Agnes Kralovsky, Cuba te agradece

Ana María Domínguez Cruz
4/12/2018

La directora Agnes Kralovsky ha sido merecedora de un elegante homenaje. Durante el concierto, lejos de estar sentada en una butaca, tomó la batuta y dirigió la mayoría de las piezas que conformaron el programa.

El pasado 1ro. de diciembre la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís resultó un espacio pequeño para la cita. A partir de las 6:00 p.m. los conocedores, e incluso los neófitos, se percataron del respeto y la admiración que se le profesa en nuestro país a quien, nacida en Hungría, hizo de Cuba su segunda patria cuando en 1968 arribó dispuesta a ofrecer la tradición coral húngara.


Foto: Internet
 

Kralovsky ejerció 11 años como jefa de la Cátedra de Dirección Coral de la Escuela Nacional de Arte, donde además impartía esa especialidad y las asignaturas de Coro, Técnica Vocal y Metodología de la Enseñanza de la Dirección Coral, a la par que ofrecía clases en la Universidad de las Artes.

Fue emotivo verla al frente de las agrupaciones que protagonizaron ese concierto y sentir que en cada uno de sus integrantes el orgullo y la satisfacción se entrelazan. La Camerata Vocal Sine Nomine abrió el programa con las piezas Esti Dal y Tùrót Eszik a Cigány, ambas de Zoltán Kodály. Le siguió el Coro de Cámara Exaudi con Pingst, de Oskar Lindberg; I Seraillets Have, de Wilhelm Stenhammar, y Norvéegleányok, también de Zoltán Kodály. Disfrutamos luego del Coro de Cámara de Matanzas con Alleluia, de Randall Thompson, y de la Schola Cantorum Coralina con Abendlied, de Josef Gabriel Rheinberger; Denn er hat seinen Engeln befolen, de Felix Mendelssonhn, y Ride the Chariot (Negro Espiritual).

Los aplausos se duplicaron tras la actuación de la cantante Argelia Fragoso. Las voces del público la acompañaron en sus interpretaciones de Y si llego a besarte, de Luis Casas Romero, y Mi ayer, de Ñico Rojas.

El gran final estuvo a cargo de la Camerata Romeu, junto a un gran coro, integrado por todos los asistentes, para regalar el Réquiem en Re M Op.48, de Gabriel Fauré, y Son Mercedes, de Leo Brower.

Kralovsky reside en Alemania desde 1985. Fundó y dirige el Coro Filarmónico Sine Nomine, los Coros de Cámara Ventivoci y Canto Vivo, el Ensemble Cantiamo y el Coro de la Iglesia de Dettum. Recientemente creó el Coro de Niños.

Cuba le agradece su intensa labor pedagógica vinculada al desarrollo de los coros cubanos de aficionados, entre ellos el de la fábrica La Corona y el del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Vladimir I. Lenin. No es posible ignorar su aporte cuando se habla de la historia de los coros y la actividad coral masiva en Cuba.

El gran concierto fue el momento oportuno para celebrar el aniversario 25 de la Schola Cantorum Coralina y la Camerata Romeu, así como el aniversario 15 de la Camerata Vocal Sine Nomine.