De la maestra y sus discípulos

Marilyn Garbey Oquendo
10/11/2016
Fotos: Kike

 

Tal vez fueron las presentaciones más aplaudidas durante las jornadas del 25 Festival Internacional de Ballet de La Habana “Alicia Alonso”. Martha Graham Dance Company regresaba a la capital cubana 75 años después de su primera incursión en la Isla y encontraba esta vez un público amante y conocedor de la danza. Aquí le esperaban Ramiro Guerra, uno de sus más ilustres discípulos, y los cultores del estilo cubano de danza moderna, bailarines y profesores aclamados en el mundo entero.

El programa incluía Lamentation variations, tres piezas inspiradas en Lamentación, de la Graham. Ambos estudios fueron creados por Bulareyaung  Pagarlava, Richard Move y Larry Keigwin, respectivamente, y se estrenaron el 11 de septiembre de 2007, en recordación de los sucesos acecidos en las Torres Gemelas de Nueva York en 2001. En este gesto puede encontrarse un signo de continuidad porque la Graham siempre estuvo atenta a los sucesos de su contexto, tanto es así que su inspiración para bailar el solo surgió al ver el rostro de una mujer angustiada que iba a la huelga.


Lamentation Variations

A través del uso de la tecnología, Marta Graham irrumpió en el escenario. Fue emocionante ver su rostro y sus movimientos; pero lo mejor fue verificar cómo una compañía de danza fundada hace ya 90 años mantiene la vitalidad, comprobar cómo ha logrado entretejer sus tradiciones con el presente, y ver coreografías creadas en los años 40 del pasado siglo, que  pueden dialogar con la sensibilidad del público del siglo XXI.

En las coreografías presentadas en el Teatro Mella el amor fue tema recurrente. Las maneras del ser humano de enfrentar sus miedos para seguir viviendo; los elementos de la naturaleza —la luna, el bosque, el mar— como fuente de inspiración; la condición femenina, la mitología, la existencia humana: todos estos asuntos gravitaban en el lenguaje danzario de las piezas Dark Meadow, Errand into the maze y Diversion of angels, todas de Graham, y Woodland, de Pontus Lidberg.

Los bailarines sorprendieron por la belleza de sus cuerpos, músculos perfectamente delineados, y por las destrezas técnicas en su desempeño en la escena. También consiguieron establecer conexiones con el público revelando las esencias de sus personajes de forma virtuosa.

Martha Graham en la Historia de la danza
Declarada como hereje, esta mujer fundó su compañía en la ciudad de Nueva York en 1926 y con ella transgredió los cánones de la danza al concebir el cuerpo como vehículo del espíritu.

“… el instrumento por el cual la danza se expresa es también aquel por el cual la vida se proyecta: el cuerpo humano. Por él se afirma lo esencial de la vida y es en él que se guardan todas las manifestaciones vitales, las de la muerte y las del amor” [1].

Declarada como hereje, esta mujer fundó su compañía en la ciudad de Nueva York en 1926 y con ella transgredió los cánones de la danza al concebir el cuerpo como vehículo del espíritu. Con su técnica se han formado varias generaciones de bailarines en todo el planeta; siguiendo el principio de la respiración, se asienta en el sistema de contracción-relajación, el trabajo en el piso, los saltos del hombre, la relación entre imagen y movimiento, la pelvis como punto de apoyo del bailarín. Deslumbrada por la cultura del Oriente, la Graham puso toques étnicos en sus obras y les incorporó la pasión y el erotismo.


Dark Meadow

Formada en la Escuela Denishaw, fue discípula de Ted Shaw y contó con el apoyo del músico Louis Horst. Años más tarde le sería asignada la tarea de fundar la sección de danza en la prestigiosa Escuela Juilliard, de donde salieron algunas de las figuras cimeras de la historia de la danza.
Su divisa era el trabajo constante, solía afirmar que era esa la clave de su éxito.
Incomprendida en el momento de su aparición en el panorama de la danza por sus rupturas con la tradición —“No bailaba como el resto de las bailarinas” [2]—, coreografías como Cueva de corazón o Divertimento luego serían aplaudidas en todo el mundo y la Graham se convertiría en un icono de la modernidad. Amiga de Jean Paul Sartre, conoció a Eleonora Duse y a Diaghilev, dio clases a Bette Davis y a Gregory Peck. Fue maestra de Merce Cunningham, Ana Sokolow, Alvin Ailey y Paul Taylor; sus obras fueron interpretadas por Nureyev, Margot Fonteyn y Barishnikov. Entre sus diseñadores se citan a Calvin Klein y a Oscar de la Renta. Andy Warhol se inspiró en ella para hacer una serie de litografías.

Dejó de bailar en 1970, pero sus inquietudes investigativas no cesaron. Por eso nunca puso mucho énfasis en la conservación del repertorio. Su divisa era el trabajo constante, solía afirmar que era esa la clave de su éxito. En su larga vida —murió con 91 años— recibió numerosos reconocimientos.


Diversion of Angels

La huella de Martha Graham entre nosotros

Un viaje a las raíces del estilo cubano de danza moderna revelará la huella de Martha Graham en Cuba. Visitó nuestro país por primera vez hace ya 75 años, invitada por la Sociedad Pro-Arte Musical, y trajo obras como Carta al mundo, inspirada en los poemas de Emily Dickinson; Cada alma es un circo, expresión de rasgos feministas; y Penitente, una pieza que provocó pavor entre las damas de sociedad por su libre interpretación de la religiosidad.  Por aquellos días la danza era apreciada por un pequeño grupo de espectadores, gente que abrió los caminos entre nosotros para arte tan noble. Entre aquellos soñadores se encontraba Ramiro Guerra, su discípulo, quien soportó penurias en Nueva York para asistir a sus clases porque ella era la maestra que requerían sus inquietudes creativas. A su lado aprendió la técnica y el rigor de la disciplina, dos elementos que le serían muy útiles para fundar la compañía reconocida hoy como Danza Contemporánea de Cuba (DCC), madre nutricia de la danza nacional.

Por estos días Ramiro la evocaba: “Yo apliqué en mi país todo lo que aprendí de ella, incorporándole la cubanía a cada pieza. Ella también lo hacía. Si en algo su trabajo fue realmente revolucionario fue en su necesidad de expresar la realidad de su país, la vida cotidiana del pueblo estadounidense” [3].


Dark Meadow

Con la técnica Graham se entrenan los bailarines cubanos, y salen de las        escuelas con una calidad técnico-artística elogiada por la crítica mundial y por los integrantes de Martha Graham Dance Company, quienes asistieron a un ensayo de DCC en los salones donde trabajaba Ramiro en los días fundacionales. El bailarín y coreógrafo Norge Cedeño ha contado cuán emocionados se mostraron al verlos. Fue un trueque en el cual ambas partes salieron reconfortadas. Como sucede cada vez que Ramiro vuelve a hojear las páginas de la biografía de su maestra, elige un pasaje y lo comenta: “El movimiento jamás miente. Es el barómetro que revela el clima del alma  para aquel que bien sabe leerlo” [4]. Ramiro glosa la frase de la Graham: “Un bailarín mentiroso en sus movimientos podrá entretener con sus piruetas, sus caídas al suelo, incluso con sus energías flotantes en la escena, pero no podrá convencernos de su razón de ser como bailarín: la de ser portador de una verdad y de ser el único dueño de la belleza del movimiento”.

Ha vuelto a Cuba Martha Graham Dance Company, para muchos, los grandes protagonistas del Festival. Encontrarse con esta página de la Historia de la danza fue como un viaje a la semilla para los espectadores cubanos, y un claro testimonio de que la Historia se enriquece cada día en virtud del trabajo constante. En la presencia viva de los bailarines sobre la escena está la clara evidencia. Y también en la cálida recepción del público de la danza, que se ha multiplicado en el margen de estos 75 años.

 

N.A.: Agradezco a Jorge Brooks, representante de Danza Contemporánea de Cuba, los datos aportados para esta reseña.

 

Notas:
1- Martha Graham en “Comentar comentando a Martha Graham”. Ver en Ramiro Guerra: Siempre la danza, su paso breve. Ediciones Alarcos, 2010, p. 312.
2- Tortajada Quiroz, Margarita: Frutos de  mujer. Teoría y práctica del arte. Conaculta, INBA, 2001.
3- García, Alejandra: Ramiro Guerra: El espíritu de Martha Graham vino a Cuba. Disponible en http://www.granma.cu/cultura/2016-11-03/ramiro-guerra-el-espiritu-de-martha-graham-vino-a-cuba-03-11-2016-22-11-00
4- Martha Graham en “Comentar comentando a Martha Graham”. Ver en Ramiro  Guerra: Siempre la danza, su paso breve. Ediciones Alarcos, 2010, p. 312.