Lo veraz debe hacerse viral

Rosa Ángela Latorraca
10/4/2017

El encuentro Venezuela Digital, que tuvo lugar recientemente en los espacios del Teatro Teresa Carreño y la Universidad Experimental de las Artes (Unearte), fue apenas el principio de un debate necesario sobre los avances de la comunicación digital y el papel que ha desempeñado en la difusión de información, muchas veces falsa.

Ernesto Villegas, ministro de Comunicación e Información, destacó que la desinformación ha ganado terreno en estos espacios, por lo que se deben crear mecanismos para lograr que “lo veraz también se haga viral”.

foto de Ernesto Villegas ministro de Comunicación e Información
Foto: Bernardo Padilla

¿Qué viene después de Venezuela Digital?

Vienen sorpresas. Venezuela Digital fue el punto de partida para la expansión de las capacidades del pueblo venezolano para el manejo, conocimiento y dominio de las herramientas de la comunicación digital. Fue el punto de partida también para reducir la brecha digital entre los países y los ciudadanos, para propiciar una igualdad de condiciones en la participación ciudadana en el campo de la comunicación digital, para democratizar el conocimiento, el acceso a las herramientas y, además, para la organización del pueblo. Tenemos algunas sorpresas que estamos guardando y que significarán un salto cualitativo en las capacidades comunicacionales de la Revolución Bolivariana.

¿Por qué es tan importante debatir sobre comunicación digital y redes sociales?

Porque se trata de un fenómeno que en un abrir y cerrar de ojos se nos coló en nuestras vidas, sin pedirnos permiso a los ciudadanos y tampoco a los países, a los gobiernos, al ordenamiento jurídico. Fue un auge que comenzó a irradiar prácticamente todos los aspectos de la vida humana y, frente a ese fenómeno, es necesario hacer un alto en el frenesí característico de esas tecnologías y sentarnos a discutir sobre su efecto, sobre sus bondades y sus riesgos, sus potencialidades y sus amenazas.

Después de Venezuela Digital, ¿las redes van a cobrar el mismo valor que tuvieron en su momento las paredes?

Lo tienen, lo que pasa es que en su momento el Comandante Chávez nos convocó al tuitear y se dio todo este fenómeno del Chávez Candanga. Pues bueno, nosotros también queremos que a partir de Venezuela Digital cambiemos nuestras miradas y encontremos las maneras de que sean también paredes, así como lo ha sido Twitter, Instagram, Facebook, Snachap, y todo el abanico que ofrecen las redes sociales para que también sean un campo de participación, para que se escuchen todas las voces; para que la inventiva y la capacidad de nuestro pueblo se haga presente en todas ellas con el lenguaje adecuado, porque no todas las redes tienen el mismo lenguaje ni el mismo público usuario.

¿Cómo hacer para evitar la desinformación que hay en las redes?

La verdad reservada a unos pocos no es útil. Nuestro objetivo es que lo veraz se haga viral también.Esa es una de las cosas que se discutió: cómo nos vacunamos frente a un fenómeno donde se ha hecho más importante la viralidad que la veracidad. ¿Cómo podemos sobrevivir la veracidad como un valor en la comunicación más que la viralidad? O más bien que ambas se encuentren, porque lo ideal es que nosotros tengamos contenidos veraces y virales. Porque de qué nos sirven contenidos veraces que todo el mundo desconozca, que tengamos la piedra filosofal escondida en una caja fuerte o que entre nosotros mismos nos caigamos a pasiones teniendo la verdad que nadie más maneja. Eso no nos sirve. La verdad reservada a unos pocos no es útil. Nuestro objetivo es que lo veraz se haga viral también.

¿Esta campaña mediática que se hace a través de las redes, le ha hecho daño a la revolución?

Diría que no es solo una campaña mediática, las redes vienen a ser una especie de competencia de los medios. Ya no es lo mismo la antigua manipulación mediática, restringida a los medios convencionales, frente a lo que ocurre ante la comunicación digital. Ahora es bastante más complejo el fenómeno; bastaría con que tuviéramos unos medios detrás de una campaña y tú podrías identificar mejor los intereses que ocultan tal o cual contenido, pero en el campo digital a veces cuesta determinar el origen de una determinada matriz que se va estableciendo, no hay un medio abiertamente identificado detrás de cada una de las cosas que allí aparecen. Un ejemplo de esto es lo que pasó recientemente con un video puesto a circular, algo que ocurrió hace nueve años con una muchacha que hoy está preparándose para su matrimonio, cómo se agrede la intimidad de unas personas, cómo puedes estropearle la vida a alguien con el uso de un material a destiempo, invasivo de la privacidad. ¿Quién está tras de eso? Tú no puedes demandar a una revista o a una radio, porque detrás de eso hay una especie de gran hermano, de poder invisible que maneja ciertos códigos y te hace viral un contenido, nada más conociendo las emociones de la gente.

Dijo hace poco que, palabras más, palabras menos, los latinoamericanos debemos usar las redes mejor que el imperio. ¿Por qué?

Yo dije que no podemos utilizar las herramientas de la comunicación digital igual que el enemigo, debemos utilizarlas mejor que el enemigo. Plantearnos que del lado de los pueblos haya los mejores comunicadores en el campo digital, que se extiendan en nuestro pueblo —particularmente en aquellos que son activistas y militantes de las mejores causas— las capacidades de comunicación en el campo digital, como también tenemos que tenerla en la comunicación de las redes y de los medios. Esto sin abandonar las técnicas de muralismo, sin abandonar la ortografía para escribir de la manera más limpia o la dicción para una locución en radio y/o televisión.

¿Por qué son importantes las redes sociales?

Tengo objeciones con respecto a ellas; yo preferiría llamarlas redes digitales, pero el uso y costumbre hace que se imponga ese término. Lo social es lo humano, y no es eso que a veces nos tiene embobados, pegados a una red social: la verdadera red social tiene que ser de carne y hueso. Esas redes son sumamente importantes, por algo son gratuitas, por algo sus administradores, fundadores y los que obtienen un beneficio de su creación y mantenimiento, las hacen gratuitas para que más gente participe y sobre la base del conocimiento que ellos desarrollan de sus usuarios, adquieren poder. Son herramientas sumamente poderosas para quien las controla y, sin quererlo, el ciudadano cede parte de su poder al simplemente utilizarlas, al revelar a un desconocido sus gustos, sus datos personales.

Lo social es lo humano, y no es eso que a veces nos tiene embobados, pegados a una red social: la verdadera red social tiene que ser de carne y hueso.Mediante el uso frecuente de una determinada página te establecen una ruta que desnuda tus gustos, exhibe sin querer tu propia privacidad. El administrador de la red te puede conocer más que tú mismo, puede saber de ti más cosas de las que tú estés consciente.

¿Eso es peligroso?

Sumamente peligroso. Pueden manipularte de manera mucho más efectiva, como ha ocurrido con resultados electorales en Inglaterra y en Estados Unidos.

 

Publicado en Todasadentro, Semanario Cultural de Venezuela. Año 13. No 655