12 Taller Internacional de Títeres de Matanzas: Una nueva oportunidad profesional

Rubén Darío Salazar
3/3/2016
Foto: Cortesía del autor
 

Desde que el maestro René Fernández Santana ideara convocar en Matanzas a un Taller Internacional de Títeres, que incluyera espectáculos, coloquios teóricos y exposiciones, entre otras acciones artísticas, pedagógicas y promocionales, la palabra taller comenzó a ser algo muy especial para los titiriteros cubanos, por encima de la popularidad del conocido término festival, alusivo a festividad y jolgorio, vocablos que le vinieron como anillo al dedo, en 1994, a la cita teatral en la ciudad de los puentes y los ríos.

Maestros cubanos de la talla del propio Fernández Santana, Zenén Calero, Freddy Artiles y Armando Morales, además de jóvenes artistas como Yanisbel Martínez, Ivette Avila Martín y Ramiro Zardoya, aportaron sus saberes en materias de puesta en escena, diseño, dramaturgia y la técnica cinematográfica de Stop Motion, a los cuales se unieron en diferentes ediciones, extranjeros expertos del retablo y sus artes como  Fabricio Montecchi y Nicoleta Garioni, de Italia, Enrique Lanz, Toni Rumbau y Joan Baixas, de España, Miguel Romero, de EE.UU., Javier Swedsky, Ana Laura Barros y Claudio Hochman, de Argentina, Alain Lecucq, de Francia,  Pablo Cueto, de México, Marcello Andrade, de Brasil, y el grupo Stadfiguren de Alemania.

2016 trae nuevas y atractivas opciones de superación profesional, mediante cuatro talleres especializados y un curso de escritura escénica. El taller  “Dirección artística en el teatro de títeres”, será impartido por Ezequiel García Romeu, director del Theatre de la Massue, radicado en Francia. Una singular perspectiva creativa expondrá este maestro, quien se mantiene activo desde su agrupación, siempre a la búsqueda de nuevas exploraciones de las formas titiriteras, las cuales ubica en el cruce de disciplinas artísticas diferentes. Theatre de la Massue se ocupa lo mismo de adaptar obras de la literatura clásica y contemporánea, que de ubicar el arte de los muñecos junto a las nuevas tecnologías, las artes plásticas y el cine de animación, todo influido  por las tendencias más arriesgadas, aquellas que generen un espectáculo vibrante y sugestivo.

“De la resolvedera al invento: caminos para la sobrevivencia del títere”, es el llamativo título que  Enrique Lanz, director del Teatro Etcétera, de  Granada, España, alguien ya conocido en nuestros lares, ha escogido para hablar y trabajar en pos del diseño escenográfico y titeril. Lanz, Premio Nacional de Teatro para la Infancia, junto a su treintañera compañía, propondrá el  máximo estímulo a la imaginación creadora. Desterrar las frases “No se puede” y “No tengo con que trabajar”, estarán entre los principales objetivos de un hombre que ha incursionado lo mismo en los terrenos de la ópera y la música sinfónica, que  en obras de campaña, armadas con materiales reciclables y efímeros.

El brasileño Paulo Balardin, profesor de teatro de animación, del departamento de artes escénicas en la Universidad de Santa Catarina, estará a cargo del taller “El arte de la máscara para el actor”. Su tarea principal se centrará en abordar cuestiones  elementales, concernientes a la técnica de utilización de la máscara, y en especial el estudio y desenvolvimiento del cuerpo del actor en relación con el tiempo y el espacio. La máscara, misteriosa y precisa será tratada por Balardin como una herramienta pedagógica, utilísima en la concepción de personajes que necesitan una pre expresividad contundente sobre las tablas.

El otro taller se nombra “Anatomía y vida de la marioneta”, guiado por el marionetista cubano Alberto Palmero, director de la Compañía Titiri-Sol y del Museo El castillo de los títeres, asentado en Tlaxcala, México. Palmero es un prestigioso constructor de muñecos, formado bajo la mirada experimentada de María Antonia Fariñas, quien junto a su esposo Eurípides La Mata, introdujo en Cuba la técnica del títere de hilos, tan difícil y escurridiza para las manos torpes y las almas insensibles. Estudió en España y Francia la profesionalización de diferentes técnicas. Actualmente es el director de la Escuela Latinoamericana de Títeres Mireya Cueto, en Huamantla, una ciudad reconocida mundialmente por ser la cuna de la famosa familia titiritera mexicana Rosete Aranda.

El curso “Ritmo y melodía en la escritura teatral para niños”, cierra las opciones del taller titiritero de Matanzas. De la mano de Joel Cano, uno de los dramaturgos cubanos más importantes nacidos en el siglo XX, no solo por sus textos para niños “Fabula de un país de cera” y Fábula del insomnio”, sino también por sus obras para adultos entre las que sobresale “Timeball o el juego de perder el tiempo”. Los cursillistas crearan junto a él una nueva pieza con inspiración común para todos, a partir de lo que el autor villareño ha subtitulado  Tema y variaciones alrededor de “La fábula de los perros satos”. La trama de la futura pieza acontecerá en La Habana Vieja. Un grupo de perros callejeros que deambulan por las calles molestan con su comportamiento, entre rebelde y poético, a los vecinos que allí viven y a los turistas que recorren cada día el original entorno citadino. ¿Qué quedará al final? ¿Un teatro de imágenes sin palabras o la utilización necesaria de estas en una obra con figuras? Es esa la convocatoria y suspenso que hace interesante un taller para autores dramáticos.

Para los niños aficionados al arte de los retablos, la mexicana Lizette Castro Landa regresará a Cuba nuevamente para impartir un taller de construcción y animación de muñecos en el populoso barrio La Marina. Sin dudas la palabra taller, similar a laboratorio, a escuela, volverá a adueñarse entre el 19 y el 24 de abril de Matanzas, una urbe a la que también pudiera llamársele la ciudad de los títeres.