Armando Manzanero, ¡más vale tarde que nunca!

Ana María Domínguez Cruz
18/7/2018

Por primera vez en Cuba el cantante mexicano Armando Manzanero ofreció un concierto en el que agradeció el cariño del público y bendijo esta tierra: “Le debo mucho a Cuba, como músico y como persona. Vivía en Yucatán y a veces me pregunto, ¿por qué no vine antes, así fuera nadando? Cuando son otros los que planifican los viajes, pasa el tiempo y puede que los sueños demoren en cumplirse, pero por suerte, estoy en La Habana, y voy cantar”.

Y cantó. El público estaba ansioso y no era para menos, porque el concierto demoró más de una hora después de la prevista y lamentablemente las condiciones técnicas deslucieron el espectáculo. Sin embargo, el cantante mexicano, obediente a los consejos de su madre, no abandonó la sonrisa amplia en el rostro. “Lo que pidas, pídelo con una sonrisa”, le decía ella. Y él la regaló, la multiplicó, la aderezó con carisma y con canciones que todos allí coreaban.

Foto: Jorge Villa
 

"Somos novios" y "Esta tarde vi llover" fueron los primeros regalos de la noche, en la que nos deleitamos con un repertorio que otros cantantes han versionado a su manera pero que en la voz de Manzanero no tienen comparación. No se trata solo de cantar, sino de sentir.

Eliades Ochoa se le unió en un tema. “Qué alegría siento de tenerlo aquí conmigo en el escenario”, dijo Manzanero segundos antes de ofrecerle un abrazo. Minutos después cantó Aranza, una cantante mexicana que le acompaña en el viaje a Cuba, quien recordó que a sus 22 años grabaron juntos "Dime", canción que se popularizó mucho en México como parte de la banda sonora de la telenovela Mirada de Mujer.

Haila María Mompié hizo un dúo con el Maestro, como le llama, y luego salseó uno de sus temas. Al final, la esperada Omara Portuondo estuvo ahí, sentada, muy cerca del piano, en un feliz dueto con el mexicano. También fue una dicha encontrar entre los músicos que habitualmente acompañan al Rey del Bolero al joven guitarrista cubano Dayron Ortiz, quien tiene su proyecto de trío de jazz y toca con Telmary, Frasis y otras agrupaciones.

Manzanero es modesto y sencillo, sin que importen los muchos premios y reconocimientos obtenidos a lo largo de su carrera, iniciada poco antes de 1967, cuando sacó a la luz su primer álbum Mi primera grabación. Hasta la fecha es el único mexicano que ha recibido el Premio Grammy honorífico, otorgado por la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación (The Recording Academy) de Estados Unidos.

Durante su encuentro con la prensa el pasado sábado contó que durante su infancia en Yucatán, a más de 1500 kilómetros de la capital mexicana, solo escuchaba emisoras cubanas. Luego tuvo privilegios al conocer a varios músicos cubanos. “Conozco la historia musical de un país tan grande como Cuba y reconozco los aportes que han hecho a la música a nivel mundial Pérez Prado, César Portillo de la Luz, José Antonio Méndez y otros. Yo quise cantar gracias a Cuba”, expresó Manzanero.

No teme que su música se desvanezca en el tiempo. “Mis primeros trabajos musicales estaban en el ámbito del rock and roll, hasta que llegó Lucho Gatica y mi vida cambió. Viví el chachachá, el swing, el boogie boogie…, todos los ritmos son festivos, bailables, pero cuando se trata de acercarse al toro sin temerle a los cuernos, uno siempre recurre a una canción romántica. Ahí estoy yo, y estaré. Como los gatos tengo siete vidas y ahora estoy viviendo la última”, comentó el ídolo mexicano.

¿Motivaciones para componer? Existen miles… “Me nutro de la cultura maya, mi ascendencia primera. Los astros, la luna, las estrellas, la plaza…, hay muchos motivos para componer, siempre encuentro uno. Y no me detengo. Duermo poco y eso me da la posibilidad de vivir más. Con mi temperamento siempre tendré asuntos pendientes”.

Hablar de la muerte, al final, le trae buenos recuerdos y pone en evidencia su sentido del humor y sobre todo, su entrega total a lo que más ama en el mundo. “Recuerdo que mientras cantaba "Babalú Ayé", Miguelito Valdés murió, ahí, en un escenario. Creo profundamente que me sucederá lo mismo”.