Julia Varley y Carolina Pizarro en Pinar del Río

Emanuel Gil Milian
5/12/2016

Del 3 al 5 de noviembre, la reconocida actriz Julia Varley y su discípula, Carolina Pizarro, visitaron Pinar del Río, y dejaron el fuego de sus respectivas experiencias de crecimiento artístico y humano dentro del Odin Teatre.

Desde 1964 hasta la fecha, Eugenio Barba y su colectivo teatral Odin Teatret, en Hostelbro, Dinamarca, han signado una imprescindible labor en torno a la construcción de una teatralidad que, hilvanada por búsquedas y hallazgos en lo antropológico, sociológico, danzario y acrobático de diferentes culturas, seduce por su constante evolución y potencia discursiva. A esta geografía productora de diálogos sociales fue que, en 1967, con apenas 18 años, llegó Julia Varley. Su cuerpo y su destino, bajo un riguroso entrenamiento físico y psíquico que encontraría de la mano de maestros como Tage Larsen, no serían jamás los mismos.

La joven que viajó de Italia a Dinamarca con unas enormes ganas de aprender, se convertiría con el paso del tiempo en actriz, directora y maestra dentro de la célula de investigación y creación teatral que es el Odin Teatre. Como muchos de los miembros de este grupo, también ha formado a generaciones de actores para que encuentren un camino propio.

La estancia de Julia Varley en Pinar del Río —según su discípula— “fue corta pero intensa”. Y de veras lo fue. El programa diseñado tuvo ocupadas todas las tardes y las noches desde el arribo de las actrices del Odin Teatro. Entre las rarezas y ganancias (porque no es costumbre que suceda), estuvo que la mayoría de los teatristas pinareños, profesionales o no (instructores de arte), confluyeron y fueron una masa única en los diálogos y clases dirigidos por Varley y Pizarro.

Sin apenas descansar, como primera acción para abrir el mapa creativo del Odin Teatre a Vueltabajo, en la noche del  3 de noviembre Varley y Pizarro proyectaron en el cine-teatro Praga un extenso, pero valioso documental: El país de los árboles que vuelan. En este audiovisual, Eugenio Barba y su grupo aparecen laborando en el proceso de producción, montaje y presentación de un espectáculo —en el que intervienen compañías de todo el mundo—, para celebrar los 50 años de bordado artístico ininterrumpido del Odin Teatre y la Festuge, fiestas tradicionales en Holstebro, Dinamarca, sede del imprescindible colectivo barbiano.

A partir de ahí, los días 4 y 5, Julia Varley y Carolina Pizarro implementaron, también en el cine-teatro Praga, una serie de conferencias [1] y clases prácticas (La alfombra voladora), relacionadas con la manera en que un actor puede curtirse a través del trabajo individual, con la enunciación del texto y el manejo de la energía, los estímulos de acción y reacción, la concentración, el equilibrio y el dominio del espacio. Mención especial alcanza, dentro la zona de prácticas edificantes, la demostración-espectáculo De Amagaki a Shibugaki, geografía de un aprendizaje, en la cual la actriz Carolina Pizarro, mientras relata su trayectoria de aprendizaje teatral, despliegaa partir de una variedad de técnicas (danzas arábigas y latinas, movimientos de arte marcial hindú o balinés), un limpio y complejo despliegue de su partitura físico-vocal.

Los espacios de diálogo entre los artistas escénicos pinareños y las actrices del Odin Teatre, que se efectuaron tanto en el Praga como en la sede UNEAC en Pinar del Río, también constituyeron dimensiones de aprendizaje y respeto. El cuerpo de teatristas vueltabajeros y Julia Varley intercambiaron puntos de vista sobre los presupuestos estéticos teatrales que emergen en el mundo, y sobre las políticas de funcionamiento organizativo y creativo del Odin Teatro.

Una gran acogida tuvieron los dos espectáculos que este fin de semana presentaron en el teatro Milanés las miembros del reconocido grupo de Eugenio Barba. Tierras de Fuego, monólogo dirigido por Varley e interpretado por Carolina Pizzaro, en la noche del viernes, se perfiló como un acto de confesión y revisión de la memoria política latinoamericana. La labor de la actriz y la escritura escénica de la puesta resultan de una cuidadosa factura y una belleza singular; así como en  Ave María, puesta de Eugenio Barba con la actuación de Julia Varley, en la cual es digno destacar el magistral trabajo físico y la utilización de la voz.

Una sencilla despedida en la que el presidente y la vicepresidenta del Consejo provincial de las artes escénicas entregaron flores a Julia Varley y Carolina Pizarro, cerró el programa de acciones del Odin Teatre en Vueltabajo. La visita de las actrices ha sido un lujo. Lo que nos aportaron en materia de experiencia ha constituido un estímulo para ampliar y repensar los derroteros por los que transita hoy nuestro teatro pinareño. Esperemos que la vista del Odin Teatre se repita y que los espacios de crecimiento se sigan multiplicando.

 

Nota:
1. Como resultado las acciones desarrolladas por las dos actrices del Odin Teatre, fue posible detectar la necesidad urgente de preparación física y psíquica que se precisa hoy dentro de los núcleos teatrales pinareños.