“El rico pay de coco y de guayaba…”. Y todo comenzó por el pregón que usted y yo escuchamos en nuestras calles a diario. Parecía que el pianista y compositor Alejandro Falcón musicalizaría esos anuncios comerciales, al piano, cuando inició su clase magistral “De lo sonero a lo sona’o” en el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana este 8 de mayo, a propósito de la celebración por el Día Nacional del Son.

“Cuba tiene su música propia, incluso en las calles, en la manera de hablar, en cómo bailamos…”

Y no hubiera sido desacertado que lo hiciera, porque como bien afirmó: “El son tiene q estar en la calle, tiene q bailarse y cantarse… tiene que estar en cada uno de nosotros que, además, lo llevamos en la sangre”.

Lo más importante, considera, es mantener la esencia viva. “Luchar para que nuestras raíces no se pierdan. Cuando viajas y ves el respeto que se le tiene a la música cubana tienes más ganas de seguir luchando para ser único, auténtico, original… No es un suceso que solo afecta a Cuba, pues en todos los países del mundo se salva la identidad, lo autóctono, ante tanta globalización cultural”.

“El son tiene que estar en cada uno de nosotros que, además, lo llevamos en la sangre”.

Ante los presentes, Falcón hizo un recorrido desde los orígenes del son en la región oriental del país en el siglo XIX, resultado de esa mezcla feliz que posee este país de las herencias musicales africanas y españolas.

Recordó que el son surgió sin piano, hasta que Antonio María Romeu incluyó este instrumento… Y tocó su primer solo de piano, casi 100 años después, a su manera.

“Y está la clave cubana, que se percibe en el yambú y que en cualquier lugar del mundo, sin que se pregunte si es de un tipo o de otro, se reconoce como sello de la música cubana”.

Avanzó Falcón en la historia del género, mientras tocaba, hasta lo que conocemos como son montuno, que se convirtió en la base de la salsa posteriormente.

“Y está la clave cubana (…) que en cualquier lugar del mundo, sin que se pregunte si es de un tipo o de otro, se reconoce como sello de la música cubana”.

Mencionó al imprescindible Lilí Martínez, quien con los arreglos le daba estilo a la orquesta en la que tocaba pero que después, como pianista, le dio el sello definitivo. “Así sucedió con Pupy, con Peruchín, con Sergio Moroña, Juan Carlos Valdés, Tony Pérez, Iván (Melón) Lewis, entre otros… Cada uno tiene su tumba’o, su propia manera de tocar, y se distingue entre los demás”.

Falcón lamentó que no existieran en las escuelas clases de música cubana, y para ello, con la Cátedra Moisés Simons, dirigida por Janio Abreu, se piensa saldar la deuda.

“Cuba tiene su música propia, incluso en las calles, en la manera de hablar, en cómo bailamos… Y tenemos sabor, que es el resultado de la genética, de los orígenes, de las vivencias, y que se nota donde quiera que vayamos”.

Falcón hizo un recorrido desde los orígenes del son en la región oriental del país en el siglo XIX.

Con motivo del Cubadisco 2023, Falcón habló del álbum El Caruso del Son (una de sus nominaciones al evento), cuya motivación principal fue recrear los clásicos en la contemporaneidad.

“Estoy feliz porque Enrique Plá contó conmigo para este proyecto. Grabé anteriormente `Me voy pa’ Guantánamo ́ con Janio Abreu junto a Víctor Goines. El Maestro me lo había pedido para incluirlo en su disco Para bailar, y realmente quedó pendiente trabajar juntos otra vez.

“Me llamó para esta ocasión, hice arreglos, aunque ya Emilio Morales (invitado especial del proyecto) había realizado algunos. Trabajé en la mezcla y el máster junto al ingeniero de sonido Tony Carreras, lo grabamos en el Teatro del Museo Nacional de Bellas Artes. Salió el CD y el DVD, con lo cual pude trabajar con Mayra María y el equipo de Bis Music.

“Cada uno tiene su tumba’o, su propia manera de tocar…”

“Siempre pensé que los arreglos debían tener una sonoridad actual porque se trataba de hacerle un homenaje a Abelardo Barroso, la idea era recrear su música sin perder la raíz. Elegimos temas importantes de su repertorio como `Para bailar no hay como mi son ́, `Yo tá cansa’ o ́, `El panquelero… ́ y buscamos a cantantes como Yurumí, Osdalgia, Mayito, Carlos Calunga, Dayan Carreras, Haydée Milanés, La Papina de Cuba… Orlando Valle (Maraca) es invitado al fonograma y se incluye un tema de mi autoría, `Barroso chá ́, cantado por Mayito.

“Lo mejor que tiene la música es su libertad”.

“Los músicos fueron Mayquel González en la trompeta, aunque Robertico García figura entre los invitados; Janio Abreu, Eduardo Sandoval, Andrés Cuayo, Adel González y Lázaro Rivero (El fino)”.

Falcón, que ha integrado diversas agrupaciones y que ha estudiado sonoridades distintas en varios países, marca su pauta en su propio tumba’o.

“Lo mejor que tiene la música es su libertad, y específicamente la popular te permite abrirte, elegir, respetando los códigos pero haciéndote del tuyo propio”.