la Orquesta Sinfónica en las funciones que dirigió en La Habana el maestro Pau Casals.

De chico inició estudios en la Sección de Música de la Asociación de Dependientes del Comercio de La Habana, después los continuó con diversos profesores (solfeo, teoría, piano, violín, armonía, contrapunto, composición), aunque su fuerte lo serían la conducción orquestal y la composición. Por imposiciones económicas trabajó desde la adolescencia como contrabajista, maestro de coros y director de la orquesta del desaparecido teatro Albisu, que se alzaba en la calle San Rafael entre Prado y Zulueta.

Con 80 años todavía se le veía activo por las calles. Foto: Internet
 

Acerca de “Quiéreme mucho”, compuesta en 1911, apuntemos que la popular melodía se estrenó con el título de “Serenata Cubana”, en la Sala Espadero del Conservatorio Hubert de Blanck. La interpretó el tenor Mariano Meléndez y todo transcurrió sin penas ni glorias hasta que en 1917 Roig la incorporó al sainete “El servicio militar”, que se presentaba en el teatro Alhambra. A partir de ahí, ya con el título que hoy la conocemos, la canción se apropió del auditorio. La letra, pues a veces se olvida mencionarlo, corrió por Agustín Rodríguez, libretista teatral.

Quiéreme mucho, dulce amor mío / que amante siempre te adoraré. / Yo con tus besos y tus caricias / mis sufrimientos acallaré.

Cuando se quiere de veras / como te quiero yo a ti / es imposible mi cielo / tan separados vivir.

Fue Roig uno de los fundadores, y director, de la Orquesta Sinfónica de La Habana que dio su primer concierto el 29 de octubre de 1922 en el Teatro Nacional. Fue también director de la Banda Nacional de Conciertos, con la cual dio su último concierto el 27 de mayo de 1970. Presidió además la Sociedad Cubana de Autores, Compositores y Editores de Música; dirigió las orquestas de las emisoras radiales COCO, CMCK y CMQ. Fue miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en España.

De otra joya suya, la zarzuela Cecilia Valdés, vale señalar que se estrenó en el teatro Martí, el 26 de marzo de 1932. Dirigió la orquesta el propio Roig y por esas grandes paradojas que suelen ocurrir solo en la realidad, el papel de la cubanísima mulata Cecilia estuvo a cargo de una mexicana, Elisa Altamirano. Entre las figuras del reparto estuvieron Miguel de Grandy en el rol de Leonardo y Candita Quintana como Dolores. Del libreto se hicieron cargo Agustín Rodríguez y José Sánchez Arcilla.

Con los años, Roig contaría a su biógrafa Dulcila Cañizares que “la Cecilia Valdés yo la escribí en un mes y días. Pero no fue solo escribirla, sino instrumentarla. Estaba dedicado exclusivamente a la obra. Yo vivía nada más que para aquello. Me ponía un mono por la mañana, me iba para el teatro y allí me llevaban la comida”.

Varias intérpretes destacadas ha tenido dicha obra, entre las más recordadas están Rita Montaner y Alina Sánchez.

El catálogo de Roig es extensísimo, e incluye berceuses, boleros, canciones, guajiras, caprichos afrocubanos, claves, cuplés, criollas, criollas-boleros, danzas y danzones, guarachas, guarachas-rumbas, habaneras, marchas, popurríes, pregones, puntos guajiros, romanzas, sones-rumbas, tangos y tangos congos, tarantellas, valses, juguetes cómicos, revistas musicales, zarzuelas…

Integró la trilogía de los grandes compositores zarzueleros cubanos en el momento de mayor esplendor del llamado género chico, junto a Ernesto Lecuona y Rodrigo Prats. Musicalizó el filme Sucedió en La Habana, de 1938, y escribió ensayos. Lo abarcó todo en el terreno de la música, donde su huella es imborrable.

“El maestro Gonzalo Roig domina la ciencia orquestal, y muchas veces lo hemos visto desarticular obras de dificilísima estructura, resolviendo a los valiosos profesores de su Orquesta problemas de técnica interpretativa”, expresó el compositor Eduardo Sánchez de Fuentes.

No le quedó nada por hacer en el mundo de la música, su obra está vigente y el recuerdo del maestro permanece vivo. No de otra manera puede ser cuando se ha sido Gonzalo Roig.

Yo con tus besos y tus caricias / mis sufrimientos acallaré. / Cuando se quiere de veras

como te quiero yo a ti / es imposible mi cielo / tan separados vivir.

Cuando se quiere de veras / como te quiero yo a ti / es imposible mi cielo / tan separados vivir… tan separados vivir.