La verdad prohibida

Joaquín Borges-Triana
6/4/2016
Foto: Tomada de Internet
 

“Cada cuerpo es estuche del alma / que la luz colorea por fuera, / la retina que capta y compone, / los prejuicios desarman y quiebran. (…) Hombre es más que blanco, más que negro, más que mulato, / dígase hombre y se habrá dicho todo. / Se habrá dicho la fuerza que estalla en lo bello, / se habrá dicho la piedra que se hunde en el lodo”.

He reproducido fragmentos de una pieza titulada “Raza”, tema que cierra la nueva producción fonográfica de Zeus, la archipopular banda habanera de power metal. Creo que nadie discutirá que si una agrupación en Cuba ha devenido todo un símbolo en la escena de metal, sin la menor duda esa es Zeus, el grupo que desde hace años mantiene una tríada de lujo en las figuras del vocalista Dionisio Arce y los guitarristas Iván Vera y Hansel Arrocha.


 

Tras casi 30 años de incesante bregar, el colectivo ha logrado registrar una sonoridad que identifica al ensamble, a partir de establecer un característico trenzado de guitarras distorsionadas, de ritmos pétreos y concisos, respaldados por un sólido soporte de bajo y batería, atmósfera ideal para el canto gutural con voz rugiente y airada del hombre frontal de la agrupación, el Dioni, una de las contadas figuras míticas y aún con plena vigencia en la historia del rock y del metal en nuestro país.

Lamentablemente, el disco debut de Zeus, el álbum titulado Hijos de San Lázaro, editado a través de una compañía española, nunca salió en el mercado cubano. Es ahora en 2015 que por primera vez aparece por acá una grabación a nombre del ensamble, material que dicho sea de paso resultó galardonado en la emisión del Premio Cubadisco correspondiente al presente año en la inapropiada categoría de rock, pues debió ser distinguido como una producción de metal. Sucede que entre nosotros no se acaba de comprender que hace rato a escala internacional, tanto desde el punto de vista comercial como el académico, el rock y el metal son dos géneros con personalidad propia cada uno de ellos, en virtud de poseer características específicas que identifican al uno y al otro.

En relación con el contenido del CD La verdad prohibida, lo primero que deseo señalar es que el mismo posee 13 temas, varios de los cuales han sido conocidos con anterioridad gracias a que han estado incluidos en maquetas del colectivo o por ser parte activa del más reciente repertorio del grupo. En conjunto, las piezas aquí compiladas siguen destacándose por la agresividad e intensidad de la propuesta, llevada a cabo dentro de los códigos del power metal.

El clásico admirador de Zeus encontrará de nuevo en este fonograma (editado por Producciones Colibrí) esos riffs que por su contundencia y cadencia mezclan lo mejor del thrash y del heavy, en una amalgama de sonidos metaloides. Así, desde tales esquemas rítmicos y acordales se van edificando melodías que tienen su color propio. Cortes como “Tensión”, “Dueño de tu nombre”, el que denomina el disco, o sea, “La verdad prohibida”, “Al pecho”, “Confiesa” o “Sangre real”, son representativos de lo que con el transcurrir del tiempo se ha ido constituyendo como la fórmula Zeus.

Empero, lo interesante es que la banda, al margen de mantener el sello que le ha hecho triunfar en la escena metalera cubana, siempre trae bajo la manga algo diferente en señal de que constantemente ellos tratan de reinventarse. De tal suerte, en este álbum nos topamos con una balada al corte de “Sombras de la noche” o con la muy grata sorpresa de tener como invitado a Israel Rojas, el miembro de Buena Fe, que realiza un llamativo dúo con Dionisio Arce en el ya aludido tema denominado “Raza”, de seguro uno de los momentos cumbres del fonograma, que fue grabado, mezclado y masterizado por Adolfo (“Fito”) Martínez y tuvo al dueto de Iván Vera y Hansel Arrocha como encargados de los arreglos y de la producción musical.

Disco esperado durante mucho tiempo por los seguidores de Zeus entre nosotros, el CD nos deja claro que estos músicos, aunque ya empiezan a peinar canas, continúan con idéntica fuerza a la que poseían allá por el lejano 1988, cuando comenzaron a escribir la historia de una agrupación que ha sido fundamental en el devenir del rock y el metal en Cuba. Solo es de desear que no demoren tanto en volver a entregarnos otra producción fonográfica, aunque como se sabe, ello no depende únicamente de la voluntad de los integrantes de la archipopular banda de power metal.